Barco rusoInternacional
espacioseuropeos (14/12/2015)
Un buque de guerra ruso se vio obligado a disparar ráfagas de advertencia contra un pesquero turco para evitar  una colisión. El incidente se produjo en aguas del Mar Egeo según ha informado el Ministerio de Defensa ruso: «La tripulación del barco de patrulla Smetliviy de la Armada rusa, tuvo que disparar con armas ligeras contra un barco pesquero turco en el mar Egeo para evitar una colisión. La nave turca no respondía a los intentos de contacto realizados por la tripulación rusa», ha informado esta mañana el gabinete de prensa del Ministerio de Defensa.

Según medios de comunicación cercanos a Rusia, el buque Smetliviy se encontraba a 22 kilómetros de la isla griega de Lemnos. La proximidad de un pesquero turco hizo que el mando del buque ruso tratara de ponerse en contacto con la nave para indicarle el peligro de su cercanía, pero sin obtener respuesta. El relato fue el siguiente, de acuerdo con la referencia ministerial: «A las 09:03 (hora de Moscú), la Guardia detectó a un barco turco a unos 1.000 metros y que se acercaba al Smetliviy, anclado en el lado de estribor. A pesar de múltiples intentos de ponerse en contacto con la tripulación turca, el barco pesquero no respondía a los marineros rusos, tampoco reaccionaba a las señales luminosas visuales especiales y a los cohetes de señales».

A pesar de esas llamadas, el pesquero turco se siguió aproximando a la patrullera rusa hasta alcanzar los 600 metros. Fue entonces cuando –según la misma fuente- “para evitar una colisión” desde el buque ruso se hicieron varios disparos de advertencia con armas ligeras. Como respuesta, el barco turco cambió de rumbo, aunque en ningún momento se puso en contacto con la patrullera rusa. Tras el derribo del caza riso SU-24, por aviones de combate turcos, la tensión militar entre los dos países ha ido en aumento.

Como consecuencia de este nuevo incidente, las autoridades rusas llamaron a consulta al agregado militar turco advirtiéndole de «las acciones imprudentes de Ankara»

Por otro lado, continúa la incursión de tanques del Ejército turco en Irak, una auténtica violación de la soberanía del país como ha afirmado Haider al-Abadi, primer ministro iraquí. Las unidades turcas que se han adentrado en Irak pueden sobrepasar el batallón de tanques y vehículos blindados.

Algo inexplicable, ya que esa violación del territorio iraquí no cuenta con el beneplácito de la OTAN, pero que sepamos tampoco este organismo ha pedido a Turquía que retire sus tropas.

Por su parte, Fuad Masum, presidente de Irak, ha pedido a las autoridades turcas que retiren esas tropas de su país. Las relaciones entre los dos países no pasan por un buen momento

Da la impresión que esas “acciones” del presidente turco, Erdogan, no son llevadas a cabo por propia iniciativa, sino como producto de su obediencia a un tercero, que no tiene que ser ni Estados Unidos ni la OTAN. Según expertos politólogos, Recep Tayyip Erdoğan es una auténtica marioneta en manos de poderes fácticos de su país.