España
Diego Camacho (2/5/2012)rajoy-y-fernandez
Las declaraciones del ministerio del Interior desvelando cuales iban a ser las ventajas carcelarias de terroristas y miembros de banda armada nos han dejado a la mayoría de los ciudadanos con la boca abierta, no de sorpresa, sino de estupor, pues lo que muchos temíamos comienza a producirse. Este gobierno en lugar de cumplir aquello que prometió, en la oposición y durante la campaña electoral, en lo referido a la política antiterrorista, ha dado un giro de 180º y con toda la desvergüenza del mundo se apresta a seguir la hoja de ruta etarra y la política diseñada por ZP.

La ilegalización de Bildu ha quedado en el olvido a pesar de tener elementos legales suficientes para hacerlo. El ´caso faisán´, al parecer se ha convertido en caso paloma y un espeso manto de silencio institucional se cierne sobre ambas aves. Ahora llega el acercamiento y los beneficios a los asesinos más peligrosos: terroristas, narcos, crimen organizado, etc.;  el que roba pollos que siga igual.

Me gustaría saber cómo se siente el diputado Gil Lázaro, que en innumerables sesiones de control al gobierno ponía en un brete al ministro a cuenta del chivatazo de la policía a ETA. Al no dimitir, aunque sólo sea por vergüenza torera, tengo que entender que estaba en el ajo, pues no es de recibo que una persona decente se deje manipular o ningunear políticamente de ese modo y más cuando su partido le ha obligado a hacerlo en sede parlamentaria, donde alguien dijo una vez que reside la soberanía popular. Otros distinguidos populares como Mayor Oreja y Basagoiti tendrán que hacer algo al respecto, pues mostrar un tibio o rotundo desacuerdo es insuficiente si se tiene en cuenta lo que hay en juego.

Ahora dicen que en el PP están enfadados con el ministro por desvelar el plan. No por haber cometido un error sino por que nos hayamos enterado por adelantado pues había  interés en hacer, como siempre una utilización electoral en el país vasco. En definitiva, el propio enfado acredita que el plan gubernamental es seguir por la senda del nacionalismo pazguato, aunque sea en un tono menor gracias al complejo de base del que adolece este partido. Incluso ha habido algún militante que ha justificado la postura gubernamental diciendo que «sería muy costoso políticamente para el gobierno que ETA volviera a matar por la rigidez de Rajoy«.

Es decir, para esta persona somos rehenes de los terroristas, lo cual se contradice con la reiterada afirmación de su partido de haber derrotado a los terroristas. Es realmente novedoso en la ciencia política que aquel que consigue imponer su hoja de ruta sea el que ha perdido la guerra. En Euzkadi está claramente abierto un proceso secesionista y para el conjunto de España es necesario dar una solución al problema. Negarlo, subestimarlo, rendirse al terrorismo o una combinación de todas ellas no es el camino adecuado y creo que si lo hubieran sabido los votantes del PP no le hubieran otorgado a Rajoy la mayoría absoluta de la que goza. Pero ante todo, si ETA vuelve a asesinar la culpa del crimen será del asesino no de Rajoy.

Es notable el éxito psicológico que los terroristas han logrado con una parte nada despreciable de sus adversarios; además de haber impuesto el chantaje social permanente han logrado que algunos de los extorsionados padezcan el síndrome de Estocolmo.

El colmo de la canallada ha sido cuando el ínclito ministro Jorge Fernández Díaz ha tratado de «estigmatizar» a las víctimas acusándolas de buscar venganza. Para este tipo pedirle a los poderes públicos que hagan cumplir la ley es venganza; yo creía que venganza era tomarse la justicia por la propia mano. Es verdad que después pidió disculpas, pero tampoco puede decirse que haya hecho nada para demostrar que realmente no pensaba así. El daño a la imagen de las víctimas ya estaba hecho, en un país decente este individuo debería haber abandonado su puesto, pero aquí insultar al débil sale gratis. Mientras tanto se planifica para dar beneficios carcelarios a asesinos y delincuentes de alto bordo o se plantean amnistías fiscales, ¿para que los evasores   inviertan en España?

N. de la R.
El autor es coronel diplomado en Operaciones Especiales, licenciado en Ciencias Políticas y miembro de la Junta Directiva de APPA (Asociación para el Progreso de los Pueblos de África).