Afiliados a la Seguridad Social.

España
Victoria Portas (14/9/2018)
El sistema de Seguridad Social no se sostiene ya que la relación afiliado/pensionista va disminuyendo drásticamente…. y así de forma continuada cada día existe una escusa para hacernos creer que no cabe otra solución que reducir las pensiones a asistenciales y que aportemos a planes de pensiones privados. Expliquemos quién no cotiza y si la relación es aceptable.

Desde 1991-1996 la relación afiliado/pensionista fue descendiendo hasta alcanzar el 2.06, situación que creció notablemente hasta el 2007, pero que a partir del 2008 vuelve a descender hasta encontrarnos en el 2017 a una relación del 2.09.

Si consultamos viejos informes de académicos y expertos, vaticinaban que  bajar de la relación 2 personas ocupadas por pensionista (2/1) sería poner en una situación difícil al sistema, y  además preveían que entre 1995 y el 2025 la relación estaría en 1.73 considerando como óptimo la relación por encima del 2 a 1. Vemos como nuevamente dichos estudios  se están desacreditando poco a poco, aunque siguiendo en la política del miedo, encontrarnos en un 2.09 vaticina que el sistema está al borde de la insostenibilidad.

Lo que de verdad nos lleva, es  al borde de la insostenibilidad de nuestro estado de bienestar, el Gobierno presume del descenso de parados, incluso en afiliación, en este 2018 el número de cotizantes es de más de 18.502.088, cifra que no se alcanzaba desde el 2008, pero, sin embargo la relación afiliado/pensionista  sigue estancada. ¿Cómo a más afiliación igual relación o peor?

Lo que ocurre es que las cuotas de afiliación que se utilizan para abonar las pensiones se han visto minoradas por más motivos que la propia crisis en sí, dichas cuotas son un aparte aportadas por el trabajador que debido a la precarización laboral, utilización masiva y abusiva de la contratación temporal, contratación a tiempo parcial, hace que aunque descienda  la tasa de desempleo, los ingresos son inferiores. Y la otra parte es abonada por las empresas, pero las políticas de promoción de empleo, hechas a menudo bonificando o reduciendo las cotizaciones sociales, facilitando el despido, rebajando los salarios, flexibilizando horarios, realizando horas extras no abonadas, etc., han minorado así las cuotas empresarial de forma alarmante y con ello han traído a la Seguridad Social un gran agujero negro.

Para que lo podamos entender todos, aquellos trabajadores  con una discapacidad igual o superior al 33%, el empresario recibe una bonificación de 4500 €/año, personas mayores de 45 años, mujeres etc. Otros casos son los contratos de formación donde las empresas no pagan seguros sociales durante toda su vigencia puesto que tienen derecho a la aplicación de una reducción del 100% de los seguros sociales. Y existen más casos con ventajas como bonificaciones a la cuota de la seguridad social, beneficios fiscales y subvenciones, todo del lado empresarial y como fomento de la contratación, pero que no ha repercutido en trabajos estables ni sueldos dignos y lo que sí ha logrado es una fuga de ingresos del sistema de Seguridad Social para ponerlo en entredicho.

Evolución del número de contratos en prácticas y para la Formación.

Tampoco es cierto que a menos trabajadores menos aportaciones, pues si antes se necesitaban tres trabajadores para pagar la pensión de un jubilado, dentro de cincuenta años sólo el cuarto de un trabajador sería necesario para sostener a un jubilado ya que con los trabajos más especializados los salarios deberían ser mayores  al  igual que ha pasado en la décadas anteriores.  No se puede argumentar por un lado, que nos faltarán trabajadores y por el otro, que va a existir exceso de trabajadores debido a los robots y otras tecnologías.

La otra parte de la balanza, es que el gasto en pensiones se dispara y el argumento es que las cuantías de los pensionistas entrantes son más altas que la de los salientes, con lo que añade dificultades a la financiación del sistema. Cuando resulta que las pensiones llevan perdiendo poder adquisitivo desde el 2011. Y olvidándose que a mayor nivel de pensiones y mayor número de pensionistas, mayor es la demanda de productos y servicios, y con ello, mayor estímulo económico y mayor creación de riqueza. Situación que ha sucedido en los ciclos económicos repetitivamente.

Lo que sí sabemos es que un sistema público de pensiones sí puede decidir qué porcentaje de la renta nacional se destina a pensiones, de forma que esa cantidad crecerá si crece la economía y así el ratio entre cotizantes y pensionistas dejaría de tener importancia.

“GOBIERNE QUIEN GOBIERNE LAS PENSIONES SE DEFIENDEN”

N. de la R.
La autora es Portavoz  de la Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones.