Guinea Ecuatorial
Abaha (7/10/2020)
El presidente-dictador, Teodoro Obiang Nguema, viene participando en actos públicos, presenciales o a través de conferencias virtuales, ayudando a su primogénito Teodorín, que tiembla cada vez que tiene que ponerse ante un micrófono o una cámara de televisión.

Con gesto apagado, más allá que aquí, Obiang Nguema ha intervenido en el primer debate general de la ONU que se celebró de forma virtual. Ha sido el 75º Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra de forma virtual a causa de la pandemia de la COVID-19. Y así, el 24 de este mes, Obiang participó –a través de un video- pidiendo paz, respeto y colaboración entre todas las naciones del mundo.

¡Qué bonito discurso! ¡Qué sarta de mentiras! Obiang dijo seguir creyendo en los pilares que sustentan la ONU: desarrollo, derechos humanos, Paz y Seguridad. Pero él ha colocado en Guinea Ecuatorial otros pilares como son la constante violación de los derechos humanos, la pobreza, la corrupción, la falta de libertades y un gran tejado por encima de esas columnas o pilares, como es el secuestro, tortura y encarcelamiento o muerte de opositores políticos.

Y, el colmo, se atreve a decir que “los cambios políticos deben efectuarse Únicamente a través de medios democráticos, no es aceptable el uso de la fuerza para alcanzar objetivos políticos”, olvidando lo que él hizo el 3 de agosto de 1979, nada más y nada menos que ejecutar un golpe militar. Y por si fuera poco, cruento, acompañado de una tragedia que dura hasta hoy día.

A la chita callando
De un tiempo a esta parte, la oposición guineana actúa, se mueve, con más sigilo que nunca. Y es que ha habido muchos “caídos”. Los verdaderos opositores no se dedican a lanzar soflamas en las redes sociales, gritos propagandistas, que no conducen a nada. Ellos vuelan más alto, como las águilas en busca de sus presas. Su centro neurálgico de actuación ya no es España,  en concreto Madrid, ahora se ubica en la Europa comunitaria y en algún país africano, sin desdeñar a Estados Unidos.

Severo Moto y Armengol Engonga

El sátrapa y familia andan intranquilos, pues han perdido el contacto con la realidad. Creen que todo seguirá igual, como siempre, pero se equivocan. Los intentos, varios, por encontrar apoyos entre la oposición guineana al proyecto que les ha diseñado su lobby español ha fracasado estrepitosamente. No obstante, todavía dará algunos coletazos, pero se finí. Y los que aún creen en una transición  -para que sigan mandando los mismos, pero con algunos cambios- se equivocan.

Las ayudas que busca la oposición en España y otros países no han dado hasta ahora fruto. Por fin los opositores que se encuentran en España, tras décadas de brega y muchos zapatos gastados, han llegado a la conclusión de que “aquí”, en el país que les colonizó y les convirtió en provincia, les ha abandonado como también ha hecho con el pueblo saharaui.

La causa del abandono al pueblo saharaui ya se ha hecho público –aunque, la verdad, es que parece que a la ciudadanía española le importar un bledo-, y los guineanos ya son conscientes de que ningún gobierno español les sacará las castañas del fuego.

Por si todo esto fuera poco, ahora se ha producido un triste desenlace que no acabamos de entender. Hace unos días el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial distribuyó una nota de prensa o comunicado en el que daba cuenta de que en “una reunión extraordinaria, ha elegido a Armengol Engonga Ondo Presidente Interino del PPGE para cubrir la vacante dejada por la dimisión irrevocable de Don Severo Moto Nsa. Ese acuerdo de la Comisión se ratificó –según la misma fuente- con 6 votos a favor y 3 en contra.

El nuevo cargo de Presidente interino que a partir de hoy ostenta Don Armengol Engonga Ondo obedece a lo previsto en los Estatutos del Partido de Progreso: Artículo 25, apartado a, que dice así: “Son funciones del Vicepresidente del Partido: Sustituir al Presidente con todas sus competencias en caso de ausencia de éste o vacante del cargo”.

La nota de prensa sigue así: “Dadas las actuales circunstancias, Don Armengol Engonga Ondo ejercerá el cargo de Presidente del partido hasta la celebración del Congreso Nacional que se llevará a cabo en Bata, con el retorno en libertad de los exiliados. En este Congreso se procederá a articular la presentación de candidaturas. Hasta entonces será Don Armengol Engonga quién represente ante organismos e instituciones nacionales e internacionales al Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial”.

Tras esa “dimisión irrevocable” se produjeron comentarios en las redes sociales que sugerían que había algo más detrás de esa “dimisión”, que algunos se atreven a calificar de “forzada”.

“Una larga lucha en favor de la libertad de nuestro pueblo”
El 27 de septiembre, el Confidencial de Guinea Ecuatorial (órgano del Partido del Progreso), publica un artículo firmado por Armengol Engonga, en el que éste trata, recorriendo cierto pasado, de añadir algo de miel, que no de hiel, a la “dimisión” de Moto.

El recorrido histórico que hace Armengol Engonga de su relación con Moto y sobre el Partido del Progreso es excesivamente corto y ajustado a tratar de convencer al exterior de que todo el proceso de “dimisión” ha sido de acuerdo con los estatutos del partido, por decisión de Moto y que la relación entre ellos es perfecta.

Las redes sociales, los comentarios entre unos y otros, y la información que nos llega, no coinciden con ese mensaje de tranquilidad y sosiego que escribe Armengol Engonga.

De improviso, cuando nadie lo esperaba, Severo Moto, escribe el día 6 de este mes un texto en el mismo medio de comunicación, que titula así:  “Carta de Severo M. Moto Nsa a la militancia del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial”.

En nuestra próxima entrega analizamos el contenido de esa misiva, que tiene interés, más por lo que oculta y calla, que por lo que dice.

N. de la R:
Ilustramos este texto con un video, publicado en la página de internet del Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial, en el que el Vicepresidente Teodoro Nguema Obiang, Teodorín, nos ilustra con una perorata sobre ciertos opositores, el COVID-19 y la vieja España.