Panamá: una invasión cruenta.
Panamá: una invasión cruenta.

Internacional
Gerardo Iglesias (24/1/2016)
El 20 de diciembre de 1989, miles de soldados despachados por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, invadían Panamá. En pocos días, el país sería sometido a sangre y fuego.

La excusa de la intervención eran los vínculos con el narcotráfico y los pésimos modales democráticos del general Manuel Antonio Noriega, en el poder desde 1983.

Las justificaciones para la operación “Justa Causa” –así se llamó– resultaban poco creíbles.

Noriega era un antiguo agente de la CIA, y la agencia de inteligencia norteamericana estaba perfectamente al tanto de las acciones non sanctas del general.

Y de sus “malos modales” ni hablar que los conocía: Noriega había pasado por la Escuela de las Américas, el principal centro de formación de genocidas de la región, gestionado por Estados Unidos.

Pero una vez llegado al poder el general se convirtió en un hombre molesto para el antiguo amo. Sacarlo de en medio se convirtió en prioridad para Washington, como prioridad había sido en 1983, para otro presidente republicano, Ronald Reagan, liquidar a la pequeñísima isla rebelde de Granada, que había intentado una revolución a las puertas del imperio.

En seis años Estados Unidos invadiría dos países.

Daños Colaterales
La intervención en Panamá fue particularmente sangrienta. Nunca se sabrá con exactitud el número de muertos. Se habla de un mínimo de 600, y algunas fuentes lo hacen trepar hasta 3.000.

Hubo bombardeos a zonas residenciales, como el barrio El Chorrillo, que fue literalmente destruido.

El Pentágono habló de “daños colaterales”. La invasión sirvió a Estados Unidos para probar armas de última generación, incluidos los aviones “fantasma”, Stealth F-117, utilizados por primera vez.

Efectos colaterales de la invasión de Panamá por Estados Unidos
Efectos colaterales de la invasión de Panamá por Estados Unidos

Tan impresentable resultó la operación que hasta la OEA la condenó.

N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de  Rebanadas de Realidad., que a su vez lo edita “por gentileza de Patricia Iglesias, del Servicio de Información de la Regional Latinoamericana de la UITA (SIREL), Uruguay”.
Para ampliar información recomendamos leer el artículo del profesor y periodista, José Manuel Torga, titulado El “Indio” Omar, aviso a navegantes en Iberoamérica, publicado en diciembre de 2008 en espacioseuropeos.


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