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Mi Columna/ Guinea Ecuatorial
Eugenio Pordomingo (26/11/2020)
Hay un dicho en España referido a los toros de lidia, leones y tigres (a cualquier animal  bravo, agresivo y valiente) que afirma que a cualquiera de ellos se le puede matar de una estocada (caso de los toros) o de un tiro, pero “tocarles las pelotas, no”. Y disculpen ustedes lo de las “pelotas”, pero no he encontrado otro sinónimo, menos escatológico, que represente mejor lo que voy a tratar de analizar.

A Teodoro Obiang Nguema le han tocado eso que he mencionado, las pelotas. Está harto de todo y de todos; se siente enfermo; en su entorno le temen, pero no le quieren. A su alrededor se han hecho multimillonarios –familiares, amigos y lobistas, sobre todo españoles-, pero la codicia de todos ellos no cesa, va en aumento, pues olfatean que el régimen puede cambiar de un día para otro.

Obiang no es un Santo, más bien todo lo contrario, y aquí hemos dado buena cuenta de ello, con los peligros que eso conlleva.

Desde hace tiempo Obiang Nguema tiene puestas sus esperanzas en su primogénito Teodoro Nguema Obiang (Teodorín) –eso es al menos lo que circulaba por los mentideros que tratan sobre Guinea Ecuatorial-, pero lo que el dictador piensa y quiere hacer solo él lo sabe. De hecho, ha ido dando prerrogativas a Teodorín, incluso la Constitución del país está preparada para ello, pero…

Pero Obiang Nguema tiene más hijos, uno de ellos, Gabriel Mbega Obiang Lima, poderoso hombre de los hidrocarburos, que se mueve entre bambalinas para suceder a su padre. En esas movidas entre los postulantes a la sucesión estuvo metido el excomisario José Manuel Villarejo –ahora en prisión- y se dice que en esa operación hubo otros funcionarios policías y mucho dinero.

Hay otros intentos por buscar al líder idóneo que cumpla con los requisitos de los padrinos de turno, españoles en su mayoría. Pero todo indica que esos intentos han ido a parar al desguace, al vertedero o la escombrera.

Hace poco una digital italiano publicó una noticia, de contenido crítico, en la que se hacía eco de una supuesta frase en boca de Obiang Nguema: “No dejaré el poder a un tonto«. No soy especialista en el test de Rorschach, que como es sabido evalúa la personalidad, pero no hace falta tener un elevado coeficiente de inteligencia para saber por dónde van los tiros.  Me refiero a que, más o menos, se sabe a quién se refería el presidente guineano al pronunciar esa frase, en el supuesto que la dijera, que a mí no me extraña.

La trama sucesoria se va haciendo cada día más compleja, y en esa tela de araña hay varios actores y actrices, entre ellas –la principal- Constancia Mangue de Obiang, primera dama y madre de Teodorín. Constanza cuenta en España con buenas amistades, entre ellas, Silverio Nieto Núñez, director y uno de los dueños de la UCAM (Universidad Católica de Murcia), confesor sacramental de Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior en el Gobierno de Mariano Rajoy, y también amigo de Villarejo. Pero esa es otra historia.

Todo apunta a que el presidente guineano recobra el poder, marginando a su sucesor in pectore, al que en una etapa en la que se encontraba mermado de facultades, se vio obligado a delegar en él.

En consecuencia, Obiang se está viendo obligado a dar un giro importante en su forma de gobernar. ¿Qué pretende? ¿Qué espera? En breve lo sabremos.

Teodoro Nguema Obiang, Teodorín

Ese imprevisto volantazo lo confirma la noticia que la televisión estatal de Guinea Ecuatorial emitió el pasado martes día 24. El contenido de la información facilitada tiene una carga explosiva que ha dejado boquiabiertos a propios y extraños, entre ellos a la locutora que tuvo algunos fallos, quizás porque no daba crédito a lo que leía.

La noticia es de envergadura, pues el gobierno reconoce que en las cárceles guineanas hay presos extrajudiciales, detenidos ilegal y arbitrariamente. El gobierno va a elaborar un documento sobre la situación de las cárceles guineanas –leyó la locutora-, y una comisión integrada por Cruz Roja, el Fiscal de Instituciones Penitenciarias y el Juez de lo mismo, “van a investigar las cárceles guineanas”.

Un inédito reportaje, el de TVGE, en el que intervienen presos. El gobierno quiere conocer –siguió leyendo la presentadora- el número y situación de los presos preventivos e identificar los encarcelamientos arbitrarios.

La noticia, leída, acompañada de imágenes de presos en el patio de Black Beach, hablando de su situación, finaliza con las declaraciones del responsable de Derechos Humanos, nos  muestra bien a las claras que algo “muy gordo” está aconteciendo en Guinea Ecuatorial. Con esta frase de la presentadora finaliza el reportaje: “El director general de Derechos Humanos va a llevar a cabo un informe que remitirá a las autoridades”.

A nadie se le escapa que el tal director elaborará lo que le dicte el dictador Obiang Nguema. Pero todo nos conduce, repito, a pensar que algo muy importante está a punto de asombrarnos. Y no creo equivocarme.

Un tuit del Embajador de España en Malabo, Alfonso Barnuevo Sebastián de Erice, confirma de alguna manera lo que presumo: “Seguimos con interés la situación política en Guinea Ecuatorial. La buena gobernanza y la pluralidad son prioridades de nuestra política exterior”,  que no dice nada, pero apunta.

No me extraña que Martín Obiang Ondo MbasogoBienvenido Ndong OndoFeliciano Efa Mangue y Julio Obama Mofuman –por este orden-, podrían pasar las Navidades en España, confinados y con mascarilla, pero en España.