PeronSin Acritud…
Alberto Buela (26/7/2016)
A pedido de e mis amigos españoles que son muchos y muy buenos, escribo este artículo sobre Perón y el peronismo,  aun sabiendo que son miles y miles los libros y artículos sobre el tema[2].

Perón y el peronismo nacen a la vida política a partir de su cargo como Director de Trabajo y Previsión en el año 1943. Luego se transformó en Secretario de Trabajo para ser elegido, finalmente, presidente en febrero de 1946. Gobernó hasta septiembre de 1955 y regresó a Argentina en 1973 y falleció en julio de 1974. 

Sobre Perón y el peronismo en Europa se ha dicho de todo, desde nazi, fascista, hasta socialista y comunizante, mas el fenómeno debe entenderse no con categorías políticas europeas sino con categorías americanas. El sin sentido es tan grande que hace pocos años Pierre Milza habló de fascismo de gauche[3].

Su formación fue la de un militar industrialista que tiene como mentor al general Agustín Pedro Justo, ingeniero recibido en la Universidad de Buenos Aires y presidente desde 1932 a 1938.

Su proyecto político lo expresó en su discurso de cierre del primer congreso nacional de filosofía de 1949, bajo el título de Comunidad Organizada.

La idea presenta dos lecturas posibles: a) Como sistema social a construir y b) como sistema de poder.

  1. a) Como sistema social sostiene que el pueblo suelto, aislado, atomizado, no existe. Sólo existe el pueblo organizado y como tal se transforma en factor concurrente en los aparatos del Estado que le son específicos a cada organización libre del pueblo o cuerpos intermedios en la jerga sociológica.
  1. b) Como sistema de poder sostiene que el poder procede del pueblo que se expresa a través de sus instituciones intermedias. Ni el poder procede del gobierno ni del Estado. Ni el pueblo delega su poder en las instituciones del Estado.

Estas dos lecturas constituyen el círculo hermenéutico que explica la idea de Comunidad Organizada. El pueblo como pueblo organizado crea un sistema social que genera un poder político real (no virtual como la parodia democrática: un hombre igual a un voto) que le permite la recreación permanente de un sistema social para el logro de la «buena vida» (Aristóteles, Etica Nicomaquea . 1323,b 29)

El presupuesto ideológico de la C.O. es su populismo que consiste en:
1) considerar al pueblo como fuente principal de inspiración.
2) término constante de referencia y
3) depositario exclusivo de valores positivos. Su hipótesis es que la mayoría siempre tiene razón.

Mientras que la crítica política que se desprende de la C.O. es que las instituciones formales del Estado demoliberal no alcanzan a expresar las demandas auténticas de los pueblos.

La  proposición sobre la que se apoya la idea de C.O. está enunciada en lo que se ha dado en llamar las veinte verdades peronistas, cuando en la decimonovena, se afirma que: «Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libremente organizado«.

La explicitación de esta proposición la hace Perón en su libro «Política y Estrategia» cuando afirma: «El Justicialismo concibe al Gobierno como el órgano de la concepción y planificación, y por eso es centralizado; al Estado como organismo de la ejecución, y por eso es descentralizado; y al pueblo como el elemento de acción, y para ello debe también estar organizado. Los tres factores, gobierno, Estado y pueblo deben actuar armónicamente coordinados y equilibradamente  compensados en la ejecución de la misión común. Para que ello ocurra, son necesarias una subordinación ajustada y absoluta del Estado al Gobierno y una colaboración y cooperación inteligentes, de las distintas fuerzas del pueblo con el gobierno y las instituciones estatales». [4]

Perón regresa a Argentina.
Perón regresa a Argentina.

De modo que vemos acá como Perón les fija la función a las organizaciones libres del pueblo, es decir, a las denominadas técnicamente entidades intermedias, sosteniendo que ellas deben ser factores concurrentes en los aparatos del Estado, de modo tal que no sean absorbidas por él, como en el caso del fascismo, ni que tampoco sean elementos de presión en su contra, para la toma del poder político, como es el caso del marxismo, cuando aún no lo ha conquistado.

El carácter de factor concurrente de los organismos del pueblo, en tanto que elementos de acción, obliga a éstos a trabajar en el ámbito preciso de su representación natural.

Ahora bien, continúa diciendo Perón: «Las instituciones estatales, orgánicamente dependientes del gobierno, están naturalmente tuteladas en su acción por el mismo. Las instituciones populares deben recibir del gobierno idéntico trato, ya que son el pueblo mismo, pero no está en manos del gobierno el organizarlas, porque esa organización, para que sea eficaz y constructiva, debe ser popularmente libre». En una palabra, quiere decir que el gobierno y el Estado no deben intervenir en la vida íntima de los gremios, las sociedades de fomento, los clubes, bibliotecas populares, asociaciones vecinales, etcétera.

Ellos tienen una autonomía respecto del Estado y del gobierno, pues como sostiene Perón en su discurso de cierre del Congreso: «al sentido de comunidad se llega desde abajo y no desde arriba» [5], y que no debe ser un orden impuesto por el Estado (como sucedió con el fascismo), sino que es un orden impuesto por el trabajo de la base misma del pueblo. Esto confirma a nuestro juicio cómo estos organismos naturales de la comunidad surgen de abajo hacia arriba, de manera libre, y su función es ser factores concurrentes en los aparatos del Estado.

Factor concurrente en los  aparatos específicos que a cada uno le corresponde. Así, por ejemplo, en el orden laboral, los sindicatos deben ser factores concurrentes en aquellos aparatos del Estado que tienen vinculación con el ámbito que ellos cubren, por ejemplo: en el orden profesional, el sindicato de mineros en la Secretaría de Minería, el de Docentes en el Ministerio de Educación, y en el ámbito local, las Comisiones Vecinales, las distintas sociedades de fomento son, por el hecho de ser los entes naturales y lógicos de las comunidades inmediatas, deben concurrir al Municipio, a los efectos de plantear ahí las exigencias que cubren los intereses propios de los ciudadanos, que ellos representan. Vienen a ser una especie de voceros autorizados del pueblo, con representatividad real.

Perón en el Primer Congreso de las Comisiones Vecinales de la Capital Federal, en el año 1954, dice al respecto, «las comisiones vecinales son los sectores organizados de la población, que designan sus representantes, para que defiendan frente a su gobierno municipal sus propios intereses; en otras palabras, son los entes naturales y lógicos que concurren al gobierno. Posiblemente, –agrega-, en el futuro la Intendencia Municipal pueda orientarse y formar con cada delegado de las comisiones de fomento de cada barrio el ve0rdadero consejo municipal que nos está faltando«.

Es decir, las comisiones vecinales y de fomento son representantes naturales de la comunidad local, basándose su poder en una solidaridad de tipo territorial, mientras que el sindicato tiene su fundamento en la representación natural de una solidaridad de base profesional como lo es la rama de producción.

Lo interesante es, que dentro del proyecto de Comunidad Organizada, los diferentes organismos libres del pueblo se incluyen en la gestión política, sin que por ello sean empleados del gobierno de turno, sino que se insertan en los diferentes aparatos del Estado, por su capacidad de sugerir, proponer, orientar e incluso  presionar en el ámbito que es propio de su interés, para que las cosas se hagan lo mejor posible.

Es dable destacar que los organismos naturales que el pueblo se da libremente a sí mismo, proponen, sugieren, orientan, informan, pero no deciden, como han pretendido los voceros de la socialdemocracia europea, con su idea de cogestión en las Empresas Privadas y de Autogestión en las Empresas Públicas. La decisión le corresponde al Gobierno, mientras que a los organismos naturales les corresponde crear las condiciones de posibilidad para la decisión correcta. Ellos son órganos consultivos en el estudio y solución de los problemas concernientes a sus ámbitos específicos.

Muestra acá, la Comunidad Organizada sus dos aspectos sustantivos: 1.- como sistema de poder: donde el pueblo se expresa sólo a través de sus instituciones libremente creadas y no lo delega en las instituciones del Estado. Porque las instituciones formales no llegan a representar todas sus demandas auténticas y 2.- como sistema social a construir: donde el pueblo organizado se transforma en factor concurrente en los aparatos del Estado que le son específicos a cada organización libre del pueblo. Y en este sentido el peronismo estuvo siempre parado en el éxtasis temporal del futuro causa que explica aun su vigencia.

Entonces podemos decir que la idea de Comunidad Organizada se apoya en los siguientes postulados: a) el hombre es libre sólo en una comunidad libre; b) tiene incidencias reales en la vida de sociedad en la medida en que está organizado, sea tanto por solidaridad local como profesional; y c) puede acceder a una vía próspera y feliz  en tanto que logra establecer una justicia social distributiva, a partes proporcionales para todos los miembros de la comunidad.

De modo que, los ideales de libertad, justicia y solidaridad son los postulados y las condiciones necesarias para llevar a cabo la idea de Comunidad Organizada.

Huelga decir que en su fundamento la Comunidad Organizada, es más una comunidad de familias, entendida como la primera organización social del hombre, que un tejido complejo de relaciones individuales.

López Rega, El Brujo.
López Rega, El Brujo.

«Nuestra comunidad, ha dicho Perón en la conferencia de clausura del Congreso de Filosofía de Mendoza, a la que debemos aspirar, es aquella donde la libertad y la responsabilidad son causa y efecto de que exista una alegría de ser, fundada en la persuasión de la dignidad propia. Una comunidad donde el individuo  tenga realmente algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa” [6].

Este es el planteo teórico que se hace Perón sobre la sociedad que se propone construir, en tanto sus realizaciones políticas, sociales y económicas, elegidas al azar y solo una veintena, son:

1.- Régimen legal de las asociaciones profesionales conocida como la ley de organización de los sindicatos. (2/10/45)
2.- Estatuto del peón (1944)
3.- Reforma económica con la creación del Consejo Nacional de Postguerra (1944)
4.- Nacionalización del Banco Central y de los depósitos bancarios
5.- Creación del Instituto argentino de promoción del intercambio (IAPI)
6.- Creación del Banco Industrial y del Instituto mixto de reaseguros
7.- Estatuto del periodista, del médico y otras profesiones
8.- Creación de la Comisión nacional de energía atómica
9.- Salario mínimo y vital. Vacaciones obligatorias
10.-  Creación del Instituto de previsión social
11.- Nacionalización de los ferrocarriles en manos inglesas
12.- Ocupación de la Antártida
13.- Creación de la Universidad obrera, luego Tecnológica nacional (UTN)
14.- Reforma de la constitución (1949) y el sufragio femenino (1952)
15.- Provincialización de los territorios nacionales
16.- Construcción de más de 5.000 escuelas entre 1947 y 1951
17.- Construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia hasta Bahía Blanca
18.- Instalación de veinte mil industrias nuevas entre 1947 y 1952
19.- Declaración de la independencia económica 9/7/47
20.- Creación de la flota naviera argentina con 167 buques.

En cuanto a las contra realizaciones, podemos enumerar, aun cuando no las compartamos todas, pero si las comprendemos, las siguientes, a vuelo de pájaro:

1.- la firma de las actas de Chapultepec (1947) que consolida la Doctrina Monroe para Iberoamérica.
2.- el contrato con la California argentina de la Standard Oil (1955)
3.- la quema de las Iglesias de Buenos Aires (1955)
4.- la designación como canciller al masón Alberto Vignes (1974)
5.- la designación como su principal asesor político a un maestro esotérico como José López Rega
6.- la condecoración a Licio Gelli jefe de la logia Propaganda Due
7.- sanción de la ley de divorcio y legalización de los prostíbulos (1954)
8.- la desmesurada autoreferencia de Perón y Evita en textos escolares y lugares públicos: provincias, calles, monumentos, represas, instalaciones.
9.- la monopolización de los mass media para anular la crítica política.

Como vemos, del primer grupo, son todas medidas dirigidas a consolidar el Estado de Bienestar y en este sentido el principio que rige su acción es: la única verdad es la realidad y ésta no es solo lo que es, sino también lo que puede ser. Este es el realismo esperanzado del peronismo que lo coloca siempre con un pie en el presente y otro en el futuro. El peronismo no es ni optimista ni pesimista sino un realismo esperanzado. Esa tendencia hacia el éxtasis temporal del advenir lo ha hecho odioso a la izquierda y al progresismo que siempre se han pensado a sí mismos como los dueños de la vanguardia y del futuro. El peronismo les salió a pelear ese campo y en ese campo resultó imbatible, pues sigue vigente en la política argentina después de setenta años de existencia.

El peronismo no es ni de izquierda ni de derecha ni de centro, pues tiene autonomía ideológica respecto del liberalismo, del marxismo y del socialismo. Perón dice una y mil veces: la política es un arte todo de ejecución que trabaja sobre lo posible. Dentro de los lugares comunes que repite la que llamo monserga peroniana, se afirma que para Perón la política es el arte de lo posible como define Leibniz, sin embargo en mi criterio le cuadra mucho mejor la definición de Charles Maurras: política es hacer posible lo necesario.

Si uno pudiera leer los 11.000 autores (yo creo que son más) que han escrito libros sobre Perón y el peronismo veríamos que la inmensa mayoría desarrolla comparaciones con líderes como Franco, De Gaulle, Mussolini, Oliveira, Ibáñez, Vargas, Hitler, Strossner, Estensoro, Sukarno, Nasser, Gadafi, Chávez, etc. Otros lo comparan con sistemas políticos como el socialismo, fascismo, nazismo, franquismo, nasserismo; y otros “ismos”. Pero ambas comparaciones en su intento de aclarar, solo han logrado oscurecer más el fenómeno de Perón y el peronismo. Luego vienen un número mucho más reducido pero más interesante de autores y libros sobre aspectos puntuales de Perón y el peronismo: Perón y sus mujeres;  la medicina; la ecología, la Iglesia, los judíos, su niñez, sus enfermedades, su horóscopo, la energía nuclear, la masonería, el fútbol, los pensadores que lo influenciaron, su riqueza, sus alcahuetes y un largo etc.

Finalmente tenemos un reducidísimo o casi nulo número de autores y libros que se ocuparon de la teoría política de Perón y del peronismo, estudiada en sí misma. Esto es, sin comparaciones extemporáneas y sin categorías político filosóficas prestadas, sin preconceptos dirigidos. Entre esos libros está el mío,  Notas sobre el peronismo (Bs.As. 2007), que está en Internet, y mis numerosos artículos sobre la idea de Comunidad Organizada, de la que hice una exposición somera al principio.

Además, según pasan los años, el peronismo y Perón, son estudiados por distintas modas culturales. Así, durante los años 50 al 70 se lo estudió, tanto desde el liberalismo como del marxismo, bajo la fórmula de fascismo. Del 70 a los 90, bajo la máscara del socialismo nacional  y del 2000 para acá dentro de los populismos.

A todo este enjuague han colaborado muchísimo “los católicos profesionales argentinos” (yo me considero un amateur) que han introducido la falsa idea que el peronismo se inspiró en la doctrina social de la Iglesia. Cuando de haberse Perón inspirado allí, cómodamente podría haber hecho mención en el 49 a la encíclica Quadragesimo anno de 1931, que además ha sido la más próxima al fascismo.

Alberto Buela
Alberto Buela

Reiteramos, el peronismo procede de fuentes propias de inspiración teórico política, que otorgan a su doctrina una originalidad, no vista ni por propios ni por extraños. La ingeniería política de la Comunidad Organizada  con su idea de “factores concurrentes” de las organizaciones libres del pueblo en los aparatos del Estado: la Constitución del Chaco (1951) y su doble voto, con lo que se rompe el monopolio de los partidos políticos en la representación política y la función de los sindicatos en  “la autorregulación de las normas” producto de las convenciones colectivas de trabajo, como creación de leyes, todos estos son productos de una originalidad per se que pertenecen solo al peronismo sin ninguna dependencia de otras concepciones políticas.

No sé si esto puede ser un aporte al esclarecimiento de lo que ha sido Perón y el peronismo, pero al menos evitamos caer en los lugares comunes a que nos tienen acostumbrados, tanto los estudios ad hoc como la monserga peronista local que repite sin criterio las frases hechas y las ideas preconcebidas. Si la estulticia es infinita, los dirigentes peronistas desde la restauración democrática de 1983 para acá, son guardianes de la infinitud.

N. de la R.
El autor es profesor de Filosofía y escritor; se define a sí mismo como arkegueta, aprendiz constante.

NOTAS:
[1] Se lo dedico a Javier Esparza, una de los mejores escritores y cabezas de España, quien acaba de publicar un artículo definitivo sobre Franco. Además, todo lo de Esparza es bueno.
[2] Solo el estudioso norteamericano Joseph A. Page cita alrededor de 11.000 libros sobre Perón.
[3] Milza, Pierre: Les fascismos, Senil, Paris, 1991
[4] Perón, Juan: Política y Estrategia, Buenos Aires, opera omnia ed. Hernadarias, p. 266[5] Perón, Juan: Comunidad Organizada, Buenos Aires, opera omnia ed. Hernandarias, cap. 17 parráfo 9
[6] Perón, Juan: op.cit ut supra, cap. 21, párrafo 12