Presidente Barack Obama
Presidente Barack Obama

Mi Columna
Eugenio Pordomingo (18/12/2014)
En el transcurso de una amplia operación, la policía turca detuvo el pasado fin de semana a varios periodistas. Según medios gubernamentales, todos los detenidos son  afines a Fethullah Gülen, predicador islamista exiliado en Estados Unidos. Gülen es considerado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como el enemigo número uno de su gobierno. 

Veamos. El domingo día 14 de este mes, la policía turca asaltó las sedes del diario Zaman y de la cadena de televisión Samanyolu TV, y detuvo a unas 30 personas. Además registró palmo a palmo las dos sedes y se incautó de documentación y equipos informáticos. Los dos medios de comunicación están acusados de pertenecer al ‘Movimiento Gülen’ que lidera el clérigo Fethullah Gülen. El asalto a las sedes de los dos medios y la detención de varios de sus profesionales no ha sido una sorpresa para ellos, ya que desde hace tiempo esperaban una reacción similar por parte del gobierno turco.

Las reacciones, lógicamente, se han producido. En España, por ejemplo, Reporteros sin Fronteras ha informado de esas detenciones: Ekrem Dumanli, editor de Zaman, el diario más vendido en Turquía, Hidayet Karaca, editor del grupo de medios Samanyolu, y el periodista y escritor Fahri Sarrafoglu”. Entre los arrestados se encuentran guionistas y productores de las series de televisión que emite la cadena ‘Samanyolu TV’. Todos los detenidos están acusados de difamación, falsificación de documentos y sospechosos de haber «actuado en nombre de un grupo organizado con el objetivo de hacerse con el control del estado de la República de Turquía».

En Turquía, varias asociaciones han condenado esas redadas del gobierno contra medios de comunicación. Algunas de esas condenas provienen de la Asociación de Periodistas de Turquía (TGC), la Unión Turca de Periodistas (TGS), el Consejo de la Prensa, la Federación Turca de Periodistas (TGF) y Libertad para los Periodistas (GOP).

En Europa, la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) ha pedido la inmediata liberación de los periodistas y profesionales detenidos. La UE también ha condenado las redadas y detenciones practicadas por el gobierno turco, ya que son “contrarias a los valores europeos y a los estándares a los que Ankara aspira, como candidato a integrar el club comunitario”.

Las reacciones de la ciudadanía turca no se han hecho esperar. El lunes, varios cientos de personas se congregaron frente a la Dirección General de Seguridad en Ankara, donde se encuentran los detenidos, para protestar contra el gobierno por la operación policial llevada a cabo. Otras manifestaciones han tenido lugar en varias localidades de Turquía. También ha habido concentraciones ciudadanas frente a las sedes de los dos medios de comunicación asaltados.

En respuesta a las críticas –aunque tímidas- de la Unión Europea, el presidente Erdogan ha negado que la operación policial haya vulnerado la libertad de prensa a la vez que ha manifestado su malestar por esas críticas: “La Unión Europea no debería interferir en estos pasos dados por las fuerzas de seguridad en el marco de la ley, para luchar contra elementos que amenazan nuestra seguridad nacional. Debería ocuparse de sus propios asuntos”, dijo el presidente turco.

Vladimir Putin y   Recep Tayyip Erdogan
Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan

Operación policial de largo alcance
Aunque la operación policial –sin duda el Ejército y los servicios secretos turcos están detrás- contra el ‘Movimiento Gülen’ aparezca como una simple acción para desarticular un grupo islamista radical, que no lo es, no hay que desvincularla de las tensiones entre EEUU y Rusia. Tampoco hay que dejar atrás la conferencia de prensa que ofreció el día 1 de este mes en Turquía el presidente ruso Vladímir Putin, en la que hizo público que su país se negaba a llevar a cabo el proyecto de suministro de gas para unir, bajo el Mar Negro,  Rusia y  la Unión Europea, sin tener que atravesar otros países.

Sin embargo, Moscú está decidido a aumentar el suministro de gas a Turquía, de hecho la empresa rusa Gazprom ha firmado recientemente un acuerdo con empresas turcas para la construcción de una tubería de gas en alta mar, que también se llevará a cabo bajo el Mar Negro, pero en las costas de Turquía, según informa el digital Rusia Today.  Este acuerdo puede ser el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre Rusia y Turquía.

Hasta ahora Turquía ha sido un aliado preferente de EEUU, además de ser miembro de la OTAN. Con ese acuerdo de suministro de gas con Rusia, Turquía adquiere un nuevo estatus ante la UE.

A la vista de lo sucintamente comentado, todo parece indicar que la operación contra el ‘Movimiento Gülen’ y las críticas de la UE no han sido un hecho aislado.

El islamismo moderado del ‘Movimiento Gülen’
Este movimiento, cuyas raíces se encuentran en el pensamiento del teólogo musulmán Fethullah Gülen, de nacionalidad turca, se caracteriza por ser transnacional y dedicado al servicio de la sociedad civil. Según Francisco Veiga, profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona, el ‘Movimiento Gülen’, a pesar de tener sus bases en Turquía, se ha extendido con notable éxito por Asia Central, Extremo Oriente, América del Norte y del Sur, los Balcanes e incluso algunos países de África. La mezcla de la filosofía sufí con un ideario nacionalista y neoliberal confieren a este movimiento un engarce importante con las grandes corrientes del «islam nacional», opuesto totalmente al «islamismo internacionalista» y radical.

Cultura, Educación y Diálogo son los principios básicos sobre los que gira el ‘Movimiento Gülen’, que le han llevado, por ejemplo, a que Fethullah Gülen haya mantenido una cordial entrevista con el papa Juan Pablo II.

Frente a ese islamismo moderado, culto y dialogante, se sitúa el de grupos radicales como los talibanes, Al Qaeda, Estado Islámico o el de Tehreek-e-Taliban Pakistan –éste último, autor de la masacre en una escuela militar en Peshawar-, escenario que parece diseñado para erradicar todo viso de concordó. “Cuanto más caos, mejor”, parece ser el lema de esos gladiadores de despacho.

La lucha fratricida por el control del mundo está ahora en su punto más álgido. El presidente Barack Obama ha dado órdenes para que su país restablezca relaciones con Cuba, mientras la UE se ve impelida a pedir a Turquía que «no interfiera» en las sanciones contra Rusia. EEUU y la UE necesitan mantener como sea a Turquía como aliado preferente y harán todo lo posible porque así sea.

Esas presiones europeas y la visita de un equipo de altos funcionarios de la UE (Defensa, Economía, etc.,) se producen a los pocos días de que la empresa rusa Gazprom haya cancelado el proyecto South Stream para suministrar gas a Europa a través de Bulgaria, miembro de la UE, y anunciara un nuevo proyecto de gasoducto a través de Turquía y de Grecia.

La cancelación de ese proyecto es una mala noticia para la Unión Europa. Los estrategas europeos no pensaron jamás que Rusia podría actuar así, pero la realidad les ha movilizado, mientras la misma noticia ha caído muy bien en Washington.

La filtración de un nuevo proyecto de ley para ampliar las sanciones a Rusia –posiblemente ya lo ha firmado el presidente Obama– coincide con la estrepitosa caída del rublo en un 20% y un desplomé de la Bolsa de Moscú. El Premier británico, Cameron, ya ha manifestado estar de acuerdo con esas nuevas sanciones. De Merkel no hay que esperar oposición alguna y del resto de mandatarios europeos, ¿qué decir?

Geoestrategia de poder
Stephan Lendman
, analista político estadounidense, asegura en el digital ‘vocesdelperiodista’ y en ‘globalresearch’ que EEUU “quiere dominar el mundo y para lograr ese objetivo no se detendrá ante nada. Para ello prepara una nueva provocación contra Rusia en territorio ucraniano y ahora con armas nucleares”.

Eugenio Pordomingo
Eugenio Pordomingo

“Washington ve a Moscú como su principal rival geopolítico en Eurasia. Por ello, su objetivo fundamental es cambiar el poder en Rusia «a través de una revolución de color o a través de la guerra (…)  las ambiciones del Gobierno estadounidense son una amenaza para la paz mundial», afirma Lendman.

“El objetivo de EE.UU. es destruir la relación entre Rusia y la UE. Perturbar el comercio. Romper los contactos políticos normales para privar a Rusia de su influencia y al mismo tiempo debilitar a la Unión Europea –otro rival en el escenario mundial– EE.UU. tiene intención de llevar a cabo «otra provocación» en Ucrania parecida a la del avión malayo derribado en cielo ucraniano”, comenta.

Quizás esa información sea uno de los temas que Vladimir Putin va a tratar mañana en lo que se dice será “una gran rueda de prensa” a la que han confirmado su asistencia más de 1.259 periodistas, según informó el Kremlin.

Dentro de unas horas lo sabremos.