El uso del término “Estado Español” en amplios sectores de la izquierda y en los nacionalistas periféricos

Mi Columna
Eugenio Pordomingo (30/6/2019)
De un tiempo a esta parte, ciertos sectores de la izquierda española -por no decir la mayoría-,mencionan “Estado Español” al referirse a España, como si les diera vergüenza sentirse españoles. Los nacionalistas periféricos (catalanes, vascos y, en menor medida, gallegos), emplean “Estado Español” para dar a entender que no reconocen a España como una nación, sino como un Estado integrado por varias naciones.

Y la izquierda a la que aludo, no da la más mínima importancia a esto, tampoco al problema catalán y vasco. Y, en consecuencia, sigue sus pasos por el peligroso camino de esa deriva, sin pararse a pensar en las graves consecuencias que su postura está causando.

Da la impresión que a la izquierda le cuesta enormemente decir España y aún más, hablar de la Patria.

Cuando nos referimos a “Estado Español”, se puede entender que aludimos a la “realidad jurídica de España”; o sea, al conjunto de poderes y órganos de gobierno de España.

En la Segunda República fue empleado ese término en textos, en discursos de políticos de fuerzas nacionalistas y en algunos medios de comunicación. No obstante, la Segunda República reconocía a España como un “Estado integral”.

Pero fue con Franco, en 1936, en los inicios del la sublevación, cuando se comenzó a usar el término de “Estado Español”. Algunos historiadores atribuyen  la acepción de ese término por los rebeldes, debido a que dentro de ellos existían diversas sensibilidades ideológicas.

Ya en 1947, el régimen de Francisco Franco impuso el término “Reino de España”, a pesar de que por aquel entonces no había designado a Juan Carlos como su sucesor en la Jefatura del Estado.

Quede claro, pues, que quien primero utilizó el término “Estado Español” fue el general Franco. Más tarde, la burguesía catalana, vasca y gallega, además de ciertos grupos izquierdistas, lo comenzaron a emplear en sus discursos y escritos. Trataban así de decir que España no es una nación, sino un Estado formado por pequeñas naciones.

No hay que olvidar que la Constitución elaborada por las Cortes de Cádiz en 1812, menciona la Nación Española y o Estado Español.

En relación con esto que comento, me llamó la atención la entrevista que Carlos  Alsina hizo el 20 de marzo, a Manuel Monereo en Onda Cero. Monereo, antiguo militante del PCE, más tarde IU y  diputado de Unidos Podemos en la pasada legislatura, se expresó así: “el problema que está habiendo con el independentismo catalán, la izquierda no se lo ha tomado en serio”.

Sobre la pasada legislatura y la llegada al gobierno de Pedro Sánchez, dijo que “esperaba grandeza” y que  se vive en una “bronca permanente”. Afirmó categóricamente que le gustaría una “izquierda patriota, que se sintiera orgullosa de ser español”. “Yo amo a mi país –dijo- que es la patria donde vivo, una España plural y abierta, que me garantiza derechos y libertades”.

Sobre Unidos-Podemos, manifestó que “debe ser una fuerza  patriótica, que se sienta orgullosa de serlo”.

Pero, por desgracia, la mayoría de los jóvenes, y los no tan jóvenes, que militan en esa organización de izquierdas –el PSOE no es de izquierdas- no piensan así. A muchos socialdemócratas españoles  les resulta híspido decir España.

Recobro lo que Otto von Bismarck, en su etapa de primer ministro prusiano, allá por el año1863, le dijo a un embajador español que le visitó en Viena: “España es una gran nación, yo la admiro profundamente, conozco la historia de la creación de su imperio y creo que resulta indestructible…”. A lo que el diplomático español le preguntó: ¿Por qué señor Canciller?, y Bismarck le respondió: “Porque ni siquiera ustedes, los españoles, son capaces de destruir su nación”.





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Editor y Director: Eugenio Pordomingo Pérez. Editado en Madrid. ISSN 2444-8826

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