Mi Columna/Sáhara Occidental
Eugenio Pordomingo (14/6/2010)eugenio2
De un tiempo a esta parte, Marruecos, el lobby español Madrid-Rabat, sin excluir al gabacho, se dedican a seguir los pasos -y no sólo físicos- de todo lo que hace y deshace el pueblo saharaui, el Polisario y el conglomerado de asociaciones que, en la mayoría de los casos, luchan y se dejan la piel en reivindicar la memoria de ese pueblo que un día formó parte de España, como colonia y provincia, aunque les pese a algunos. Sobre todo a Francia.

Si los amigos del pueblo saharaui ponen en marcha un festival de cine, poco después Marruecos y su lobby, plagian la idea; si los primeros acometen la infatigable y sudorosa carrera en el desierto, los segundos, otro tanto. Si ex militares españoles, pro-saharauis, organizan un viaje a los campamentos, no mucho después  surge otro similar, pero de signo contrario. O sea, pro-marroquí. Y así.

La labor que realizan en decenas y decenas de páginas en Internet en defensa de los derechos del pueblo saharaui, cuyo territorio ha sido invadido militarmente por Marruecos con el beneplácito de España -especialmente de los gobiernos socialistas-, el apoyo de Francia y el nosequé de Estados Unidos, ha provocado que el lobby que apoya a Marruecos se lance a la batalla. También a la mediática.

Con estos antecedentes,  hace su aparición, en España y Marruecos, pero sobre todo en territorio hispano, la revista «Marruecos Siglo XXI». El objetivo de este costoso proyecto -sede en Madrid y Rabat; además de asesoramiento de una empresa española de comunicación-  no se le escapa a nadie. Y más, si leemos con cierta atención lo que aparece en su propaganda:

«El objeto de nuestra revista es el de aportar informaciones de interés, actuales, serias y contrastadas, presentadas y escritas de forma profesional, que enriquezcan el debate y la reflexión con elementos que, aún de forma modesta, puedan incidir en el desarrollo político, económico y social del país«.

Con incredulidad, afirman «… que harán de nuestro magacín (sic) un producto singular dentro del rico panorama mediático marroquí.La revista se define, de la mano de sus creadores, como un «medio hispanófono de calidad en un país que cuenta, todos los niveles confundidos, con cuatro millones de hispanohablantes propios, existiendo además una importante comunidad hispana, en territorio marroquí, con un perfil muy diverso».

«Marruecos Siglo XXI», despega semanalmente con una tirada de 15.000 ejemplares de «los cuales 5.000 serán distribuidos en 1.800 puntos de venta por toda España mientras que los 10.000 restantes se comercializarán en Marruecos». En la campaña de divulgación, los editores dicen cosas así: «… los importantes lazos históricos, lingüísticos, económicos y culturales que unen al Reino Alaui y a España».

Los editores pretender lanzar un mensaje «periódico y profesional» que constituya un «puente de comunicación entre las dos orillas con el objetivo de consolidar los valores de apertura y libertad y conservar los fundamentos de Marruecos, el nuevo Marruecos, moderno y abierto a su entorno, que no se encierra en sí mismo, sino avanza, con paso firme hacia el futuro».

Pero soy de los que opina que detrás de la edición semanal de «Marruecos Siglo XXI» hay algo más. No nos pueden engañar con lisonjas sobre nuestra lengua ni decir que en Marruecos hay un «rico panorama mediático», como lo prueba el cierre de periódicos y revistas, algunos de sus directores se tuvieron que refugiar en territorio infiel español. Tampoco pueden arrojar florecillas dialécticas como esa de los  «importantes lazos históricos, lingüísticos, económicos y culturales que unen al Reino Alaui y a España», ya que la historia común está escrita con sangre de los muchos enfrentamientos habidos. Demasiados barrancos del lobo.

Eso, por no hacer mención a las amenazas -no sabemos si se han cumplido alguna vez- que del reino alauíta hemos tenido que soportar, cuando no aguantar las airadas agresiones verbales sobre la anexión de Ceuta y Melilla o Las Islas Canarias. Incluso en algunas ocasiones nuestros acomplejados o, quizás, seducidos gobernantes, han soportado la presencia en actos oficiales en Rabat, de mapas, lujosamente bordados, del Gran Magreb que llegan casi hasta Asturias. 

Pmarruecos-siglo-xxior no hablar de las expulsiones de agentes del CNI (Centro Nacional de Inteligencia), ni de la presión que sufren sacerdotes católicos y cristianos.

Sobre los valore del «nuevo Marruecos, moderno y abierto a su entorno, que no se encierra en sí mismo, sino avanza, con paso firme hacia el futuro»,  yo les diría a sus editores que cómo es entonces que impiden que parlamentarios españoles y europeos puedan pisar el Sáhara Occidental.

La actuación de Marruecos -hay varias denuncias de europarlamentarios- para con el pueblo saharaui merece otro capítulo.

Said Ida Hsaan, director de «Marruecos Siglo XXI»
Por si hubiera alguna duda acerca de la objetividad de este proyecto marroquí, aportemos algunos datos. Said Ida Hassan, director de «Marruecos Siglo XXI»,  ha sido corresponsal-jefe en Madrid de la agencia oficial marroquí MAP (Maghreb Agence  Presse); pero más allá de su  labor profesional se ha dado a conocer públicamente por actos de provocación, montados a favor del régimen autocrático de su país.

En abril de 2005, Hassan organizó  un escándalo, que pasó a los tribunales de Justicia españoles, al proferir gritos en una sesión, celebrada en la Universidad de Almería, en torno al periodista marroquí represaliado por el régimen de su país, Alí L’mrabet, víctima de restricciones a la libertad de expresión.

En junio del mismo año 2005, Hassan fue expulsado por el servicio de orden de una conferencia del Forum Social, en Barcelona, que pronunciaba el saharaui Alí Salem Tamek. Antecedentes de este carácter motivaron que no le fuera permitida la entrada a un acto sobre el Sáhara Occidental, celebrado en el Ateneo de Madrid.

Said Ida Hassan ha desempeñado la presidencia, en la capital de España, de la ACPE (Asociación de Corresponsales  de Prensa Extrajera). En el pasado mes de enero presentó la renuncia a dicho cargo; formalmente figuró que el hecho se producía por exceso de trabajo y que se le agradecían los servicios prestados. Más allá de la cortesía de los colegas, se sabe que el periodista marroquí había suscitado tensiones en el entorno y que aún dejó un cierto rastro de problemas que han ido quedando resueltos posteriormente.

En febrero de 2010, Hassan pone en marcha Andalus Press, periódico on-line de información general, en árabe, dirigido a los inmigrantes marroquíes en España, como precedente más cercano de la revista que acaba de ver la luz.