José  Antonio Primo de Rivera.

España
Javier Castro-Villacañas (21/11/2018)
«Líder» la opera que Jarcha escribió como un favor sobre la figura de José Antonio Primo de Rivera..  La desconocida ópera rock de quienes pusieron música a la Transición con ‘Libertad sin ira’.

Eran el grupo andaluz Jarcha y dos de sus miembros, antifranquistas y de izquierdas, hablan ahora del porqué de ‘Líder’, como llamaron a la obra.

«Era lo contrario de la parafernalia fascista», dicen al cumplirse 82 años, este 20-N, del fusilamiento del fundador de Falange.

Huelva, primavera de 1976. Colegio menor Santa María de la Rábida, una residencia de estudiantes perteneciente a la Delegación Nacional de la Juventud. Los jóvenes intérpretes suben al escenario. Y suena la música. Es una ópera rock inspirada en el éxito de ‘Jesucristo Superstar’. Aunque ésta, en vez de a Jesúscanta al fundador de Falange Española. Será el estreno de ‘Líder’, que así la llamaron, pero también su única representación. Meses después, en octubre, gran parte de aquellos músicos se harán conocidos por el himno que aún hoy simboliza la Transición española: ‘Libertad sin ira’.

«En España se había estrenado la versión de ‘Jesucristo Superstar’ en noviembre de 1975 en el Teatro Alcalá con Camilo Sesto. Fue todo un éxito y a mí se me ocurrió componer una obra musical, teniendo como referencia la obra de Andrew Lloyd Webber sobre Jesús, pero rescatando la figura de un perdedor, de una víctima de la historia reciente de nuestro país. Y me fijé en José Antonio Primo de Rivera. Me gustó la idea de hacer un musical en aquel momento sobre alguien con su personalidad que tuvo un final tan triste, fusilado a los 33 años». Lo cuenta Pablo Herrero Ibarz, uno de los principales compositores españoles de música contemporánea y autor de la letra y música de aquella ópera rock dedicada al político fusilado al inicio de la Guerra Civil.

A dos días del 20 de noviembre, fecha en la que murieron tanto Primo de Rivera en 1936 como Francisco Franco 39 años después, Crónica cuenta la historia más desconocida de los dos hombres que estuvieron detrás del himno pop de la democracia.

Uno, Ángel Corpa, fundador, voz principal y compositor de los mayores éxitos del grupo andaluz que lo cantó, Jarcha. El otro, Pablo Herrero, productor y descubridor de Jarcha y uno de los autores de ‘Libertad sin ira’. Porque antes de que su canción sonara en toda España, los dos músicos, antifranquistas y de izquierdas convencidos, grabaron en Madrid la ópera de José Antonio y la estrenaron ante un público de estudiantes en aquella residencia de Huelva.

«Yo no era seguidor».
«Yo no era seguidor, ni partidario de la figura de José Antonio», explica Pablo Herrero, coautor de canciones tan conocidas como ‘Un beso y una flor’, ‘Libre’, ‘Cuéntame’, ‘Eva María’ o ‘Como una ola’, además de ‘Libertad sin ira’. «Me acerqué a él por el interés que despierta su historia personal como víctima singular de una tragedia colectiva como fue la Guerra Civil. Me tuve que leer muchos libros y escuchar testimonios de personas, amigos míos, que sí eran especialistas en el personaje».

Eso sí, matiza: «Quiero dejar constancia de que yo no pertenecía ni estaba próximo a ningún grupo falangista. Es verdad que por aquella época había un grupo falangista de izquierdas muy antifranquista, Falange Auténtica, pero ellos nada tuvieron que ver con esta composición». [Aquella Falange siempre reclamó sacar a José Antonio «de la cárcel franquista que siempre ha sido el Valle de los Caídos»].

«También quiero dejar claro que la ópera rock no fue una obra de Jarcha», precisa Herrero. «No tiene nada que ver con el grupo. Yo les pedí un favor porque era su productor y ya habíamos grabado dos discos juntos. Cinco de sus componentes vinieron a Madrid y grabaron las canciones, pero esta obra nunca ha formado parte del repertorio musical de Jarcha, ni se puede considerar como tal».

Ángel Corpa, fundador y alma máter de Jarcha desde sus inicios en 1972, fue quien encarnó al protagonista. Creador musical de la mayoría de los grandes éxitos del grupo onubense (‘Andaluces de Jaén’; ‘Gritos de un pueblo, un cantar’; ‘La copla que está en mi boca’; ‘Cadenas’; ‘Andalucía’; ‘En el nombre de España paz’…), Corpa lo recuerda así: «Grabamos las canciones de la ópera ‘Líder’ como un favor personal que nos pidió Pablo Herrero. Estuvimos alojados en su casa una semana y trabajamos en los estudios de Eurosonic al lado de la calle Cartagena. Hicimos los coros y las principales interpretaciones. Yo interpretaba al protagonista, José Antonio…».

En vivo lo hizo sólo una vez, sobre aquel escenario del colegio menor Santa María de la Rábida. «Allí había alguna gente que era de la Falange Auténtica. Yo no. Eran muy antifranquistas y mucho más de izquierdas que partidos que esgrimían esa condición». «Yo no soy un experto en José Antonio y no puedo dar mi opinión sobre el personaje», añade, «pero lo que no me gustaba nada de él era toda esa simbología fascista y la parafernalia donde se le había encasillado durante el franquismo. La ópera rock, como es natural, reflejaba todo lo contrario».

 Para Corpa se trató de un favor personal por el que, asegura, no cobraron nada: «Era un proyecto que Pablo Herrero tenía en la cabeza y quería sacarlo adelante. Nosotros le ayudamos. Es verdad que la calidad de la obra y de las canciones es excelente. Como todo lo que hace Pablo y muy al estilo musical de Jarcha, porque él era nuestro productor. Pero no es una obra de Jarcha», recalca. «Nunca la hemos cantado en ninguno de nuestros conciertos».

La obra se grabó y se guardó en un cajón durante décadas. Pasado el tiempo fueron las redes sociales y algún coleccionista quienes consiguieron resucitar las composiciones. Se trata de 12 canciones que van desde una especie de obertura, pasando por una canción de amor interpretada por una voz femenina, hasta poemas más épicos o de combate que hacen alusión a la revolución y la necesidad de conseguir la paz y la justicia para España.

En una de las canciones principales se llega a reproducir parte de un discurso de José Antonio. El desenlace de la historia cuenta el destino trágico del protagonista: su fusilamiento. ¿Quién apretó el gatillo? ¿Quién? ¿Quién disparó? ¿Izquierdas o derechas? ¿Quién disparó?, cantan a coro los intérpretes.

El himno de 1976
Corría el año 1976 y España cambiaba a toda velocidad. Franco había muerto unos meses antes y el deseo de libertad hizo florecer todo tipo de iniciativas sociales, políticas y culturales. Aquel fue el año de la Ley para la Reforma Política, que abrió el camino de la Transición, pero antes del referéndum del 15 de diciembre ocurrieron otras muchas cosas: partidos políticos y sindicatos salieron de la clandestinidad, periódicos y revistas activaron sus rotativas por primera vez (en mayo El País y Diario 16 en octubre) y en el ámbito cultural, ‘Libertad sin ira’ se convirtió en la banda sonora de toda una época.

Pablo Herrero escribió aquella canción junto a José Luis Armenteros y Rafael Baladés:
«Aquello fue un encargo del Grupo 16, de Juan Tomás de Salas, cuando iban a sacar el periódico Diario 16 dirigido por Pedro J. Ramírez. Había que promocionar la salida del periódico y nosotros hicimos la canción. Queríamos transmitir una idea: ya estaba bien de darnos palos y de mirar al pasado con ira y era ya el momento de darnos abrazos y mirar hacia el futuro con libertad. Ese fue el espíritu de la canción, de su música y de su letra», afirma Herrero. «Luego se han contado muchas historias. Pero la realidad fue ésa».

Y la realidad es que la música se convirtió en un arma. La anécdota la cuenta Ángel Corpa: «Resulta que el disco ‘Libertad sin ira’ ya estaba en la calle pero no tenía permiso para ser emitido en las emisoras de radio. Nos llamaron de TVE que dirigía Rafael Ansón y nos llevaron al Telediario que presentaba Joaquín Arozamena para demostrar que no existía ningún tipo de censura. Allí, en mitad de las noticias, cantamos para toda España aquello de: Dicen los viejos que en este país hubo una guerra,/ de dos Españas que guardan aún el rencor de viejas deudas./ Dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta,/ que todos aquí llevamos la violencia a flor de piel…/ Libertad, libertad/ sin ira, libertad…». Lo demás es historia conocida.

Hoy, cuando la Transición está cuestionada, los autores de la simbólica canción (y de la ópera rock a Primo de Rivera) se pronuncian. «El espíritu de la Transición fue el espíritu de una época determinada», dice Pablo Herrero. «Ahora nos encontramos en otro tiempo distinto. La Transición fue la Transición y lo de ahora es lo de ahora, no tiene nada que ver. ‘Libertad sin ira’ se convirtió en un himno popular de aquella época que en nada coincide con la España de 2018. En aquel momento el interés de la gente joven y el de la mayoría de los españoles era salir de la dictadura y recobrar la libertad. La reconciliación estaba en la calle, aunque no fue nada fácil. Por arriba estaba el pacto de las élites y los responsables políticos, pero eso no nos afectaba a nosotros. Nosotros cantábamos a la libertad y a la democracia».

Ángel Corpa discrepa de la opinión de su amigo y antiguo productor. «La Transición se vivió en la calle. Yo nunca he visto tanta ilusión y tanta esperanza en el pueblo como en aquellos días. La Transición es uno de los episodios más importantes de la historia de España. Descontextualizando las cosas se puede envilecer todo. Yo amo a mi país, su cultura, su historia, su folklore, sus poetas. Hoy la cultura ha desaparecido de la mayoría de los medios de comunicación. Sobre todo de la radio y la televisión. Se ha sustituido la cultura por el entretenimiento. Y el entretenimiento es embrutecedor. (…) El principal problema de España es la estupidez y la mala leche. Si hay algo que no puedo aceptar es el lenguaje venenoso de la derecha, pero tampoco coincido con Podemos y su revisionismo de la Transición. A toro pasado todo el mundo es Manolete, pero había que estar ahí y vivir lo que pasó durante esos años que fueron muy difíciles».

Los restos del falangista
Este martes se cumplen 82 años del fusilamiento de Primo de Rivera, el 20 de noviembre de 1936, en la cárcel de Alicante, después de ser sentenciado a muerte acusado de conspiración y rebelión militar, tras el «enterado» dado por Francisco Largo Caballero, líder entonces del PSOE y presidente del Gobierno de la República por el Frente Popular. Aunque este nuevo aniversario aparece con una novedad: coincide con la polémica, todavía no resuelta, del destino final de los restos mortales de José Antonio, que yacen en Cuelgamuros no lejos de los de Franco.

El Gobierno de Pedro Sánchez había anunciado en un principio su intención de remover, junto con la del dictador, la tumba del líder falangista, situada enfrente del altar en la Basílica del Valle de los Caídos, para «reasignar sus restos» a un lugar según ellos «menos prioritario».

Finalmente, el Decreto Ley aprobado por el Congreso que modifica la Ley de Memoria Histórica no ha contemplado, de momento, esta necesidad: el falangista fue «una víctima de la Guerra Civil» y por ello permanecerá en el Valle, según ha sentenciado la ministra portavoz, Isabel Celaá.

Pablo Herrero es partidario de la Ley de Memoria Histórica y de abrir las fosas comunes para recuperar a todas las víctimas de la Guerra Civil. Un abuelo suyo fue víctima de la contienda, cuenta, y la familia no ha logrado aún recuperar sus restos. ¿Y las tumbas de Franco y de José Antonio? ¿Y el Valle de los Caídos? No tiene una opinión al respecto. Según él, es una decisión que debe tomar el Gobierno y él estará de acuerdo con lo que se decida.

Ángel Corpa, por su parte, se muestra crítico con esta ley si se aplica más como revancha que como reconciliación, abriendo viejas heridas y no cerrándolas. Partidario de dar dignidad a cada una de las víctimas de la guerra, no tiene opinión concreta sobre el tema de las tumbas de Primo de Rivera y de Franco, aunque, dice, le causa tristeza que se mantengan símbolos de la dictadura como el Valle de los Caídos. «Los muertos deben descansar en paz en manos de sus familias», afirma. Sin ira.

Canción principal del musical ‘Líder’, de 1976

¿Dónde vas, sin calor?
¿Dónde vas, sin ilusión?
¿Dónde vas, perdido hermano mío?
¿Dónde está tu valor, tu huella en el camino,
si sólo te quedó el vacío y el dolor?
Trae la voz el clarín
de un mensaje para ti.
Te dirá «Despierta, compañero,
el momento llegó, cerremos nuestras filas,
luchemos por el nuevo día tú y yo».
Unidos por el sol y el aire de las montañas,
unidos los acantilados al azul del mar.
Unidos nuestros corazones
marchan por la vida tras de su destino.
Unidos para siempre, unidos en nuestro afán.
Unidos van mis pensamientos al rumor del río.
Unidos vuelan los gorriones al atardecer.
Unidos nuestros corazones
marchan por la vida tras de su destino.
Unidos en la luz de un nuevo amanecer.
Yo consagro en salud
mi canción de juventud,
con mi voz, mi ayer y mi mañana.
Deposito a tus pies la fe de mi confianza
mi ser, mi vida, mi esperanza de vencer.

 Fuente: El Mundo (Crónica).

N. de la R:
Extraordinario reportaje el que ha realizado Javier Castro-Villacañas. Quizás, a nuestro modesto entender, le ha faltado –seguro que por exigencias de espacio- mencionar que el líder anarcosindicalista, Buenaventura Durruti, también murió el 20 de noviembre de 1936 a los 40 años de edad.
La muerte de Durruti –igual que la de José Antonio merecen ser estudiadas a fondo- se debió, según fuentes que han tratado ese óbito- a una “bala de dudosa procedencia”. En roman paladino, que procedió de un arma amiga; pero, por supuesto no de compañeros anarquistas. A buen entender con pocas palabras es suficiente.