Guinea Ecuatorial
Espacios Europeos (20/5/2020)
La página de internet del MLGEIIIR (Movimiento de Liberación de Guinea Ecuatorial III República) publica hoy un texto dirigido al PDGE, partido político del dictador Teodoro Obiang Nguema, que por su interés recogemos íntegramente:
Respuesta al PDGE, partido político de Obiang Nguema
El 15 de mayo de este año, el Departamento de Prensa del PDGE (partido político del dictador Teodoro Obiang Nguema) emitió en su web un texto titulado “Respuesta al MLGEIIIR”, al que contestamos.
Comienza el texto de la “respuesta” del PDGE diciendo que “este movimiento de extraño nombre”, pues lamento decirles que se deben ir acostumbrando a este nombre pues cada vez lo van a escuchar más.
El texto del PDGE está vacío de contenido, no aporta nada, aparte de un sinfín de mentiras, da la impresión que no lo han revisado antes de publicarlo. Dudan de que nos hayamos dirigido a Naciones Unidas, en concreto a la señora Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, a la que le enviamos una Carta Abierta. El PDGE dice que “al objeto de entablar una posible mediación para liberar a cuatro (4) de sus miembros detenidos en Sudan del Sur y posteriormente deportados a nuestro país”.
No se enteran ni de lo que escriben ni de lo que leen. La carta a la ONU es para pedir que se haga todo lo posible para que nuestros compañeros del MLGEIIIR sean puestos en libertad.
El colmo de la infamia y la mentira, es que afirman que los cuatro secuestrados fueron “detenidos en Sudan del Sur y posteriormente deportados a nuestro país”. ¿Puede aportar el gobierno de Obiang Nguema la orden de detención y la documentación de deportación? No, rotundamente no. No existe tal documentación, entre otras cosas porque no hay tratado de extradición entre Sudán del Sur y Guinea Ecuatorial. Es más, retamos al PDGE y a su gobierno a que juristas internacionales tomen declaración, sobre lo sucedido, a los cuatro detenidos: Martín Obiang Ondo Mbasogo, Bienvenido Ndong Ondo, Feliciano Efa Mangue y Julio Obama Mofuman.
Acusan al MLGEIIIR de “delitos tan graves, vinculados al terrorismo y crímenes organizados, como los que han cometido y vienen cometiendo”. La acusación es tan ridícula que ni merece la pena molestarse en contestarla.
La “respuesta” del PDGE parece estar hecha por descerebrados mentales –y algo conocido en ciencia-, ya que dicen que nuestro “estatus de organización política no legalizada en Guinea Ecuatorial, el PDGE no hubiera perder su valioso tiempo para replicar a esta publicación, por considerar a los miembros de este Movimiento como delincuentes y terroristas, reservando así su suerte a la justicia, tanto nacional como internacional”. El MLGEIIIR está legalizado en España, y nuestros estatutos aprobados.
Nos consideran “delincuentes y terroristas”, quizás es que se han mirado en el espejo. A nosotros nunca nadie, ni persona jurídica ni institución nos ha acusado de eso, pero al gobierno guineano sí.
Con unos argumentos vacuos sin peso específico, llenos de infundios, la respuesta del PDGE alude a que hay partidos políticos opositores que “circulan libremente en nuestro país”. Con tremendo descaro afirman que su gobierno garantiza la “libertad de expresión”.
Nos relacionan con un “grupo de mercenarios y terroristas de este movimiento” que “perpetraron a finales de 2017 y en 2019, unos fallidos atentados terroristas, con el propósito de derrocar al legítimo Presidente de Guinea Ecuatorial…”
Qué decir de gente, como la que milita en el PDGE, que califica de “malsano intento” de que pidamos la liberación de nuestros compatriotas, y encima –no cabe mayor maldad- atribuirnos que queremos aprovechar la “coyuntura del COVID-19 para poner en libertad a dichos terroristas”.
Dicen que en los “Servicios de Inteligencia tanto nacionales, como de otras Organizaciones Internacionales” existen pruebas de que “las afirmaciones emitidas en su Carta son falsas y carentes de argumentos…”
Quizás, con ánimo de tratar de asustarnos, nos recuerdan las relaciones que el gobierno de la dictadura guineana tiene con servicios de inteligencia de la Unión Africana, CSISA, la Oficina Central Nacional de Interpol (OCN-INTERPOL), y que ésta última trabaja en “estrecha colaboración” con OCN y la Secretaria General de la OIPC-INTERPOL. Y así una larga relación de países y organizaciones con las que trabajan por la paz y contra el terrorismo. Eso dicen.
Con intención, quizás, de apoyar sus tímidos y vergonzoso argumentos, aducen a que las “investigaciones de este caso (¿?) en concreto se han realizado con la colaboración de estas y otras entidades internacionales dedicadas, entre otros temas, a la lucha antiterrorista internacional”.
Para terminar su texto de “respuesta”, el PDGE dice que a los cuatro SECUESTRADOS se les celebró “un juicio especial fue celebrado para los cuatro (4) mercenarios del MLGEIIIR deportados a Malabo, resultándose en una sentencia condenatoria apropiada para cada uno de ellos, inescrupulosa y contrariamente a lo que pretende demostrar ese Movimiento criminal”.
Ni hubo detención ni deportación legal, ya que NOS RATIFICAMOS, fueron secuestrados y llevados ilegalmente, empleando la fuerza, a Malabo. Es más, ni en Guinea Ecuatorial se cumplieron los más mínimos trámites legales en su encarcelamiento, interrogatorio, ni juicio. Fueron salvajemente torturados, ni sus familiares ni médicos pudieron asistirles. Y, por si fuera poco, al embajador español que solicitó visitarles, le fue denegada esa petición. Es más, hay que recordar que ni le contestaron.
El gobierno de Obiang Nguema nunca reconoció que tuviera en su poder a los cuatro secuestrados en Sudán del Sur. Hasta que se vieron obligados a reconocer que estaban en poder de la dictadura, todo ello gracias a la presión que militantes, activistas y algún que otro medio ejercimos.
El departamento de prensa del PDGE dice que “no existe hasta la fecha Declaración Universal o Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que ampare la liberación de presos con delitos de naturaleza criminal y carácter terrorista por motivo del COVID-19”, texto farragoso que encubre mentiras, maldad y acusaciones falsas.
Tratando en vano de apoyar sus endebles argumentos, el PDGE recurre a involucrar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y otras instituciones, afirmando que no existen resoluciones de esas instituciones u organismos que amparen “hechos” de terrorismo internacional. Pues no crean, ahí está el gobierno de Guinea Ecuatorial y, de momento, no pasa nada, le permiten todo.
¿Acaso olvida el PDGE el 3 de agosto de 1979 cuando se produjo el llamado Golpe de Libertad que derribó a Francisco Macías, presidente electo? Aquel cruento golpe militar costó muchas vidas y sobre ello Obiang construyó su régimen, sin olvidar el apoyo de determinados países y de políticos europeos. Por mucho que la tiranía del PDGE haya envejecido, nada le puede quitar el hecho de que se haya construido a lo largo de sus 41 años de criminalidad y oscurantismo, sobre la sangre de muchos guineanos.
A lo largo del escrito del PDGE, la palabra “terrorismo” aparece 13 veces –número fatídico para los “enguemistas”- como queriendo desacreditar al MLGEIIIR y que quede grabado en la imagen de los que hayan leído esa misiva. Nefasta estrategia la elegida.
Con ese argumento quieren justificar que el secuestro de los cuatro miembros del MLGEIIIR “constituye un acto inmanente de legítima defensa y de lucha contra el terrorismo internacional por parte de la República de Guinea Ecuatorial”, como han dejado escrito.
El colmo del ridículo es que en esa misiva dicen que tiene que ser la Directiva del MLGEIIIR la que “ponga encima de la mesa los verdaderos motivos por los que fueron detenidos, juzgados, sentenciados y posteriormente encarcelados”. O sea, que según el PDGE tenemos que ser nosotros los que pongamos sobre la mesa las causas de su detención, juicio y encarcelamiento, ¡el colmo! Se les olvida mencionar las torturas, el lóbrego lugar donde han estado y están.
De risa, si no fuera tan grave, que nos llamen delincuentes a nosotros. Ellos deberían mirar en el espejo y ver lo que es un delincuente, un torturador y un corrupto o, al menos, cómplices de ello.
Los cuatro miembros del MLGEIIR fueron “sacados” de España con engaños; secuestrados en Sudán del Sur, embarcados por la fuerza en un avión que les llevó a Malabo. No hubo extradición legal, pues no existe tal convenio con Sudán del Sur. Más: el gobierno guineano se negó a que el embajador de España pudiese visitarlos. En este proceso todo ha sido ILEGAL, propio de un Estado terrorista.
Por si no le ha quedado claro al Departamento de Prensa del PDGE y al Gobierno de Guinea Ecuatorial, el derecho de rebelión, el derecho a la resistencia y el derecho a luchar contra la opresión y la tiranía ha existido y existirá a lo largo de la Historia.
Si no lo conocéis os lo explicamos: el sabio Platón ya versó sobre la tiranía y la injustica, y el derecho que asiste a los pueblos a defenderse de los tiranos.
San Isidoro de Sevilla y Santo Tomás de Aquino son, asimismo, defensores de ese derecho. Con muchos más años de diferencia, la Declaración de Independencia de lo que fueron los Estados Unidos, se manifiesta partidaria de ese derecho, que fue el que les dio la libertad en 1776. El Derecho a la resistencia y contra la opresión fue incluido en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) que publicó la Revolución Francesa.
Por si fuera poco, Don Miguel de Cervantes Saavedra, a través del inmortal Don Quijote, no escapó a adentrarse en los derechos de las personas que estaban siendo sojuzgadas: «Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida«.
Y es más, la Carta de las Naciones Unidas (ONU) reconoce este derecho de forma implícita. En la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, ese derecho se reconoce en el preámbulo de la misma: “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
Y en uno de los artículos de esa declaración de 1948, se dice que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana (…) esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
El derecho a la libertad, a defendernos frente al tirano nos asiste y no vamos a renunciar a emplearlo cuando sea necesario. Es un “supremo recurso”.
En nombre de la dirección del Movimiento para la Liberación de Guinea Ecuatorial III República (MLGEIIIR)
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