Soraya Sáenz de Santamaría, en compañía de Florentino Pérez, abucheada en Lima (Perú), cuando visitaba la sede de la empresa ACS
Soraya Sáenz de Santamaría, en compañía de Florentino Pérez, abucheada en Lima (Perú), cuando visitaba la sede de la empresa ACS

España
espacioseuropeos (3/8/2014)
La revista Vanitatis publicó el pasado día 1 de este mes un reportaje titulado ‘La verdad sobre el despido de Hilario Pino’, en el que comenta que el “presentador y editor de Noticias Cuatro 20h, toma una decisión equivocada. Introduce en la escaleta de su informativo unas colas de Soraya Sáenz de Santamaría accediendo, con un careto de espanto, a la sede de ACS en Lima. Vítores y aplausos al otro lado del Atlántico para la doña. “Ladrona”, “corrupta”, “sinvergüenza”… Un baño de multitudes, como de costumbre”.

Hilario Pino emitió unas imágenes en las que se veía a la vicepresidenta con cara descompuesta aguantando los gritos de las gentes durante una visita a la sede de la empresa ACS en Lima, Perú. La emisión en Noticias Cuatro 20h tuvo lugar el 21 de julio de este año.

Nacho Gay, el periodista autor de este reportaje –en tono de humor- comenta lo siguiente, a modo de recomendaciones a Pino: “…Regla número uno del periodismo reciente: hable de sobres salivados en Suiza todo lo que quiera, que eso no le interesa a nadie, pero no saque en pantalla a una vicepresidenta mal peinada y abucheada, porque se acalora. Soraya, además, es de las que prefiere salir en la portada de El Mundo envuelta en sedas de araña y luciendo empeine cual sirena de acuario. Tengo aquella primera página memorable colgada en el salón de mi casa, entre la foto de mi Primera Comunión y la de la duquesa de Alba casándose por bulerías. Sin duda, tres días claves en mi vida”.

Relata el periodista –la escena puede ser cierta- que Juan Pedro Valentín, director de Mediaset, se entrevista con Hilario Pino y le dice: “Mira Hilario, que el PP se ha quejado de esto, y las altas esferas de Mediaset me han puesto la navaja en el gaznate. Como tú también tienes uno, creo que es mejor que cortemos por ahí. Recoge tus cosas”.

Lo sucedido –cuenta Gay– es “real como la vida misma”, tanto como que “una número dos acceda a dislocarse las nalgas en una portada de tirada nacional”. Los colaboradores de Pino se quejaron a la dirección de Mediaset por lo que “consideran un acto de cobardía”, y critican a Juan Pedro Valentín al que consideran “un avestruz con la cabeza dentro del derrière de algún directivo italiano.

Comenta Nacho Gay que “los esbirros de Soraya llamaron indignados, sí, pero no me creo que Hilario Pino sea un mártir de la libertad de expresión. ¿Quién se puede tragar esa patraña? ¿Qué le debe Telecinco al Gobierno? ¿Hubieran actuado igual de haber sido Piqueras?” La deducción del periodista es que “todo esto era una excusa, una tapadera, un eufemismo utilizado para finiquitar un conflicto que venía de lejos. No sabían en Telecinco cómo cargarse a un señor que, por razones desconocidas, despertaba fobias en la alta directiva de la casa. Entonces llamó Soraya acalorada y vieron el cielo abierto”.

En su viaje a Perú, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría mantuvo reuniones con empresarios españoles, entre ellos estaban directivos de ACS, FCC, Cobra, Ferrovial, Indra, Gas Natural, Telefónica, Abengoa, Red Eléctrica, Cepsa, Repsol, Mapfre, Sacyr, BBVA y Banco Santander. Entre los asistentes a esa reunión estaba Florentino Pérez, presidente del grupo ACS.

Soraya Sáenz de Santamaría fotografiada por el diario El Mundo. Foto El Mundo
Soraya Sáenz de Santamaría fotografiada por el diario El Mundo. Foto El Mundo

“Corrupta”, “ladrona”, “sinvergüenza”, “vete para España”, fueron algunos de los eslóganes con los que fue recibida la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría por los jóvenes de ‘la movilidad exterior’ cuando, en compañía de Florentino Pérez, visitaba la sede de la constructora ACS. Los jóvenes de ese movimiento que abucheaban a la vicepresidenta forman parte de la legión de los que se han visto obligados a abandonar España –más bien expulsados- en busca de trabajo.

Ese movimiento, también conocido como “marea granate” por el color de los pasaportes, increpaba a la vicepresidenta por la situación que padecen debida a la corrupción existente en España y por la mala o nula gestión del gobierno.

Los que se manifestaban increpando a la vicepresidenta también pedían “Carlos libertad”, médico encarcelado por participar en las manifestaciones del 15-M, a la vez que gritaban “No somos delincuentes”, “somos gente sin trabajo”, “Sanidad universal”. El final de la concentración terminó con el grito de un joven español, “Hasta aquí te persigue el descontento Soraya, hasta aquí…”, grito desgarrador que por desgracia pocos medios de comunicación españoles han recogido.