Con traje, en Mali, el presidente Pedro Sánchez visita a las tropas españolas.

Mi Columna
Eugenio Pordomingo (29/12/2018)
El PSOE tiene una legendaria habilidad para parecer lo que no es. Por ejemplo, se manifiesta antibelicista y defensor de la soberanía nacional, pero los hechos nos conducen inevitablemente a constatar que no es así. Más bien lo contrario.

Recordemos la nefasta etapa del Narcis Serra, que tras ocupar la cartera de Defensa con Felipe González, el “dedo” que todo lo puede le nombro en 2005 presidente de Caixa Catalunya, entidad que tuvo que ser intervenida como Caja Madrid, y en 2013 la fiscalía Anticorrupción de Barcelona le denunció y pidió su imputación por los típicos chanchullos de la mayoría de los rectores de las Cajas de Ahorro. Este personaje “atornillaba” a militares para que informasen a favor de la adquisición de determinado armamento (francés) que interesaban a su gobierno, aunque fuese más caro y técnicamente peor que el de otros concursantes. Llegó incluso a obstaculizar el ascenso al generalato de algunos responsables que no se avenían a sus presiones.

La campaña socialista de ´OTAN, de entrada No´ nos muestra otro cuadro de ese modelo de actuación. El que la dirigía era Javier Solana, que después fue agraciado con el cargo de secretario general de la OTAN, y que durante su mandato se produjeron (marzo de 1999) los terribles bombardeos sobre Yugoeslavia (territorio serbio). Bill Clinton, presidente estadounidense, fue el adalid de de esa masacre a la que se apuntaron más de 40 países, entre ellos España, bajo la presidencia de Aznar.

Más tarde, Carme Chacón, en su etapa de Ministra de Defensa, lideró el ataque contra Libia. Por entonces el ahora líder de Podemos-Madrid, el general Julio Rodríguez, era Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Ni puso pega alguna ni dimitió de su cargo. Destrozaron Libia, un país que bajo el liderazgo de Gadaffi se convirtió en un importante aliado de Occidente y ser el más progresista y avanzado de todo África. Recordemos lo que, para justificar esa masacre, dijo Chacón: “el éxito de la operación de la OTAN en Libia determinará la capacidad de la Alianza para contribuir a un futuro de estabilidad, democracia y prosperidad en el Mediterráneo”.

El resultado de esa operación militar, además de las víctimas que causó, destruyó y dividió el país, dejando desolación, inestabilidad y terrorismo en la zona. Eso, por no mencionar los miles de desplazamientos forzados y la consiguiente emigración.

Más tarde, el “buenismo” y “buen rollito” de José Luís Rodríguez Zapatero le condujo a comprar 24 misiles “Tomahawk” por la módica cantidad de 72 millones de dólares. Esos terroríficos bichos tienen un alcance de 1.600 kilómetros y, al parecer, iban destinados a la Armada Española. La operación se inició siendo ministro del ramo José Bono.

El ardor guerrero de cierto sector de la llamada izquierda, en concreto del PSOE, nos lo ha mostrado de nuevo el actual gobierno de Pedro Sánchez, que ha decidió destinar 12.000 millones de €uros a renovar material militar. El gobierno socialista acusa a los que se niegan a aprobar sus presupuestos, argumentando que así no podrá cumplir con sus políticas sociales, sin embargo no necesita su aprobación para destinar una suculenta partida a comprar armamento.

Desde 1997 es la partida más importante destinada a la compra de armamento. Carros de combate, fragatas, helicópteros, renovación y actualización la flota de de cazas de combate Eurofighter, compone ese paquete de compra.

Para la ministra de Defensa, Margarita Robles, esa compra es un “gasto social” ya que crea puestos de trabajo, además de un “impacto importante en la economía española”.

Por si fuera poco, en uno de los últimos Consejo de Ministros, se autorizó la firma de un contrato para la adquisición de diez misiles SM-2 IIIB y diez canastas MK-13, por un valor estimado de 26.100.000 millones de €uros. La justificación del gobierno socialista es la siguiente: “El objeto de la compra es dotar a la Armada española de Misiles Standard SM-2 y suministro asociado, para poder garantizar la defensa aérea en las operaciones futuras en las que participen las Fragatas F-100, completando parcialmente el cargo de misiles necesario, así como poder compensar caducidades y reponer posibles consumos en lanzamientos para instrucción de dotación y calificación de unidades”.

¿Qué enemigos tenemos nosotros para comprar tanto armamento? El único con el que podríamos tener un enfrentamiento bélico ya nos ha ganado la batalla con la amenaza del terrorismo, la inmigración y el narcotráfico.

Que no se preocupe el presidente Pedro Sánchez, pues ni el PP ni Ciudadanos van a protestar por ese gasto en armamento. Y, por lo que parece, tampoco lo hará la izquierda.

¡Tranquilo, pues; no se divisa nada en lontananza!