Erdogan, Presidente de Turquía.

Turquía/Estados Unidos
Espacios Europeos (9/10/2017)
Turquía ha suspendido ayer domingo la entrega de visados a ciudadanos de EE.UU. en respuesta a la misma medida que tomó Washington. La medida no afecta a ciudadanos no inmigrantes, según ha anunciado la Embajada de Turquía en EE.UU.

La medida tomada por el gobierno turco lo es en respuesta a la decisión tomada anteriormente por la Embajada de EE.UU. en Ankara. La respuesta a esa decisión de Estados Unidos ha sido rápida y, curiosamente, empleando los mismos términos.

El Gobierno de Turquía  justifica su decisión debido a que «se ve obligada a reevaluar el compromiso (de Washington) con la seguridad» del personal y de las “misiones diplomáticas turcas”, razón por la que necesita «minimizar la cantidad de visitantes de la Embajada y consulados turcos”.

La decisión de la Embajada  de Estados Unidos en Ankara se ha debido con toda seguridad en respuesta a la detención de un empleado de la embajada de nacionalidad turca, que fue acusado por Turquía de ejercer labores de espionaje. La respuesta de Ankara no se hizo esperar. La información ha sido facilitada por la agencia de noticias Reuters.

Las relaciones entre Estados Unidos y Turquía pasan por momentos nada  bonancibles, y ello se debe, entre otros asuntos, al apoyo que Washington está dando a los kurdos, a lo que se suma la negativa estadounidense extraditar a Turquía al líder político y religioso, Fethullah Gülen, acusado por Ankara de organizar la intentona golpista del año pasado.

Entre esos desencuentros entre los dos países no hay que dejar de lado el contrato firmado hace escasamente un mes entre Rusia y Turquía, mediante el cual Ankara, desoyendo a sus aliados (sobre todo Estados Unidos), compró a Moscú el poderoso sistema de defensa aérea S-400.