Israel obtiene victorias militares, muy claras hasta ahora, pero estas victorias no parecen acercarle a su “fin político”, porque este fin político, «la destrucción de sus enemigos», es tan alto que parece solo alcanzable mediante una guerra total de consecuencias, al menos regionales, que nos deben inducir al temor o la incertidumbre.
Desde el inicio de una nueva etapa de la guerra entre Israel y los palestinos en agosto hemos confirmado que el Estado judío (o más bien el gobierno que lo encabeza) se ha fijado objetivos de máxima, que no eran solo discursos de extremistas. Mayores que en cualquier otra guerra anterior. También notamos que Israel ha ido extendiendo estos objetivos; y que al implicar la destrucción completa de sus enemigos (al menos en voz de muchos de sus voceros con poder) parece encaminarse a una guerra cuyo posible final se encontraría muy lejos un camino de un solo carril cuyo destino no aparece en el plano. En este sentido podemos ver que Israel obtiene victorias militares, muy claras hasta ahora, pero que estas victorias no parecen acercar al “fin político”, porque este fin político: la destrucción de sus enemigos, es tan alto que parece solo alcanzable mediante una guerra total de consecuencias, al menos regionales, que nos deben inducir al temor o la incertidumbre. Por otro lado, nos genera la duda si este tan alto objetivo, que implica rediseñar el mapa de toda la región a su interés, es posible. No fue posible en el pasado y debería serlo menos aun ahora con un mundo encaminándose hacia un orden más diverso y equilibrado.
Al iniciar la escritura de este artículo se basaba en un análisis de la operación que llevó a la explosión de los “beepers” ( y al día siguiente Walkytokies) de Hizbollah; tanto intentado dilucidar como se realizó técnicamente, como el marco político y operacional en que se encontraba inserta. Sin embargo, día tras día no vemos abrumados por el hecho de que la campaña israelí era mucho más vasta y se encuentra en pleno desarrollo. Con operaciones tácticas de envergadura que impiden hacer un análisis de algo sucedido, sino que cada nueva operación parece obligarnos a detener el escrito, recapitular, y destacar implicancias nuevas de un progreso ofensivo que no se detiene. Por ello, como el búho de Minerva habla en el crepúsculo, las conclusiones y análisis que aquí despleguemos deben ser encuadrados en esa situación de “incertidumbre”, la incertidumbre operacional Clausewitziana, en la que naturalmente nos mete una operación militar en pleno desarrollo y de vasto alcance.
Debemos señalar también que hemos decidido eliminar de este análisis consideraciones sobre crímenes de guerra, aunque se deduzcan de los planteos. Ya que eso debería tener una nota de análisis particular. Por ello hemos eliminado las paginas y párrafos que analizan o especulaban sobre los mismos y sus implicancias, salvo en lo que hace al análisis de las operaciones militares y las relaciones de fuerza a nivel internacional. Solo queremos indicar, y esto es una valoración política, que muchas normas de las que occidente “democrático y de DDHH” se vanagloriaba (falsamente, claro) hoy están ampliamente violadas en público sin el mínimo camuflaje, lo que abre quizás una nueva etapa no muy halagüeña en los límites del despliegue de la violencia. Y los limites no han sido alcanzados aún.
Nueva etapa operacional en Gaza y cambio del centro de gravedad al Líbano
Pasado un año de guerra en Gaza los palestinos han perdido la capacidad de defender posiciones. Israel ha obtenido la victoria militar táctica con claridad. Esto era algo sabido. Las milicias de la ciudad, aunque algunas estuvieran bien preparadas, especialmente las de Hamas para un combate asimétrico, pero con características semi convencionales, no estaban en condiciones de enfrentar en un plazo prolongado una guerra que les permitiera sostener posiciones frente al ejército israelí. De hecho, en otros artículos señalamos que Israel podía perder el pulso con Hamas en función de que la “eliminación definitiva” de la organización era casi imposible, y que la violencia y costos de la lucha podían hacer perder el consenso internacional, implicar muchos gastos y amenazas, producir una crisis económica o política interna profunda, o deteriorar en exceso la relación con otras potencias regionales, lo que haría que Israel se aviniera a negociar: y esa era la victoria de Hamas y el “eje de la resistencia”. Esto hasta ahora no sucedió. Aunque (y esto sí es un problema de largo plazo para Israel cuyas consecuencias se verán en el tiempo) Hamas es más débil militarmente, pero más fuerte políticamente. Tampoco está de más decir que si Israel consigue eliminar al pueblo palestino, o reducirlo a una marginalidad total, esa misma potencia política puede significar poco.
También debemos señalar que el ejército israelí tuvo que esforzarse, aunque en ningún momento fue detenido. Esto no solo fue posible por la capacidad militar, sino por una determinación política/religiosa de sus autoridades y un consenso de “solución final” entre la población. Una determinación blindada a toda crítica y presión, aunque la “presión” pocas veces fue vista con algo de eficacia (en realidad nunca). Su victoria hasta ahora les permite desplazar casi a placer a más de un millón de personas como si fueran ganado, y producir más de 50.000 muertos. No se ha producido un éxodo masivo (una nueva Nakba) por el hecho de que no hay donde ir, ni forma de escapar, los palestinos parecen condenados a una lucha en territorios muy pequeños de los que nadie les permite salir. Quizás por ello (salvo el éxito de la “solución final”) no pueden ser derrotados definitivamente: Israel no les da salida de ningún tipo. Y no está de más destacar que esto era así antes del 7 de octubre, salvo que lo era en silencio, y que ahora se ha acelerado y es público, pero con una guerra brutal.
La guerra hoy en Gaza se encuentra en estadio de guerrilla urbana con ataques de comandos, Lo que requiere otro tipo de despliegue por parte de Israel. Liberando numerosas fuerzas militares convencionales para implicarlas en el nuevo eje de sus preocupaciones que es el Líbano. No sabemos cómo Israel pensará “pacificar” Gaza, o sea el objetivo político no parece posible de ver con claridad. Lo que si podemos afirmar es que el desafío militar de Hamas está reducido y que, Israel, puede liberar gran parte de su ejército para continuar con las líneas de orientación estratégica proclamadas. Ahora eliminar a sus adversarios en Líbano.
Cisjordania
No dedicaremos un análisis a este frente de combate. Solo mencionamos algunos detalles poque es parte de la guerra, empezando por la cuestión palestina en general y de la geopolítica de Medio oriente, y en particular de la estrategia integral de Israel en esta guerra. Además, quizás sea su siguiente paso en la “solución final” después de Líbano.
No está de más destacar que si sólo continuaran con la ofensiva de desalojos y nuevos asentamientos previas al 7 de octubre, más las operaciones militares sobre los núcleos de resistencia (como hasta ahora), ya de por si sería una “ofensiva”. Señalamos que, dentro de este salto hacia delante de las últimas semanas, la resistencia de Cisjordania también sufrió “ataques selectivos”; y especialmente duros son los combates en el histórico bastión de la resistencia que es Jenin. Según datos del Ministerio de Salud palestino, ya son 692 los palestinos muertos en Cisjordania desde el 7 de octubre de 2023, incluyendo 159 niños. A esto hay que sumarle cerca de 10.000 detenidos, muchos de ellos bajo régimen de “detención administrativa”. También es reseñable que la resistencia palestina no se extiende en mayor medida porque la ANP (Autoridad nacional palestina) en varios asentamientos (guetos, enclaves de la “zona 3” bajo su autoridad) las fuerzas policiales de Al fatah colaboran con Israel en mantener el orden y dificultan el enfrentamiento violento a los desalojos, detenciones y asesinatos.
Estrategia Israelí, una avenida de un solo carril y una sola dirección
Israel se empeña en proclamar que su objetivo es la destrucción completa del enemigo, definido este lo más ampliamente posible que imaginemos, y paso a paso desarrolla una estrategia que indica que ese es su camino. Cuenta con el apoyo de occidente. En realidad, no es tan directo, o no más que de costumbre. Lo cierto es que cuenta con que occidente -por más que proponga límites a sus políticas- le prestara ayuda en el nivel que pueda o que sea necesario para sostener a Israel. Aunque esto implique mirar hacia otro lado en lo que, para cualquier otro país, ejército, partido, organización de inteligencia, serían acciones que las pondría entre los marginales repudiados universalmente. Israel cree tener (y parece que tiene) “licencia para matar” como el agente 007. Sin embargo, aún James Bond se movería en el terreno de la oscuridad, de la conspiración y la inteligencia. Israel actúa como en un teatro universal. Sin importante la “negación plausible”. Es algo que merecerá en el futuro un estudio de características cualitativas.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo el 12 de septiembre que un acuerdo político por sí solo no devolverá a los ciudadanos desplazados al norte de Israel y que Israel se está «preparando para una amplia campaña» para lograr los objetivos. El gabinete de seguridad israelí aprobó el 16 de septiembre como objetivo oficial de guerra “el retorno seguro de los residentes del norte a sus hogares”. Y esto se tradujo en la exigencia a Hezbollah de evacuar el sur del Líbano, para generar un colchón de 10Km que alejara los cohetes de corto alcance que son la base de la estrategia de hostigamiento de los libaneses.
Finalmente, Israel está anunciando mediante altoparlantes y lanzamiento de panfletos que la población del sur del Líbano debe abandonar sus hogares porque si no será víctima de la etapa de la guerra que se avecina. Lo que confluye con el resto de las acciones para pensar con cierto grado de certeza que se está por lanzar la invasión del país de los cedros. Y que (al igual que en Gaza) la población civil deberá abandonar la zona, no solo por ser víctima posible del intercambio de disparos, sino que (si seguimos con la lógica de Gaza) serán considerados terroristas y objetivos legítimos.
Todos los actores israelíes significativos confluyen desde un punto de partida distinto en la idea de realizar “la solución final” del conflicto; no solo palestino, sino de Medio oriente. Los contrincantes islámicos, aun los más duros, aparecen como mucho más moderados (inclusive Hamas) e Israel supera las previsiones imaginadas. El objetivo inmediato de Netanyahu y su grupo está condicionado por la necesidad de prolongarse en el poder, ante una situación interna muy débil que quizás lo podría llevar a la cárcel, su legitimidad es la guerra y el éxito posible en ella, aunque éste se distancia cada vez más en el tiempo. Pero no está de más recordar que Netanyahu es la confrontación, desde sus primeros pasos en el poder hace varias décadas en lo que saboteó los acuerdos de Oslo.
En ese plano la discusión no es en sí pactar o no un estado palestino de algún tipo para conseguir una situación de paz: en este tema todos los actores internos de Israel y el consenso popular coinciden en vencer y no conceder nada a los palestinos, ni al “eje de la resistencia”. Pero los medios y el esfuerzo necesario generan contradicciones, especialmente el tema de los rehenes, generó problemas ya que la experiencia anterior indicaba que la sociedad israelí y el estado negociaban. Los actores más radicales del gobierno israelí, estuvieron dispuestos a sacrificar a los rehenes aun ante la posibilidad de aceptar la rendición de unos milicianos anónimos.
Otra diferencia estaba entre los que consideran que una guerra indiscriminada con una desproporcionalidad no conocida podía dañar la situación internacional del Estado Judío. Algunos actores temen ciertamente un desgaste de la imagen de Israel, riesgo de un posible distanciamiento de Europa, y sobre todo que EE.UU. limite la ayuda ante las acusaciones de crímenes y genocidio. Sin embargo, los sectores radicales parecen estar ganando al pasar “líneas rojas”, una tras otra y que la “comunidad internacional” este dispuesta a tolerar a Israel acciones y crímenes que no aceptaría a ningún otro país, ni siquiera a los EE.UU.
Por ultimo están los sectores mesiánicos que se inspiran en el llamado religioso de algunos libros de la Biblia a construir el Gran Israel y producir una limpieza poblaciones de todos los territorios imaginados por relatos bíblicos. Estos sectores no tendrían importancia ya que existen locos en muchos lados, pero solo en Israel son de peso en el gobierno y son determinantes en las políticas de estado. Parecieran no tener quien les ponga coto ni nacional ni internacionalmente. Produciendo hechos de violencia sobre población civil e imponiendo programas de desalojos de población que, empezando por Cisjordania hace años, se extienden ahora a Gaza y (aunque suene increíble) al sur del Líbano. Nadie internacionalmente declara a estos grupos aunque sean ilegales. Lo que nos muestra que la solución no está enlazada con llamadas de atención occidentales. Y, digamos de paso, ni Rusia ni China muestran una determinación que implique a Israel algún tipo de preocupación.
A eso le sumamos que el “eje de la resistencia” parece haber sido superado en la previsión de hasta donde podría Israel escalar, y que los demás actores (Turquía, Egipto, Arabia saudita, Qatar, etc. si es que realmente están interesados en una victoria palestina cosas que podemos poner en dudas dadas las contradicciones del campo islámico) no parecen tener ningún tipo de efecto en el accionar israelí, lo que vemos es que la escalada no tiene límites sino su propia dinámica interna. Por ello la ofensiva se realimenta a sí misma, es un salto hacia adelante, una avenida de un solo carril que no parece tener retorno.
Un análisis del ataque de inteligencia
Debemos señalar que la inteligencia es la protagonista de esta etapa de la guerra. Israel en el último mes ha dedicado su esfuerzo a eliminar jefes de las estructuras de la resistencia. También (aunque la efectividad de estas otras operaciones solo las podemos certificar por el discurso israelí, o indirectamente evaluando la capacidad de respuesta de Hezbollah) han atacado masivamente las bases de lanzamientos de cohetes y misiles de los libaneses, arsenales, etc., con un supuesto éxito, a demostrar. Ataques de ambos tipos que, si bien pueden ser realizados por bombardeos, o ataques con misiles, lo cierto es que son centralmente operaciones de inteligencia contra objetivos específicos, secretos o camuflados.
Aclaramos que los ataques sobre individuos no podemos llamarlos selectivos, ya que son dirigidos contra figuras clave, pero que, si este objetivo se encuentra comprando algo en un supermercado con su familia, un misil, estallará y eliminará a este mando, a su familia y a todos los que se encuentren en el lugar, y se aducirá que son “escudos humanos”. Sin embargo, más allá de lo excesivo que nos pueda parecer, lo cierto es que Israel elimina sistemáticamente a los jefes de sus enemigos y sin dudas estos son golpes de una importancia que multiplica el impacto, descabezando, dañando las líneas de mando, eliminando personas con experiencia, etc. jefes de Hamas, de Hezbollah, hombres clave iraníes, líderes de la resistencia en Cisjordania, son asesinados. Pero para el caso de los libaneses, no creemos ser audaces en afirmar que la organización está gravemente dañada, pareciera que una parte sustancial de sus mandos han sido eliminados o estarían fuera de combate.
La operación sobre los dispositivos de comunicación de la organización libanesa es una acción de una envergadura y efectos sin precedentes. El 17 de septiembre a las 15:30 horas del Líbano miles de dispositivos de comunicación de Hezbolláh estallaron. Eran unos “beepers” o buscapersonas; o sea unos dispositivos de sencilla tecnología que sirven para enviar mensajes escritos cortos en una sola dirección. Son avisos. Como puede tener un médico para una urgencia, o un mozo, o alguien que recibe un código que sabe que significa que debe hacer algo predefinido, o en una cervecería te avisan que está el pedido para que la busques. En este caso puede ser ir a un lugar predefinido, o llamar a alguien, o activar un nivel de alerta sanitario, militar, de catástrofe, o lo que sea. Son hoy poco usados, ya que eso se puede avisar de cualquier otra forma más eficaz. Sin embargo, los que explican el tema señalan que la simpleza de estos dispositivos los vuelve más difíciles de interferir, y además no son para conversaciones, sino solo para avisos de urgencia.
Desde el punto de vista de protección de los flujos de comunicación, un buscapersona, aunque muy costoso en términos económicos, es una de las vías más fiables para mantener una comunicación segura y cerrada entre aquellos que lo portan gracias a sus características. Aquí destacan tanto sus funciones estrictamente limitadas, las cuales impiden cualquier manipulación ajena (sea mediante virus o de forma remota) como por la imposibilidad de acceder a su contenido, salvo físicamente. Además, al operar con un escaso gasto de energía en circuitos simples, esto hace virtualmente imposible la manipulación de los mismos. Según se señala, el hecho de que Israel lograse manipular los buscapersonas es sorprendente. Esto es así porque tuvo que intervenirlos uno por uno.
Pongamos un ejemplo de utilidad: El dispositivo recibe este texto: “Clave 1” puede ser alerta y estar a disposición ya; “Clave 2”, ir al lugar de concentración de la unidad; “Clave 3”, activar el dispositivo sanitario. “Clave 4”, va a hablar Nasralah; “clave 5”, etc. etc. Es solo un ejemplo inventado, puede ser cualquier cosa, civil o militar. Lo cierto es que permitirían en la idea de Hezbollah (tal como planeo Nasralah hace unos meses) desviar las comunicaciones de los muy penetrables celulares, que pasarían a estar en un nivel de tabicación mayor. Así fue como la organización resolvió equipar a sus integrantes con estos beepers hace poco tiempo y realizó un pedido masivo.
Entonces el 17 a las 15:30 probablemente mediante una señal enviada, quizás por un dispositivo desde un avión de inteligencia electrónica israelí, los beepers comenzaron a sonar. Miles de estos, en casas, comercios, en los bolsillos de miles de libaneses miembros de la organización o de sus personas cercanas. En pocos segundos en las manos, carteras, riñoneras o los bolsillos, o en manos de alguien que se los acercaba, estos dispositivos explotaron. Hiriendo a unas 4.000 personas y matando a 32 (dejando con heridas graves a cientos: voladura de dedos, perdida de ojos, heridas graves en la cintura). Entre los heridos el mismo embajador de Irán en Líbano.
Realmente un golpe durísimo a Hezbollah. Un golpe que deja a cualquier organización paralizada y desarticulada por un tiempo por más efectiva y sólida que esta sea. Un golpe también que se encuentra al borde del terrorismo de masas. Algo cercano a las ideas que primaron en la represión en Latinoamérica cuando el objetivo militar a exterminar en la guerra contrainsurgente se enfocó en “todos” los adherentes, más allá del aparato militar de la guerrilla. Solo como una mención conceptual al pasar. Por ejemplo, con el mismo razonamiento podríamos decir de hacer explotar todos los celulares del gobierno de los EE.UU. o del ministerio de defensa de Rusia, etc. Y esto sin dudas sería calificado de terrorismo sin dubitaciones por todo el mundo, y quien lo hiciera entraría en la categoría de paria y terrorista perseguido y sin defensa de nadie. Pero no es el caso, sabemos que lo que haga Israel nunca será terrorismo así implique eliminar cuidades enteras. Y, pongamos en contexto histórico, la guerra en Medio oriente siempre se movió fuera de las “reglas de la guerra”, por ambos bandos (aunque en esta etapa no está demás señalar que Hezbollah e Irán se han mostrado muy contenidos y con respuestas militares no terroristas, limitadas, menos que proporcionales). Entonces sigamos con el análisis de la operación, ya que una vez descartado el lado humanitario solo nos queda el evidente éxito y beneficio militar.
Es probable que la operación haya sido realizada de la siguiente forma. Entre el fabricante taiwanés Gold Apollo y el Líbano, en algún lugar el cargamento fue intervenido. Primero, podría ser el fabricante chino, allí en Taiwán existen acuerdos de inteligencia con el estado judío. Sin embargo, esto sería un riesgo excesivo para una empresa real que existe más allá de esta operación, la empresa china (taiwanesa) no es una pantalla inventada. Hacer esto sería probablemente su fin. Además, la empresa señala que los dispositivos están producidos bajo licencia en Hungría. Otro país de buenas relaciones con Israel. Aunque nos atrevemos a dudar mucho de que el gobierno húngaro haya colaborado en una operación de este tipo. Lo que sí podemos afirmar es que en Hungría existe una empresa que trabajó este dispositivo y es de donde salieron los beepers para Hezbollah. Una empresa privada y cuya entidad es realmente mucho más dudosa: BAC Consulting.
Una mujer llamada Cristiana Barsoni-Arcidiaconos aparece como la CEO de BAC Consulting en Budapest. La empresa de Cristiana Bársony-Arcidiaconos está en el foco después de que la empresa taiwanesa Gold Apollo dijera que había autorizado a BAC Consulting a usar su nombre en los buscadores utilizados en el primer ataque. La señora Archidiáconos de nacionalidad húngaro-italiana, es una doctora en física, aunque se conoce poco de ella, ni tiene trabajos fijos detectables, de hecho, su rastro parece difuso en los últimos años. Algunos informes la relacionan con aparatos de inteligencia, sin embargo, no nos atrevemos a afirmar nada en concreto. Aunque es de destacar que Israel no pudo prever con mucho tiempo de anticipación esta cuestión de los “Beepers” ya que fue una decisión reciente de Hezbollah, si consideramos “reciente” algo en torno a un año.
Lo que sí es probable que la inteligencia israelí estuviera trabajando hace años sobre como intervenir las comunicaciones de la organización (o infiltrar la organización misma), y quizás ya tuviera algún tipo de acceso a las comunicaciones o algún infiltrado en algún área que le permitiera acceder a una información como es la renovación de dispositivos. Básicamente Hungría se desentiende de los que haya o no hecho Archidiáconos. Pero sin dudas es un claro punto oscuro de posible intervención de la inteligencia israelí. Cuestión que, aclaramos, no tuvo por qué ser directa en la implicación de cada una de las partes necesarias en operación. La inteligencia puede intervenir en diferentes lugares y formas, y quienes son intervenidos pueden estar al tanto o no de todo, o de muy poco. O solo sobornados, o por un engaño, etc.
También pudo Israel fabricar los dispositivos y reemplazarlos en bloque en algún lugar del transporte. O en el mismo transporte intervenirlos. Sin embargo, pensemos; abrir 4.000 dispositivos que tiene 4 tornillos, y suponemos otros en la plaqueta, reemplazar su interior o una parte del mismo con otro dispositivo, y con un sensible explosivo de unos pocos gramos, no es una tarea que un grupo pequeño pueda hacer en unas horas, sino una tarea de varios días, o de mucha gente. Lo que nos hace dudar de que este haya sido el método. Las opciones están abiertas y se sabrán en el futuro, por ahora seguramente Israel buscará desinformar al respecto como es lógico.
Lo cierto es que la inteligencia israelí intervino los dispositivos y cambió partes de sus circuitos, y que tal vez aprovechó para alterar de alguna forma su función, para que les permitiera escuchar, o localizar personas, o recibir los mensajes. Esto lo señalamos porque nos daría una fácil respuesta a la oleada de ataques precisos y letales que hace algún tiempo sufre Hezbollah y las organizaciones de la resistencia. Además, al día siguiente de la explosión masiva de los beepers, explotaron los Walky tokies, lo que indica que la intervención israelí es aún más amplia. Y excede a la fabricación de los buscapersonas.
En occidente se maneja la hipótesis de que los libaneses -en función de las sucesivas caídas- pueden haber decidido revisar toda su estructura, entre ella los beepers, y que por ello Israel decidió poner en acción los explosivos, para no perderlos. Sin embargo, nosotros nos inclinamos a que la acción de sacar fuera de combate 4.000 hombres de la organización está más bien relacionada con la decisión del estado judío de iniciar una nueva etapa de la guerra. Terminar, o sacar a Hezbollah de la ecuación. Sea esto mediante una aceptación de los libaneses de las condiciones israelíes (casi una rendición, en concreto) o mediante una invasión, sea total o más probablemente por etapas, inicialmente al sur del Líbano.
Todos esperan la invasión resignados. Irán no ha dado muestras de querer o poder responder con contundencia (hasta ahora) como para intimidara Israel. Los palestinos están duramente golpeados y, aunque resisten, ya no son un desafío convencional. Hezbollah está en apariencia gravemente golpeado, en teoría parte de su dispositivo militar ha sido eliminado, inclusive los mandos de sus mejores fuerzas y las lanzaderas de cohetes y misiles (aunque esto debe ser aún verificado en caso de guerra total ya que es una organización muy potente), y la muerte de Hasan Nasrallah es sin dudas un hecho de impacto mundial. Israel suma una cada vez mayor campaña aérea y de misiles sobre objetivos en todo Líbano que supera a cualquiera realizada anteriormente. Y de hecho los discursos hablan de invasión mientras que las FDI intiman a la población libanesa a abandonar los que anuncia será el teatro de operaciones. Tropas blindadas se desplazaron a la frontera desde Gaza y varias brigadas más se han sumado recientemente. Los políticos radicales ya hablan de planes de colonización del sur de Líbano. En ese sentido todo confluiría. No podemos saber, en el momento de escritura de esta nota, como terminará esto. Quizás cuando salga a la luz ya haya invasión o no y todo quede en papeles o se retrase en el tiempo. De hecho desde el punto de vista de cómo preparar una ofensiva, las acciones de Israel se encuadran en los típicos ataques previos destinados a debilitar el defensor.
En definitiva, la inteligencia ha sido la protagonista central de esta etapa, donde las comunicaciones y la detección de sitios clave del enemigo ha sido lo central para una ofensiva que produjo cientos de muertos y miles de heridos, la destrucción de estructuras militares y organizativas claves, eliminando a una cantidad significativa de personal de mando. Si salimos de las valoraciones jurídicas o del Derecho Internacional, y nos quedamos en la eficacia de una operación en aras del éxito militar, es sin duda una victoria israelí que aún no cuenta con una contestación mínimamente equivalente. O sea, el equilibrio se ha corrido hacia el estado judío y pareciera contar con un momento favorable para ir por más. Lo que no sabemos es que es “ir por más”, que límite tiene, que no sea la capacidad de sus antagonistas de frenarlo. Estos, hasta ahora, han resistido, pero no frenado a Israel.
No solo los beepers. Número de bajas y la nueva etapa
Desde nuestro punto de vista todo confluye en que es el momento más favorable para una invasión por tierra, lo que estamos viendo desde hace más de un mes se asemeja a cualquier ataque de aviación o artillería sobre las posiciones que sobre las que va a avanzar el ejército. Una cortina de fuego de ablande.
El 31 de julio fue asesinado en Teherán Ismail Haniya líder de Hamas, en una acción que sorprendió por su audacia, no tanto técnica sino política. Pocos días después Israel bombardeo masivamente el Líbano, señaló que era un “ataque preventivo” contra una posible respuesta de Hezbollah lanzando cohetes sobre Israel en represalia a este asesinato. Pero lo cierto es que Irán no hizo nada aun, y que Hezbollah podría estar en la misma sintonía como hasta ahora. Lo que sí sucedió es que Israel lanzó el ataque más potente hasta ese momento y dijo haber impactado y destruído una cantidad importantes de objetivos libaneses. Consideramos que este ataque más que una “prevención” (esto sería una excusa, para camuflar la ofensiva en marcha) fue parte de la operación que estamos viviendo.
El 17 y 18 de setiembre Israel realizó la operación de los Beepers. También llevó a cabo otro ataque que llama “preventivo” contra más de 150 lanzacohetes de Hezbollah supuestamente listos para disparar contra Israel el 19 de septiembre. Netanyahu presidió una reunión de seguridad con líderes militares y políticos en Tel Aviv el 19 de septiembre para discutir los posibles cursos de acción de las FDI, según la Radio del Ejército israelí, donde todo indicaba que se definían los pasos finales hacia la invasión.
En definitiva, en solo tres días Israel lanzó una ofensiva aérea en la que según informes del ministerio de salud del Líbano alcanzó unos 800 objetivos, causando la muerte a 274 personas entre ella 21 niños. El ataque más importante fue sobre un edificio donde se encoraban reunidos los comandantes de la principal fuerza militar, el cuerpo de élite las Fuerzas Radwan, matando a sus 16 jefes entre 45 personas que habitaban el edificio. Según fuentes libanesas en aquellos días ya había en total unos 5.000 heridos. Pero no se detuvo. Las operaciones continuaron a la misma intensidad extendiéndose a todo Líbano y tanto contra posibles bases militares como contra lideres políticos y militares. No es necesario en este artículo mencionar todas las bajas entre los jefes políticos y militares de los libaneses. Los jefes de sus principales unidades de combate, los jefes de la fuerza de cohetes y drones, los jefes de logística, los jefes del frente sur, etc. etc. hasta dejar casi destruida la estructura de mandos de la organización. Quizás no tantas bajas en número, pero cualitativamente la cuestión cobra un aspecto dramático.
Cualquiera que fuera llenando los casilleros de bajas de la estructura de Hizbollah, podía ver como el secretario general Nasrallah iba quedando solo en la cúspide, con todos sus compañeros muertos. Y se podía prever que podía ser el siguiente objetivo. Y así lo fue. En la ONU y con una propuesta de tregua de 21 días lanzada por EEUU y Francia, Israel realizó la operación para matar a Hanan Nasralah; ordenada en medio de los discursos de los lideres mundiales en Nueva York. No solo muestra la determinación de Israel, y la hipocresía de occidente, sino la poca relevancia de ese foro, que hoy es solo una tribuna para dar discursos. O tal como varios lideres señalaron (entre ellos Erdogan de Turquía) es solo un vestigio de una correlación de fuerzas consecuencia del final de la segunda guerra, ya inoperante.
Según investigaciones llevadas a cabo también por el diario estadounidense “The New York Times” varios aviones no tripulados fueron los encargados de sobrevolar Beirut y de descargar sobre el lugar donde estaba Nasrallah más de 900 kilos de bombas BLU-109 de fabricación estadounidense con un kit JDAM, un sistema de guía de precisión que se fija a las bombas. Son las llamadas “antibunkers” debido a que no explotan al hacer contacto con la tierra, sino que son capaces de penetrar varios metros para después explotar. Esto convirtió la zona en un lugar donde la destrucción fue muy grande, llegando a derruir varios de los edificios circundantes y matando a decenas de civiles.
Impactaron en un edificio donde se encontraban oficinas de la organización y en el cual había un bunker en sus sótanos, matando al líder y a otros altos responsables que se encontraban reunidos. Otro golpe durísimo. Está de más repetir que todos estos ataques selectivos producen cientos de muertos entre la población. Y que desde los números que señalamos mas arriba al inicio de esta operación los muertos, desplazados y heridos se han ido incrementado mucho. Tampoco esta de mas indicar que estas operaciones sobre jefes o reductos de la organización solo pueden ser realizadas con informaciones precisas. En cualquier caso, aun en las guerras del pasado un ataque de artillería o aviación previo a una ofensiva terrestre, o el intento de encontrar y destruir el HQ de una división, solo era exitoso si la inteligencia les había dado a los atacantes los datos necesarios, y los defensores eran tomados por sorpresa.
Desde el inicio de esta nueva fase del conflicto por palestina el 7 de setiembre, la frontera de Líbano e Israel fue un espacio de varios km a ambos lados en los que principalmente se realizaron intercambio de salvas de artillería (cohetes, drones, artillería). Esto produjo la evacuación de decenas de miles de civiles israelíes y libaneses. Además, de la muerte de unos 25 israelíes y unos 550 libaneses, (como señala el mapa contiguo) hasta julio de este 2024. El conflicto es ese periodo quedo tácitamente acotado en esa región, aunque hubo ataques esporádicos israelíes que lo excedieron. El problema más importante se estableció al interior de Israel, al haber logrado los libaneses que la evacuación de decenas de miles de civiles se transformara en un elemento de presión política interno ya que la discusión es que el estado debe garantizar la seguridad para que puedan continuar sus vidas cotidianas.
Además, que la amenaza de la cohetería de Hizbollah, más allá de su efectividad mortífera muy limitada, es ciertamente una cuestión que produce alarmas permanentes, y el gasto en defensa israelí de la “cúpula de hierro” es mayor que el de los árabes en lanzar cohetes. Es en esta estrategia de desgaste los cohetes una táctica la base del eje de la resistencia, mantener una presión que en el largo plazo es insostenible para Israel. Esto se ha alterado estas últimas semanas.
El corrimiento del centro de gravedad de la guerra desde Gaza hacia Líbano, ha tenido como característica la ruptura por parte de Israel del equilibrio militar. Los judíos lanzaron los ataques que describimos más arriba y colocaron a Hizbollah (y a Irán) en un desafío que aún no sabemos su alcance. Ciertamente Israel rompió varias “líneas rojas” con los operativos que enunciamos. La respuesta iraní a la primera operación dura de Israel (el ataque a la embajada en Damasco) y libanesa fue sin dudas moderada. Aunque pudo haber tenido su utilidad de testear las defensas de Israel, lo cierto es que, más que una escalada fueron un intento de mantener el conflicto en los niveles previos. O sea, en la práctica no causaron bajas que Israel deba lamentar.
Sin embargo, esto fue antes del ataque contra Haniya en Teherán, de la operación de los Beepers, y de los ataques masivos y sistemáticos sobre Líbano. Lo que significa que Israel estaba desplegando un plan y que continua en él. En estos días de setiembre y especialmente estos últimos días Israel realzo más de 1000 ataques sobre objetivos militares y mandos de Hizbollah, con un éxito destacado. Aunque los libaneses siguen respondiendo, lo hace de una forma que no es ni remotamente del mismo nivel. Aunque muestren que por más que los judíos los golpeen una y otra vez, seguirán recibiendo salvas de cohetes y la población israelí no recuperará la calma.
Israel ha extendido sus ataques a todo Líbano, inclusive al valle del Becka en el norte y Beirut, o cualquier otro lugar del país levantino. Importante desde el punto de vista militar, además de lo ya mencionado es que: por un lado, la aviación israelí cruza los cielos de Líbano sin ningún tipo de contestación, en vuelos que son muchas veces solo demostrativos, y eso es una ventaja muy grande, que tu enemigo no disponga de defensas antiaéreas, aunque sea viejas ametralladoras para intimidad en lo táctico. Segundo, que lo más lógico es que esta sea la etapa anterior a la invasión por tierra. Y aquí está la cuestión, quizás Hizbollah como en el 2006, este aguantando en sus refugios esperando a la fuerza de tierra para combatirlas en el terreno que imaginamos es más eficaz. Por ello Israel busca degradar estas capacidades golpeando al mando y control. Veremos.
Sabemos que la principal forma de intervención iraní en la guerra es con apoyo logístico, unidades especiales de la guardia revolucionaria, pero sobre todo medios a distancia, misiles y drones. Frente a esto ¿cuál es la capacidad de reacción israelí?
El principal ataque sufrido por Israel hasta hoy fue la represalia iraní frente al ataque a su embajada en Damasco. Este consistió en el lanzamiento secuencial de 331 misiles y drones desde Irán. La mayoría fueron interceptados por la defensa israelí, pero un mínimo de 7 (según Israel) impactaron. O sea 7 de los 110 misiles balísticos iranies impactaron. Es suponemos menos de lo esperado, pero ya es una cifra que puede servir para analizar las virtudes y defectos de la defensa israelí. De hecho, la respuesta iraní fue sin dudas moderada, con muchos viejos y, a sabiendas, interceptables misiles herederos de los Scud de Saddam. Quizás lo mínimo indispensable para dar una respuesta esperando que Israel tomara nota y todo quedara ahí. Y a su vez desnudar sus capacidades. Bueno esto no fue así. Israel siguió adelante, no tanto en el terreno de intercambio de salvas, sino es su estrategia de asesinatos “selectivos”, que es su estrategia.
La defensa israelí es “multicapa” dispone de una serie de niveles que van desde la defensa táctica puntual, hasta estrategia de largo alcance y fuera de la atmósfera. En esta guerra se ha producido el primer combate en el espacio, con el derribo de un misil fuera de la atmósfera.
En un nivel están los Patriots, que modernizados, son los mismos sistemas que EE.UU. entrego a Israel en la guerra del golfo de 1991. Opera contra aviones, drones y misiles sencillos. La más famosa es la “Cúpula de hierro” sistema construido para enfrentar las salvas de Hamas y Hizbollah. Interceptan cohetes y misiles de corto alcance en una distancia de 4 a 70 km, cubre todo el territorio esencial del pequeño Israel, es un sistema superficie aire de tipo SAM. Tienen una adaptación para ser usados por barcos, que en este momento operan en el mar Rojo para enfrentar la los Huties.
Después se encuentra el sistema “Spyder”. Preparado contra aviones, helicópteros, drones y misiles, También opera en baja cota y este asignado a las unidades de combate, se usa para defensa puntual de tropas en operaciones, pero puede ser desplegado e interactuar con el resto del sistema. Lo siguiente capa es la “Onda de David”, que está destinado a reemplazar al Patriot. Esta pensado para contrarrestar misiles balísticos, a los Iskander rusos y los DF15 chinos, discrimina de señuelos, y es en teoría muy eficaz. Sin embargo, está por verse si se pone a prueba seriamente con lo más avanzado iraní.
Por último, tenemos el sistema “Flecha” (“Arrow” 1, 2 y 3). Es un sistema de largo alcance que opera fuera de la atmósfera destinado a contrarrestar los misiles balísticos. Es un sistema supersónico, tiene radares de detección temprana y un centro de mando y control especializado. Finalmente, los israelíes propagandizan que está en desarrollo próximo a ser puesto en acción el sistema “Rayo de hierro”, que es un sistema laser que serviría contra artillería y misiles de corto alcance en un radio de 7km, y que “revolucionaria” los sistemas de defensa antiaérea. A esto se suma la Fuerza aérea israelí muy bien dotada y con experiencia, con sus aviones interceptores que pueden despegar e interceptar misiles en una línea de ataque detectada.
Como vemos es un sistema muy complejo y muy completo. Pero se basa en dos premisas. Una, Israel es un país muy chico. Dos, todo el sistema esta desarrollado en conjunto con los EEUU y depende de este país para poder sostener su uso intensivo. Creemos que es evidente que la estrategia de las organizaciones de la resistencia es la “saturación”. O sea, con innumerables ataques de cientos o miles de cohetes y drones baratos (como hizo Hamas el 7 de octubre), agotar la capacidad del sistema y “colar” los misiles que esperan impacten en objetivos específicos. Pero como todo esto que parece lo lógico, está por verse en la guerra total o en un intercambio de salvas masivo y prolongado.
Cuáles son las capacidades de Hizbollah
La “milicia” libanesa en realidad es “casi” un ejército, sin dudas mucho más que una milicia tal como la imaginamos, mucho más potente (y con más espacio) que Hamas. De hecho, es una organización que cubre las tareas de un estado en lo político social y militar. Dispone entre unos 50 y 100 mil hombres. Según las fuentes. Aunque quizás a las más altas se refieran a todo lo que es capaza de movilizar y las más bajas a los hombres encuadrados en formaciones de combate. Dispone de algunas unidades de tierra que se saben muy bien preparadas y dotadas de material y mandos de buen nivel. Y tiene una experiencia que ya en el 2006 demostró ser imposible de superar para el potente ejército israelí, que debió renunciar a sus objetivos por la inteligente resistencia de los libaneses. Y se ha fogueado con éxito en la guerra de Siria. Es lógico que las IDF la tomen con respeto
Ahora bien, la principal amenaza para Israel en el tipo de guerra que desarrolla el “Eje” se compone de dos elementos claves. Uno: los cohetes y misiles. Estos tienen la capacidad de, en forma muy económica, de transformar en inhabitable la franja norte del territorio israelí. Mientras que los misiles, (disparados desde tan cerca y en cantidad) podrían ser un desafío para el sistema de defensa en general.
El segundo elemento es la infraestructura de túneles, un sistema de cientos de kilómetros bajo tierra que permite mover unidades y suministros en forma segura y, (en caso de que Israel avance) colocar unidades por detrás de sus líneas. Si bien estos túneles existen desde siempre en la guerra, y fueron muy destacados en la guerra de Vietnam, lo cierto es que Hizbollah parece haberlos llevado a un nivel similar a una enrome línea de subterráneos, grandes empresas privadas han sido contratada para construirlos. Cierto es que Hamas también dispone de ellos, como aun seguimos viendo, ya que es lo que les permite seguir operando y realizando ataques sorpresa como mantener con alguna seguridad sus fuerzas y los rehenes. Pero Hizbollah, insistimos, señala que esos túneles son cuidades subterráneas.
Lo que vemos a lo largo de esta ofensiva es que Israel se está esforzando en destruir ambos elementos. En realidad, no sabemos si ha tenido éxito o no. La respuesta moderada de Hizbollah puede ser (y no es algo ilógico) simplemente una espera, para no develar sus capacidades en reserva ante la anunciada ofensiva terrestre, a la que podría responder lanzando la anunciada “lluvia de fuego” sobre todo Israel. No sabemos. Lo mismo los túneles, búnkeres y decenas de miles de combatientes y armas.
Lo que sí está confirmado es que la inteligencia israelí ha dado al ejército o a sus propios hombres los datos necesarios para eliminar a casi todos los mandos como venimos señalando. Pero podría ser que los mandos directos de compañías o batallones en el terreno tengan sus planes y están en condiciones. Lo cierto es que a nivel dirección por más que una nueva generación reemplace a los caídos la recomposición no es inmediata y la experiencia no de remplaza, así como así. Por ello creemos que la ofensiva de tierra de las IDF será en poco tiempo.
En conclusión, Hizbollah es una fuerza militar competente, numerosa, bien entrenada y bien dotada. Que se encuentra atrincherada en un terreno que conoce y viene preparando hace tiempo. Es mucho más fuerte que Hamas. Pero viene siendo golpeada en una forma contundente y sistemática estas ultimas semanas en una forma sorprendente. Solo el hecho de la invasión israelí y la capacidad de Hizbollah de enfrentarla nos permitirá concluir en ese momento la capacidad que conserva.
Conclusiones
Este viernes EEUU ha asignado de forma inmediata más de 8000 millones de dólares destinados a suministrar a la “cúpula de hierro” (5000) y a la capacidad militar ofensiva (3000). O sea, un apoyo directo a esta ofensiva en curso y los pases que podemos imaginar.
Este mapa muestra huelgas reportadas desde las 2:00 pm ET del 25 de septiembre a 2:00pm ET el 26 de septiembre
En el desarrollo de estas operaciones israelíes, cada día se atacan una cantidad muy alta de objetivos y también diariamente se anuncia la muerte de algún mando militar o responsable político de Hizbollah. En esos ataques de “precisión” sin dudas hay un gran trabajo de inteligencia detrás, ya que sistemáticamente, mueren jefes, como también se anuncia (insistimos, eso debe ser verificado en la práctica) destrucción de arsenales o posiciones de la organización. Pero estos numerosos ataques diarios producen además cientos de muertos por día de los civiles que se encuentran en la zona. Y una gran destrucción, la que en una escala dramática ya vimos en Gaza. Como sabemos Israel no se detiene ante la posibilidad de bajas civiles, ni siquiera de los trabajadores de organismos internacionales. Tal como ha anunciado toda la población que quede en las zonas donde haya supuestas bases de Hizbollah o viviendas de sus lideres es también un objetivo. No olvidemos que la muerte de Hasan Nasrallah y sus compañeros se produjo en un ataque con muy poderosas bombas antibunker sobre un bunker subterráneo debajo de las oficinas de la organización. Pero en medio de un barrio de la ciudad. de Beirut. Por ello también existe un importante desplazamiento de población, como también en escala bíblica ya ha ocurrido en Gaza.
Estas operaciones indican que lo mas lógico es que Israel aproveche para una ofensiva terrestre lo que se imagina una situación de debilidad, por la muerte de la mayoría de los mandos y la crisis en el “mando y control”, de las fuerzas militares enemigas. Además de un debilitamiento por los bombardeos de las capacidades. Esto ya lo dijimos antes. Pero es necesario repetirlo, indicando que la “estrategia” de Israel es elevar la apuesta e ir avanzando militarmente, para obtener los máximos resultados en un plazo no demasiado largo. Para escapar de la estrategia de Irán y el “Eje de la resistencia”, que justamente como su nombre los indica es de “resistencia”. No se plantea tiempos, con la certeza de que el largo plazo los favorece.
O sea, la estrategia del “eje” es una de hostigamiento y desgaste. La “resistencia” no se propone atacar ni elevar el conflicto hacia una guerra total. Porque sabe dos cosas. Una, que en el largo plazo la correlación de fuerzas en el mundo, pareciera debilitar en lo relativo a Israel si no consigue legitimarse plenamente y estabilizar su situación. A partir del 7 de octubre una vez alterados los planes israelíes de eliminación del problema palestino y estabilización de la relación con los vecinos a través de una línea basada en “acuerdos de Abraham” o similares; comenzó una guerra (o una nueva etapa de la larga guerra de Palestina) que se basaba en la idea de acoso, y desgaste, una estrategia prolongada. O sea, conminar a Israel a aceptar un acuerdo con reconocimiento palestino o colocarla ante una guerra de largo plazo y baja intensidad con intercambio de salvas y combates limitados. Una guerra que no podría ganar en ese nivel ya que los recursos del “eje” son mas que suficientes para sostenerla.
Frente a ellos Israel, en manos de un gobierno de nacionalistas sionistas y religiosos extremistas, decidió avanzar en una guerra total. La idea de Israel se basa en romper la estrategia del “eje” elevando el conflicto. Atacando con todo su poder a cada uno de sus enemigos, e intentar degradarlos hasta volverlos controlables o eliminarlos. Para ello dispone de dos bazas. Una que el ejercito y la sociedad israelí están muy bien equipadas, pero para guerras cortas. En el corto plazo y en lo táctico los judíos son superiores. Segundo que puesto en el dilema occidente va a apoyar a Israel, frente a los demás poderes de la región, más aún si estos están divididos o son vacilantes.
Esto es quizás lo que no podía ser previsto a este nivel por el “eje”, que EEUU iba a estar tan presente, en lo que seria una guerra total. Ante una ofensiva israelí sobre Líbano, una ocupación del territorio, si Irán decidía responder con firmeza, EEUU (Inglaterra y otros) actuaría como fuera necesario para evitar que se pudiera colocar a Israel en aprietos. Irán está lejos de Israel. Puede actuar por las organizaciones del Eje, pero en la práctica, si debe mover grandes cantidades de suministros, hombres etc. debe recorrer una gran distancia. En cambio, Israel a través de EEUU puede atacar cuando y como quiera, y estar cubierto desde lejos ante una respuesta masiva. Y el mismo EEUU podría golpear a Irán si interviene formalmente.
Aquí vemos una fuerza anfibia que se compone de una serie de buques de desembarco y apoyo con unos 4500 hombres. En el Mediterráneo oriental cerca de Chipre, donde se encuentran dos potentes bases británicas, la que según anuncio el gobierno inglés está siendo reforzadas para luchar junto a Israel en caso de elevarse el nivel de conflicto.
También vemos un grupo de combate del portaviones Abraham Lincoln cerca del Golfo Pérsico amenazando a Irán y una fuerza de patrulla en el estrecho de Ormuz. No es algo descollante, ya que al inicio del conflicto EEUU había desplegado dos escuadras con sus sendos portaaviones. Pero a esto se suman lo devengados 8500 milllones de U$S que el gobierno de EEUU asigno casi de emergencia a Israel para ser usados en forma completa en equipamiento bélico. Y las posiciones británicas en Chipre.
Debemos tomar nota de las declaraciones del gobierno de EEUU. En su conjunto vemos una estrategia clara. Occidente señala que se debe hacer una tregua e intentar des escalar. Israel no acepta ni una mínima sugerencia ya que considera que debe aprovechar este momento, y que una tregua daría aire a sus adversarios, entonces redobla sus ataques. EEUU y occidente señalan con claridad que Irán no debe responder porque eso implicaría la intervención de EEUU, e Inglaterra al menos, y realizan movimientos militares para demostrar que va en serio.
O sea, Occidente sustenta económica y logísticamente a Israel, y le hace de paragua diplomático, mientras que mantiene el dedo en el gatillo contra Irán. Aquí vemos el punto débil de la estrategia de largo plazo del “eje”. No sabemos hasta cuando el estado judío seguirá avanzando. Porque si la degradación de las fuerzas palestinas y libanesas es muy grande, e Irán se ve compelido a no responder, porque no pueda, o porque no quiera, o porque el riesgo sea demasiado alto… lo cierto es que se asemeja a otra guerra en la que Israel triunfa. Aunque esto no signifique la Paz, ni la estabilidad, y de hecho la situación regional se haya deteriorado. O que en el largo plazo “Israel este condenado” como señalan los más militantes. Pero como dijo Keynes “en el largo plazo estaremos todos muertos”.
Por ultimo los grandes actores regionales (fuera de Irán) Turquía, Egipto y Arabia Saudita, muestran sin dudas gran incomodidad, Pero sus respuestas son limitadas. Quizás diplomáticamente Turquía se ha mostrado mas dura, ciertamente. Pero ante la decisión israelí y su determinación ofensiva, ninguno de los actores parece tener una idea de enviar algún tipo de ayuda militar directa o indirecta. Turquía no armó siquiera esta vez una nueva “Flotilla de la libertad” que efecto tan positivo produjo para desgastar a Israel ante el bloqueo a Gaza. Aunque Erogan se mostro muy activo en la escena pública en apoyo a Hamas.
Los otros actores globales destacados China y Rusia, mantienen en realidad una posición moderada. Condenan claramente a Israel; mantiene reuniones y acciones diplomáticas que llaman la atención sobre excesos y piden des escalar, sobre todo China. Pero su presencia en el conflicto afecta poco la política israelí. Y de hecho Rusia, que mantiene buena relación con diferentes gobiernos árabes o islámicos en el marco de la geopolítica multipolar global, se cuida de que los choques con Israel no se transformen en rupturas serias. Pero aun el mismo Irán no ha respondido hasta hoy en forma contundente.
La acción más clara de China ha sido los acuerdos entre Irán y Arabia Saudita que repercuten en una tregua para los que los Huties puedan concentrase en la lucha actual, lo que no es poco. Pero claramente no altera a Israel, ya que la misma China espera poder construir un gran puerto de la ruta de la seda en Haifa. También este conflicto es un desafío de largo plazo para la estrategia que pueda surgir de los BRICS, es claro que Israel no esta en ese espacio ni estará. Si lo están Egipto, Arabia Saudita, Irán y aspira a estar Turquía. Pero acá nuevamente nos remitimos al largo plazo. Los BRICS no son un acuerdo del tipo que impone líneas claras en una accionar colectivo común tipo UE u OTAN o cualquier otro acuerdo, sino son una línea de avance alternativa para diversificar las relaciones. Camino del que no dudamos no favorece a Israel, pero solo en el “largo plazo”. Y que justamente consiente de esto ha lanzado sus ofensivas en saltos hacia adelante hacia una guerra total.
Todo lo que señalamos aquí es un análisis que abarca temas que se están resolviendo en este momento en los combates concretos, y como tales están sujetos a la incertidumbre y la “niebla de guerra”. Es probable que cuando esta nota salga a la luz, nuevos hechos hayan sucedido.
*Guillermo Martín Caviasca, Doctor en Historia UBA / Autor de libros de historia sobre el movimiento obrero, historia militar y geopolítica / Experto en Defensa
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Rebelión.