Mi Columna
Eugenio Pordomingo (22/1/2018)
Tal y como comentamos el pasado día 19 de este mes, el expresidente Carles Puigdemont participará hoy lunes en la Universidad de Copenhague en un debate organizado por el Departamento de Ciencias Políticas. El Gobierno de España ve en esa salida de Bélgica –al parecer la primera que hace desde que se “exilió” allí- una oportunidad para ordenar su arresto. De hecho, la Fiscalía española va a pedir al juez Llarena –quizás lo ha hecho ya- la detención del expresidente de la Generalitat en el caso de que viaje a Copenhague.
Ayer, en un comunicado, la Fiscalía General afirmaba que “está pendiente” de los movimientos de Puigdemont y que, en consecuencia, va a pedir al juez que active la euroorden de detención en el caso de que finalmente se traslade hoy lunes a Dinamarca.
En Copenhague, Puigdemont tiene previsto participar en un debate sobre la situación política que atraviesa Cataluña. Pero en vista de las circunstancias actuales, no está nada claro que el expresidente catalán se desplace a Copenhague.
Si Puigdemont asiste a ese debate universitario, la Fiscalía pedirá al Tribunal Supremo que proceda a activar la euroorden de “detención y entrega” a fin de que la Justicia danesa proceda a su detención.
Parece mentira, pero medio mundo está pendiente del pulso que mantienen Puigdemont y Rajoy. Y, llama la atención, que la iniciativa la esté llevando el expresidente catalán. Por otro lado, esta situación está creando cierta tensión entre las autoridades belgas y españolas, escenario al que se suma ahora Dinamarca.
La crisis política que vive Cataluña está arrastrando a la mayoría de los partidos políticos y a sus líderes por la vía del desprestigio, sobre todo a los que se denominan de izquierdas. Por ejemplo, a la CUP (Candidatura de Unidad Popular), que se ve imposibilitada para dar una explicación coherente de su apoyo a la antigua CiU, enfangada en la corrupción. Tampoco se libran Pablo Iglesias y Ada Colau. Recuerdo una frase lapidaria de Íñigo Errejón: “En un Madrid- Barcelona nadie vota por el árbitro”.
¿Qué decir del PSOE, PP y Ciudadanos? El resultado electoral del 21-0 nos muestra que los socialistas no vieron cumplidas sus expectativas; los populares recogieron un rotundo fracaso por su nefasta gestión; y Ciudadanos no terminó de rematar la faena, a pesar de su indiscutible éxito.
Pero esta nueva crisis catalana, le ha venido que ni de perlas a Mariano Rajoy, pues con ella está evitando que la diana de los medios de comunicación se centre en Francisco Camps, la Gürtel, la financiación del PP y en saber de una vez quién es M. Rajoy.
Todo un esperpento, un cansino esperpento, que si no fuera por las graves consecuencias que puede tener para España, me atrevería a decir que se parece a una película de Luís García Berlanga con un guión suyo o de Rafael Azcona.
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