José Couso Permuy

España
Espacios Europeos (3/11/2020)
Ya son 17 años los que la familia del periodista José Couso lleva clamando justicia por su asesinato en Irak el 8 de abril de 2003. Ni la justicia ni el Gobierno de España atienden sus denuncias. David Couso, hermano de Jose, compareció hace unos días ante la Comisión de Justicia de Las Cortes Valencianas para «recordar que llevan seis años sin poder recurrir a la Justicia española por el asesinato de un ciudadano español» a causa de la modificación de la Ley Orgánica 1/2014, aprobada durante el gobierno del PP, que «imposibilitaba de facto poder continuar con la investigación que se inició en 2003».

Son ya 17 años los que la familia de Couso sigue esperando que se haga justicia, motivo por el cual, en Valencia, David Couso instó a Unidas Podemos a que cumplan sus promesas: “uno de los socios del actual Gobierno, a cumplir su compromiso en materia judicial de reforma de la ley orgánica para recuperar la jurisdicción universal como iba en su programa político».

La Ley Orgánica 1/2014 aprobada durante el Gobierno del PP impide continuar con la investigación del asesinato en Bagdad (Irak) del fotoperiodista gallego, José Couso.

En el transcurso de su comparecencia en la Comisión de Justicia de Les Cortes Valencianes, David Couso, explicó las limitaciones y trabas del sistema jurídico español, a la vez que abogó por presentar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Estrasburgo), un recurso por el asesinato de su hermano.

La familia de José Couso esta “cansada de mendigar” justicia, como dijo David, pero a pesar de ello confía en que la reforma de la Ley Orgánica 1/2014 les posibilite reabrir el caso.

En declaraciones a EFE, David Couso, comentó el compromiso de Unidas Podemos de reformar la ley orgánica para recuperar la jurisdicción universal como iba en su programa político.

David Couso comentó a EFE lo siguiente: «es lamentable que te den palmadas en la espalda, están contigo en las manifestaciones y digan que van a hacer lo posible para pelear por la memoria de José y obtener justicia» y después se “vea cómo se reúnen en la embajada de Estados Unidos dirigentes del PSOE, la vicepresidenta primera y varios ministros» para “torpedear y poner zancadillas a esta familia«.

El 8 de abril de 2003, estados Unidos atacó e invadió, el Ejército estadounidense no quería que hubiese filmaciones de sus acciones bélicas.

El teniente coronel Philip de Camp, el capitán Philip Wolford y el sargento Thomas Gibson.

Un disparo (cañonazo) que se hizo desde un carro de combate del ejército de Estados Unidos contra uno de los pisos del Hotel Palestina donde se encontraban varios periodistas, entre ellos el español José Couso. A estas alturas, nadie puede negar que los mandos del ejército estadounidense conocían perfectamente que en ese hotel y en ese piso se encontraban periodistas internacionales para cubrir la información sobre la invasión de Irak.

 En la guerra hay víctimas que no combaten, son civiles inocentes de los conflictos que otros crean; que mueren por “casualidad”. Son “efectos colaterales”, según la nueva terminología al uso. Pero en muchos casos –como el de José Couso y su compañero ucranio, Taras Protsyuk, de la agencia Reuters- el destino o la estrategia diseñada, las víctimas son elegidas como objetivos tan aleatorios e inhumanos para que, simplemente, sirvan de castigo y ejemplo para que otros no hagan lo que ellos estaban haciendo. Y esa pudo ser la causa de la muerte de los dos periodistas que se encontraban el 8 de abril de 2003 en la planta 14 del Hotel Palestina.

De acuerdo con los datos aportados por Javier, hermano de José Couso, la sargento de la Inteligencia Militar de Estados Unidos, Adrienne Kinne, se encontraba espiando “a los periodistas esa mañana en Bagdad y vio que el Hotel Palestina podría ser objetivo”. El Hotel Palestina figuraba en una lista de “blancos” elegidos, según declaró años más tarde la mencionada sargento: “los servicios secretos estadounidenses conocían que había periodistas en el hotel porque habitualmente interceptaba sus llamadas telefónicas (…) En una oportunidad escuchamos a los periodistas que se quedaban en el Hotel Palestina. Y lo recuerdo concretamente porque durante el período previo a la operación ‘Shock and Awe’ (‘Impacto y Terror’), con la que muchas personas de mi unidad estaban inquietantemente entusiasmadas, nos entregaron una lista de posibles blancos en Bagdad, y el Hotel Palestina era uno de esos posibles blancos”, manifestó Kinne a la periodista Amy Goodman de la cadena estadounidense Democracy Now.

El teniente coronel Philip de Camp, que dio la orden de disparar sobre el hotel; el capitán Philip Wolford, jefe de la unidad de carros de combate, quien transmitió al sargento Thomas Gibson la orden de disparar”, recogió Mi Columna.

El Hotel Palestina era el centro internacional de Prensa en el que alojaban los corresponsales extranjeros y desde donde cubrían la invasión estadounidense. Al Ejército estadounidense se le había comunicado esa posición, pero aún así fue atacada. No querían fotos ni grabaciones.

Zapatero, Maria Teresa Fernández de la Vega y Moratinos

La vicepresidenta María Teresa Fernández de la vega, en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la que “ordenaba y coordinaba las actuaciones tendentes a desactivar el ´caso Couso´. Ahora la susodicha se encuentra bien aposentada y mejor remunerada en el Consejo de Estado, viajando de acá para allá con escoltas incluidos (…) el nulo apoyo del gobierno de Zapatero queda constatado en la actuación del entonces (enero de 2007) fiscal general del Estado, Conde-Pumpido, que se entrevistó, para tratar sobre el asunto, con el embajador norteamericano, Eduardo Aguirre. En el encuentro que mantuvieron, Conde-Pumpido informó al diplomático que el gobierno no podía hacer nada con la actuación judicial, pero que los fiscales, ¡siempre los fiscales!, continuarían oponiéndose a las órdenes de detención de los tres militares. La Audiencia Nacional archivó el ‘caso Couso’, pero el Tribunal Supremo lo reabrió”, se dice en el mismo texto.

Lamentable, muy lamentable.