Duelo a garrotazos, pintura de Goya.
Duelo a garrotazos, pintura de Goya.

España
Alejandra Durrell (11/12/2016)
Un vistazo al panorama político de la izquierda española, nos muestra un campo de batalla nada soterrado, sino a plena luz del día y sin artilugios semánticos para ocultar la realidad. La batalla interna en el PSOE es abierta, con actores públicos, aunque se evidencia una falta total de renovación y proyecto político entre las dos facciones, comandadas por Susana Díaz y Pedro Sánchez.   

La trifulca que existe en Unidos-Podemos, comienza a ser lesiva para el futuro de ese proyecto unitario. De momento el combate es larvado, pero la crisis entre IU y Podemos se acrecienta a marchas forzadas. Ya en alguna que otra localidad española se han producido dimisiones e, incluso, de concejales. La preocupación en ambas formaciones es más que seria. En el Manifiesto, firmado por más de cincuenta ex dirigentes y cuadros, se acusa de la “liquidación” de IU que se está llevando a cabo, y en concreto los dardos van contra Alberto Garzón.

Los firmantes de ese documento exigen una formación política “sin complejos” y alejada del “sectarismo y populismo” de Podemos. Francisco Frutos, secretario general de IU en Madrid, y la ex diputada Marisa Castro, son dos de los dirigentes que firman ese manifiesto crítico con la política que desarrolla Garzón en concomitancia con Podemos: “El proyecto de IU ha sido liquidado”, dicen. Entre otras acusaciones, recriminan a Garzón haberse echado en brazos de Podemos hasta la extinción del proyecto político de IU, creado hace más de 30 años.

Por otro lado, el enfrentamiento entre los partidarios de Íñigo Errejón y Pablo Iglesias, ya conocidos como “errejonistas” y “pablistas”, es más que evidente. Sin entrar en valoraciones sobre las ambiciones personales de los dos líderes, parece notarse que los primeros son partidarios de un acercamiento al PSOE; es más, algunos eruditos analistas osan aventurar que Errejón podría ser la alternativa al enfrentamiento entre Díaz y Sánchez. Es mucho decir, pero no sería de extrañar. Los “hombres de negro” y las “perdices” trabajan en ello.

Los “pablistas”, que se sepa, no quieren arreglos con sectores tradicionales de la izquierda; quieren quedarse con el pastel entero. Van a lo suyo; van a por todas; a su programa, aunque éste sea cambiante de acuerdo con las encuestas y las redes sociales, que ahora pintan mucho.

Una prueba de cómo está el patio de esta izquierda (hay otras muchas), es que ayer sábado, Íñigo Errejón ha sido abucheado en un acto de Podemos en Palma de Mallorca. Al grito de «¡Fuera, fuera!», al parecer el pretexto o causa, ha sido la firma de un manifiesto en el que se reclamaba que se debata y vote por separado, en la asamblea estatal, los documentos políticos y las listas para renovar la dirección. Postura que está en contra de la propuesta de Pablo Iglesias.

La sangre no llegó al río, pero es un síntoma de la gravedad de la situación.

Una servidora hace esfuerzos por no hacer suya la frase de Miguel Delibes: “Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad”.