Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión posan en la foto de familia del Consejo Europeo que se celebró en Bruselas (Foto La Moncloa)

Economía/Europa
Manuel Funes Robert (11/2/2913)
En el nuevo presupuesto europeo hay una concesión significativa aunque todavía insuficiente para animar la esperanza. A petición de , entre otros, Rajoy, se van a incluir 3.000 millones de euros de dinero nuevo para el próximo periodo. Cualitativamente importante es insuficiente, pero por lo menos señala el camino correcto, que es paradojalmente el más sencillo, el más barato y que nada tiene de cruento.

En tiempos pasados se habló de una cifra mucho mayor a instancias del ECOFIN, de lo cual dimos la noticia y comentario que correspondía. Pero como ocurre con todos los comentarios de esta naturaleza, cayó en el olvido y repetimos nuestro propósito de que Alemania hará todo lo que pueda para que fracase. Al menos, alguien se acuerde que los bancos centrales nacieron para proveer de la necesaria financiación desde que el dinero es papel y no oro.

Pero aún faltan detalles importantes, porque los bancos centrales han nacido para prestar, sino para financiar, que no es lo mismo porque si el dinero que los bancos centrales prestan hay que devolverlo, no cumplen la función de financiación creciente, sin la cual no crece el PIB. Pero como tampoco tienen derecho los mercados privados a recibir dinero gratuito, ese dinero adicional debe canalizarse debe canalizarse a través de los gastos públicos de los gobiernos, que como representantes que son de la sociedad toda son los titulares naturales de ese derecho nuevo, que es el de crear dinero sacándolo de la nada, posibilidad que la humanidad no tuvo durante siglos.

De todas formas, el poder residual de los mercados privados es tal que nos tememos que vuelvan a lograr el objetivo que siguen proponiéndose. Que el dinero sea escaso y caro para que su poder y riqueza se mantengan al precio del incremento de pobreza y de paro que crece de día a día.