Serguéi LavrovInternacional
espacioseuropeos (25/3/2014)
La UE y Estados Unidos siguen en su plan de sanciones contra Rusia. Entre tato, Moscú, en previsión de que esas sanciones sean efectivas y fuertes, busca privilegiar a otros socios económicos.

De momento, el G8 se ha transformado y se convierte en G7. Los siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), en la reunión mantenida en La Haya, han estudiado varias posibilidades para sancionar a Rusia, sin que esas medidas perjudiquen en demasía a los miembros del G7. De momento, han amenazado a Rusia con esas “posibles medidas”, siempre y cuando la escalada de la tensión persista.

En un comunicado de prensa, emitido al final de la reunión de La Haya, se dice que “Estamos dispuestos a reforzar las acciones, incluyendo actuaciones coordinadas en los sectores que tengan una influencia importante sobre la economía rusa, si Rusia continúa escalando la situación”.

Otro de los párrafos de esa nota de prensa afirma que “Suspenderemos nuestra participación en el G8 mientras Rusia no cambie de rumbo”. Para tratar de mitigar los posibles efectos de ese comunicado, en otro apartado, se dice que es un paso “en la dirección correcta” el que Rusia apoye el envío de una misión de observadores de la OSCE a Ucrania.

La expulsión de Rusia del G8 no ha hecho mella en el gobierno moscovita. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró que “Rusia no se aferra al G8, puesto que hoy en día existen otros foros como el G20 para poder discutir los principales temas de la actualidad internacional”. Es más, consideró que esa “expulsión” no durariian ni un año.