Obras en junio del lado marroquí de la valla para dificultar el acceso. (Foto cedida)

España/Marruecos
Ignacio Cembrero (25/6/2023)
100 inmigrantes llegan de media al día en junio a Canarias. En los cinco primeros meses del año solo eran 39. El auge migratorio perjudica al PSOE, en plena campaña electoral

“La masacre de Melilla podría haberse cobrado más de 100 vidas”, cuatro veces más que el balance oficial de las autoridades marroquíes (23 muertos), afirma Amnistía Internacional en un informe publicado la víspera del primer aniversario de esa tragedia.

La cifra no parece descabellada. Tres meses después de aquella matanza, una estimación de expertos de Naciones Unidas ya elevó el número de muertos de la valla al menos a 37. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos, la única ONG que trabaja en Marruecos en ese ámbito y que es independiente, sostiene que 77 inmigrantes siguen, a día de hoy, desaparecidos.

El 24 de junio, cerca de 2.000 inmigrantes, en su mayoría sudaneses, pero también chadianos, recorrieron a la carrera los kilómetros que separan el monte Gurugú, su refugio en Marruecos, hasta la zona de Barrio Chino en la valla de Melilla. Al menos 470 lograron poner pie en España, pero fueron devueltos de inmediato del lado marroquí. La intervención policial, sobre todo del lado marroquí, causó cientos de heridos además de las dos decenas de muertos reconocidas por Rabat.

Amnistía Internacional cuadriplica en su informe el balance marroquí de víctimas mortales porque asegura haber tenido “acceso a testimonios que indicaban que algunas personas fueron trasladadas en autobús sin recibir ningún tipo de asistencia médica a pesar de la gravedad de las lesiones” que padecían. Algunos de los 500 trasladados fallecieron durante el trayecto de cientos de kilómetros, afirma. “Otros, a pesar de estar heridos, fueron abandonados a su suerte al sur de Marruecos”. “Estamos ante una cifra descomunal [de víctimas] que habla por sí sola (…)”, concluye.

Amnistía cuadriplica en su informe el balance marroquí de víctimas mortales porque asegura haber tenido “acceso a testimonios”.

Con la deportación de los “sin papeles” a lugares remotos de Marruecos, incluso a zonas desérticas, el Ministerio del Interior marroquí trata de disuadirlos de que se pongan de nuevo en camino hacia el  norte del país para, desde allí, intentar emigrar a España. Rabat empezó aplicando este método desmoralizador en el otoño de 2005 para aliviar la presión migratoria sobre Ceuta y Melilla, como le había pedido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que padecieron entonces sus primeros saltos masivos.

Con esa represión tan contundente de los “sin papeles” a las puertas de Melilla, las autoridades de Marruecos quisieron, probablemente, escenificar ante España y ante Occidente el 24 de junio —la cumbre de la OTAN empezó cinco días después en Madrid— el compromiso adquirido, el 7 de abril de 2022, con el presidente Pedro Sánchez: reforzar la lucha contra la inmigración irregular. A los antidisturbios marroquíes, poco acostumbrados a hacer un uso proporcional de la violencia, la operación se les fue de las manos.

Desde entonces, Marruecos ha seguido cumpliendo en ese ámbito con España. Es el único en el que lo hace. En lo que va de año solo habían entrado en Melilla 52 inmigrantes por tierra y 61 por mar, unas cifras mucho más bajas que las del mismo periodo de 2022.

Solicitar asilo en Beni Enzar, la frontera internacional de Melilla con Marruecos, es también “prácticamente imposible”, recuerda Amnistía. Porque allí “se aplica una legislación excepcional”. La policía marroquí sigue sin permitir a los inmigrantes subsaharianos ni a los originarios de Oriente Próximo acercarse al puesto fronterizo español donde podrían presentar su solicitud de asilo.

Desde el salto masivo de hace un año, “Marruecos ha ido levantando, además, obstáculos para impedir que los inmigrantes alcancen la valla”, señala un guardia civil que patrulla con frecuencia por la zona y prefiere no revelar su identidad.
“Vemos desde nuestro lado cómo va cambiando el perímetro del lado marroquí”, comenta al teléfono.

El Consejo de Europa insta a España a suspender la relación con Rabat en la frontera por la tragedia de Melilla EFE

“Han eliminado mucha arboleada” para observar sin impedimentos los movimientos de los que se acerquen y despejar el terreno para las cargas policiales, continúa su descripción. “En una parte, han cavado una doble zanja con una valla en medio”. “Han abierto nuevas pistas para que los vehículos policiales puedan desplazarse con mayor rapidez”. “Solo las zonas donde hay viviendas no han experimentado cambios”, concluye.

En otro frente migratorio, el de Canarias, el que más preocupa al Gobierno español después del de las ciudades autónomas, Marruecos también ha arrimado el hombro y probablemente haya recurrido de nuevo a la violencia. Solo así se explica que el 25 de mayo fuese rescatada, al suroeste de Gran Canaria, una lancha neumática con 42 personas a bordo, dos de ellas con heridas de armas de fuego. En un intento de impedir que zarparan del Sáhara Occidental, la patrulla marroquí pudo haberles disparado. En más de una ocasión, los inmigrantes han relatado que se les disparó al echarse a la mar aunque, a veces, fue de forma disuasoria.

En otro frente migratorio, el de Canarias, el que más preocupa al Gobierno español después del de las ciudades autónomas, Marruecos también ha arrimado el hombro En los cinco primeros meses de este año solo llegaron a Canarias 4.406 inmigrantes, un 46,7% menos que durante el mismo periodo de 2022. Sus precarias embarcaciones partieron, en su gran mayoría, desde las costas del Sáhara Occidental, del sur de Marruecos, y, excepcionalmente, de Senegal. La tendencia a la baja se invirtió a principios de junio. El Ministerio del Interior español, que dejó de actualizar semanalmente sus estadísticas para hacerlo quincenalmente, señala que en los 15 primeros días de este mes desembarcaron en Canarias 1.508 inmigrantes, una media de 100 al día en lugar de los 39 que llegaban hasta mayo.

La información que proporciona Salvamento Marítimo revela que la tendencia al alza se ha mantenido esta última semana, desde el 15 de junio, con un pico el domingo pasado de 227, que se repitió ayer jueves al caer la noche. Casi todos eran subsaharianos.

La prensa canaria cita a fuentes de la delegación del Gobierno que atribuyen el auge migratorio al buen tiempo, aunque en el archipiélago el fenómeno siempre se ha acentuado en otoño. Este año ha experimentado un incremento poco después de que el presidente Pedro Sánchez convocase, el 29 de mayo, las elecciones generales del 23 de julio. El aumento de la llegada de pateras perjudica al PSOE, que apostó por la reconciliación con Marruecos. Algunos analistas de inteligencia lo interpretan como una primera advertencia a Alberto Núñez Feijóo sobre las consecuencias que tendría una rectificación del apoyo brindado por Sánchez a Rabat en el conflicto del Sáhara. De ser así, parece prematuro porque solo tendría sentido formularlo después de una hipotética victoria electoral del PP.

Fuente:
El Confidencia

 


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