Mi Columna
Eugenio Pordomingo (19/11/2008)
Ayer, los leones del Congreso de los Diputados rugieron. Y no fue para menos. La Portavoz del Partido Popular exigió al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, que abandone el ministerio si no da «explicaciones» sobre la cúpula de Barceló.

Las explicaciones que, según Soraya Sáenz de Santamaría, debe dar el afrancesado ministro se refieren al  coste de la cúpula que el artista Miquel Barceló ha construido y pintado para el Palacio de Naciones Unidas en Ginebra. En el supuesto que Moratinos no de esas explicaciones, la Portavoz popular, le ha exigido que abandone el puesto (ministro) por haber pagado -la cúpula- con fondos de la ayuda al desarrollo.

Con la energía acostumbrada (escasa) y la mínima convicción política, la portavoz del Partido Popular en el Congreso, declaró en el transcurso de una rueda de prensa, que el ministro Moratinos, «El Afrancesado», debe explicar el coste de la cúpula, durante el turno de preguntas que la oposición le va a plantear hoy durante la sesión de control al Gobierno.

La Portavoz exigió, repito, que Moratinos debe detallar el coste de esos 20 millones de euros que el Gobierno  ha pagado a Barceló para construir la cúpula.

Nadie oculta que para ese pago se ha tirado (500.000 euros) de los fondos de la ayuda al Desarrollo, lo que ha sido confirmado por el embajador de España ante la sede europea de Naciones Unidas, Javier Garrigues.

A Sáenz de Santamaría, no le tembló el pulso, ni le traicionó la voz ni el gesto, al afirmar que Moratinos  debe destinar los «dos minutos y medio» en responder a su pregunta, en la sesión de control, para aclarar el dinero aportado por el Gobierno, ya que, de lo contrario, tendrá «un minuto para abandonar el Ministerio».

¿Quién asesora a Soraya en estas artes congresuales? ¿Lo hará ella solita?

«Motivos no faltan», para pedir la reprobación del ministro de Exteriores, contestó la Portavoz en respuesta a la pregunta de un periodista. Pero, no aclaró nada más…

Dentro de la sala donde Sáenz de Santamaría daba la rueda de prensa se oyó un ruido seco, estremecedor, similar a un rugido. Algunos periodistas, los más jóvenes, salieron nerviosos al exterior para ver qué pasaba. ¿Acaso esperaban encontrar a otro Tejero en la puerta?

Pero no, no hubo sorpresas de ese calibre. Lo único que se había producido era un rugido. Los dos leones, que montan guardia a la puerta del Congreso de los Diputados, construidos con el acero de los cañones capturados al enemigo marroquí en la batalla de Wad-Ras, y fundidos en la Maestranza de Sevilla, habían rugido.

Uno de los más avezados plumillas del lugar, comentó socarrón: «Eso ha sido debido a la energía que emana de las contundentes palabras de la Portavoz…»

Pero, con seguridad, el motivo para emitir ese rugido era otro. Lo que había pasado es que los leones habían escuchado las palabras de Francisco Álvarez Cascos, pronunciadas durante el transcurso de una conferencia titulada «La política: un viaje de ida y vuelta», que el asturiano y ex diputado popular estaba impartiendo en el Colegio Mayor Universitario Elías Ahúja de Madrid.

Álvarez Cascos afirmó, de forma contundente, que un dirigente al frente de un partido político debe aplicar las cuatro reglas de la política del conde del Conde de Romanones: «sumar lo más, restar lo menos, multiplicar prudentemente y dividir al adversario». Cascos comentó que en su partido -el PP-, «no se suma, se resta; no se multiplica, se divide y no se divide al adversario, sino que nos dividimos nosotros mismos».

La diatriba iba contra Sáenz de Santamaría y De Cospedal, especialmente contra ésta última por decir que «en el PP hay algunos cobardes anónimos que reman en contra». Pero nadie lo duda, la diana principal de su perorata, el objetivo, era y es Mariano Rajoy Brey.

Entre tanto, el ministro Moratinos, «El Afrancesado»,  se sentía sumamente preocupado por el minuto que Soraya Sáenz de Santamaría le había concedido para que dimita si es que antes no aclara la desvergüenza de los 20 millones de euros que ha costado la cúpula de la Alianza de Civilizaciones…