‘Lobbies’ y corrupción en la “carrera armamentista” de la UE

Internacional
Javier Lezaola  (18/3/2022)
La mayoría de las empresas más beneficiadas suministran armas que son desplegadas en la guerra de Yemen, según el documento ´Fanning the flames. How the European Union is fuelling a new arms race’.

El informe [Avivando las llamas. Cómo la Unión Europea está alimentando una nueva carrera armamentista], presentado este jueves por la ENAAT (European Network Against Arms Trade) [Red Europea Contra el Comercio de Armas] y el TNI (Transnational Institute) [Instituto Transnacional], destapa los ‘lobbies’, la corrupción o la opacidad que rodean la “carrera armamentista” de la UE. El documento ha analizado el PADR (Preparatory Action for Defence Research) [Acción Preparatoria para la Investigación en Defensa] y el EDIDP (European Defence Industrial Development Programme) [Programa Europeo de Desarrollo Industrial en Defensa], los dos programas de investigación en armamento que suponen la antesala del denominado Fondo Europeo de Defensa, que prevé destinar unos 8.000 millones de euros a investigación en armamento entre los años 2021 y 2027.

El informe refleja que gran parte del dinero de esos dos programas fue repartido entre un puñado de empresas que realizaron una intensa actividad de ‘lobby’ [grupo de presión] en Bruselas, y destaca que la propia propuesta de creación del Fondo Europeo de Defensa que realizó la Comisión Europea contiene párrafos exactos a algunos de los del informe que había elaborado previamente un comité asesor de 16 miembros, de los que nueve –es decir más de la mitad– están directamente relacionados con la industria de armamento y más concretamente con algunas de las empresas más beneficiadas por el reparto. “Los grupos de presión del comercio de armas, lejos de ser expertos independientes llamados a aplicar las estrategias europeas de Defensa, se dedican activamente a influir directamente en la toma de decisiones de la UE al más alto nivel”, advierte ‘Fanning the flames’, que constata la “relación causal directa” entre la actividad de dicho ‘lobby’ en la propia Bruselas y la “asignación de fondos” a determinadas empresas.

Según el documento, las ocho empresas que más dinero recibirán por esos dos programas son, por este orden, la italiana Leonardo (28,7 millones de euros), la española Indra (22,8), las francesas Safran (22,3) y Thales (18,6), Airbus –que cuenta con participación de Francia, Alemania y España– (10,2), la sueca Saab (10,1) y las alemanas Hensoldt (8,1) y Fraunhofer (8,1). Y cinco de esas ocho empresas –Leonardo, Safran, Thales, Airbus y Saab– se han visto relacionadas con casos de corrupción relacionados fundamentalmente con el pago de comisiones a cargos institucionales de diversos Estados de la UE para lograr adjudicaciones de contratos relacionados con el comercio de armas. ‘Fanning the flames’ advierte de que “la corrupción está muy extendida en el comercio de armas” e insiste en que Leonardo, Safran, Thales, Airbus y Saab “se han enfrentado a importantes acusaciones de corrupción en los últimos años”. “La UE dice que defiende el Estado de derecho y el proceso democrático como parte de sus valores fundamentales, pero –al asignar fondos a empresas que se han enfrentado a graves acusaciones de corrupción, que han sido llevadas a los tribunales y que en algunos casos han sido sancionadas– incumple su deber de garantizar que el dinero público europeo no sea utilizado para facilitar el incumplimiento de la legislación europea e internacional”, añade.

Igualmente según el informe, siete de esas ocho empresas han exportado, entre los años 2016 y 2021, armamento a destinos “controvertidos”, a pesar de la Posición Común de la UE que impide exportar armamento a Estados inmersos en conflictos armados o acusados de vulneraciones de derechos humanos: Leonardo lo hizo a Bahrein, Camerún, Colombia, Egipto, India, Israel, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Arabia Saudí, Turquía, Turkmenistán, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela; Indra –de cuyo capital posee el 18,7% el Estado español–, a Azerbaiyán, Colombia, India y Turquía; Safran, a Egipto, India y Turquía; Thales, a Egipto, India, Filipinas, Arabia Saudí, Turquía, Turkmenistán y Emiratos Árabes Unidos; Airbus, a China, Egipto, India, Libia, Mali, Filipinas, Arabia Saudí, Turquía, Turkmenistán y Emiratos Árabes Unidos; Saab, a India, Pakistán, Filipinas y Emiratos Árabes Unidos, y Hensoldt, a India, Filipinas y Turquía. ‘Fanning the flames‘ se detiene especialmente en el caso de la guerra de Yemen, pues –desde que comenzó en 2015– “gran parte del debate sobre las exportaciones de armas de la UE se ha centrado en ese país”. “Activistas por la paz y grupos de derechos humanos han pedido un embargo de armas de la UE a Arabia Saudí –que ha liderado la intervención militar en Yemen– y a otras partes implicadas, como Emiratos Árabes Unidos y Egipto” e incluso el Parlamento Europeo ha reclamado varias veces ese embargo de armas, pero “las decisiones sobre esos temas sólo pueden ser tomadas por los Estados miembros en el Consejo y no a nivel parlamentario”, lamenta. E insiste en que “la mayoría” de las empresas citadas “han suministrado, a una o varias de las partes beligerantes, armas que han sido desplegadas” en la propia guerra de Yemen, como los aviones de combate Eurofighter Typhoon, “fabricados por un consorcio que incluye a Airbus y Leonardo”.

En cuanto a la opacidad, ‘Fanning the flames’ denuncia que no hay datos disponibles de cinco de los 18 proyectos financiados por el PADR ni de 26 de los 44 proyectos financiados por el EDIDP, por lo que el informe sólo ha podido ser elaborado sobre 31 de los 62 proyectos, es decir la mitad de ellos.

Según el informe, entre las diez empresas de armas que más dinero han recibido por los programas PADR y EDIDP hay dos españolas –Indra en segundo lugar con 22,8 millones de euros y GMV en décima posición con 6,2–, a las que se une Airbus –que cuenta con participación española, además de francesa y alemana– en quinto lugar con 10,2 millones de euros.

Fuente: luhnoticias.