Informe FOESSA.

España
José Luis Heras Celemín (15/6/2019)
La caridad mal entendida con Cáritas Española y dos universidades madrileñas, una pública y otra privada, podría consistir hoy en no escribir sobre ellas. Pero el afecto y la esperanza de que Cáritas Española y esas dos universidades corrijan lo que mostraron hoy incitan a hacerlo.

En Fórum Europa, se iba a hablar del VIII Informe FOESSA, la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada que se constituyó en 1965 con impulso de Cáritas Española para conocer de forma objetiva la situación social de España. Como ponentes invitados estaban: La secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro. El Rector de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache. Y la Vicerrectora de la Universidad Pontificia de Comillas, Ana Soler.

Se esperaban opiniones sensatas, la actualización de cifras y conceptos, y alguna propuesta útil. Pero las intervenciones se convirtieron en una especie de parloteo desenfocado en el que los que intervenían parecían más preocupados en lucir lo que querían contar que en lo que se esperaba. En lugar de ello, frases rimbombantes, alguna con tintes tremendos: Exclusión extrema. Miseria. Carencias materiales. Medición de condiciones de vida. Personas que se separan de la sociedad. Exclusión social en España de 8,5 millones de personas y 18% de la población. La ‘Sociedad integrada’ está en niveles previos a la gran recesión. Sólo 32 millones de personas en la ‘Sociedad de oportunidades’. Riesgo de pérdida de calidad democrática. En los barrios pobres el 75% del censo no vota. Desigualdad en acceso a vivienda, salud, educación y empleo. Transmisión inter-generacional de la pobreza. Brecha de empleo y desigualdad de género.

Mientras hablaba la Secretaria general de Cáritas España, apareció el desencanto por falta de propuestas. Después siguió el Rector de la Universidad Complutense.

– No esperéis mucho de él -advirtió alguien.

Pero el rector de la Universidad Complutense de Madrid tiene el título de Magnífico. Cabía esperar de él, pues, magnificencia. Pero no la hubo. En su lugar: ‘No encuentro mejor forma de presentarme como rector que ésta’. Parece que estamos mejor que en la crisis de 2008, que no avisaron que iba a ocurrir. La situación se está enquistando. Precariedad, frustración. En las universidades los educadores llegan tarde a contratos dignos, llegan a profesores a los 42 años. Hay brecha de género. Noto apatía entre los jóvenes. Después, sin más, trató de enjuiciar el informe Foessa desde una óptica rara, mezcla de elitismo doctoral y un tono paternal absurdos. En esa posición, hizo una especie de juicio tan desenfocado que cuesta publicarlo: “En las universidades nos gusta no preocuparnos de los números y sí de las personas… Lo bueno es hacer las cosas bien”.

Con ello, marcó la distancia que hay entre lo que se trataba y la realidad: Por una parte, unos supuestos expertos, metidos en una burbuja que se preocupa de las personas proclamando la perogrullada de que lo bueno es hacer las cosas bien; y, por otra, la frialdad de los números, que según él no gustan en las universidades pero que ponen en evidencia la necesidad de tenerlos en cuenta para atender necesidades y ocuparse de las personas. Con ello, la conclusión, evidente, apareció en forma de pregunta: ¿Pero es que en Cáritas y en la Universidad Complutense no hay más que esto?

El interrogante, simplón, no precisa respuesta, pero muestra lo que es algo más que el desenfoque del título: La necesidad de que los que se ocupen de analizar y dar a conocer los resultados de los Informes de FOESSA, sean los que sean, tengan el elemental sentido de una realidad que no anida en empirismos floreados, sino en lo que está entre todos, en una sociedad a la que convendría ayudar con propuestas.

Siguió la Vicerrectora de la ‘jesuítica’ y privada Universidad Pontificia de Comillas. Ella sí intentó ceñirse a una situación que busca ‘Una realidad más justa’, ‘con reformas que propinen acciones concretas’.

Parecía inteligente la disposición de la Universidad no pública, y todos podrían haber incidido en ello, pero fue un espejismo y en el turno de preguntas se volvió a lo mismo. Hubo una intervención de la Secretaria de Estado de Servicios Sociales que podría haber reconducido las posiciones del Rector y la Secretaria de Cáritas Española. Pero la política, optó por hacer política con un recital insulso en el que abusó de las frases (Ser humano con dignidad. Pobreza de exclusión. Nuestro Gobierno quiere poner el foco en lo social y en la pobreza. No a la pobreza infantil. Empleo. Precariedad. Empleo para especialistas que no se cubre. Todo no es empleo, también dinámica en las relaciones sociales. Envejecimiento…), para terminar en lo que a la postre resultó un mitin.

El moderador, buscando contenido, pidió tres medidas a cada uno de los oradores en favor del cambio social. Pero ellos siguieron en lo mismo. No hubo para más. Había que guardar tabletas, bolígrafos, plumas y papeles.

Como final, entrega de un libro, de 82 páginas con pastas verdes, con el título RESUMEN 2019 VIII INFORME SOBRE EXCLUSIÓN Y DESARROLLO SOCIAL EN ESPAÑA. ISBN978-84-8440-788-1.Depósito Legal: M.19997-2019.