Sin Acritud…
Ángel Luis Martín (25/7/2024)
En su inflamado artículo, don Miguel Torres, nos obsequia con una serie de afirmaciones que se podrían calificar de sorprendentes. Paso a su desglose, no con ánimo oscuro sino con bisturí forense y en lo posible empírico:
Escribe el articulista que la poetisa Gioconda Belli, forzada al exilio y despojada de su nacionalidad (Nicaragua), contraviniendo a la propia constitución del país, peca y es culpable de activismo antipatriótico, de decir y hacer barbaridades contra su patria.
Nótese que he utilizado el verbo pecar: Gioconda peca.
Estás acusaciones suenan, de forma evidente y estruendosa, a otros tiempos pasados:
A la Inquisición, quizás; a los tiempos totalitarios, quizás, cuando los gobernantes se creían a sí mismos los únicos depositarios de las esencias de la verdadera Patria y todos aquellos que tuvieran un concepto distinto, eran herejes, enemigos, vendidos a potencias extranjeras, espías, conspiradores peligrosos, etc.
Esta mentalidad patriótica de una única vía permitida ha sido y sigue siendo una de las más calamitosas experiencias de la Historia.
Afirma, el articulista, que esta mujer “terrible” estuvo callada durante los tiempos de dictaduras y gobiernos corruptos. Me veo obligado a contradecir esta afirmación y nada mejor que con los hechos que pueden ser comprobados:
Gioconda Belli fue militante del Frente Sandinista de 1970 a 1993; participó en la lucha contra el dictador Anastasio Somoza y en la gestión de la revolución. El nefando pecado suyo fue declararse contraria a la deriva totalitaria de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, actuales mandatarios de Nicaragua.
Se trata del mismo caso de Ernesto Cardenal, emblemático por su actividad sandinista frente a la dictadura somocista, excomulgado por Juan Pablo II por comunista…Y también opuesto al totalitarismo del matrimonio que detenta el poder con mano de hierro: recordemos la represión de manifestantes, con cientos de muertos.
Al parecer, tanto Ernesto Cardenal como Gioconda Belli son antipatriotas. Según el matrimonio, claro está, y el articulista.
Sigue afirmando, el articulista, que esta “terrible mujer” apoya el golpismo USA y además que su hermano es del Opus Del. Es decir, que cualquier oposición al único patriotismo posible permitido, es traición. Por supuesto, no es necesario presentar pruebas. Basta con afirmarlo y punto pelota. Recuerda el estilo estalinista de los famosos procesos de Moscú y las salvajes purgas. Y es que hay una deriva que nunca entendió a Marx o no quiere entenderlo.
Una deriva totalitaria que viene de Stalin y avanza con dictaduras dinásticas (nieto, hijo, padre) de Corea del Norte, o los jemeres rojos del espantoso genocidio.
Aberraciones de un marxismo adulterado que ha confundido la dictadura del proletariado con la dictadura SOBRE el proletariado. Que ignora la concepción, meridianamente clara, en Marx y Engels, de la democracia socialista donde están preservados todos los derechos.
De un Trotski, organizador y jefe del ejército rojo, que hizo posible el triunfo de la revolución rusa. Por supuesto, y siguiendo la lógica totalitaria, un contrarrevolucionario al que había que suprimir.
Trotski defendía, en sus escritos, la existencia necesaria de partidos y sindicatos en la etapa de transición del socialismo al comunismo: el concepto claro de la democracia socialista del propio Marx.
Y Lenin, en su testamento, alertaba del peligro que representaba Stalin: el personalismo, el totalitarismo.
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