Sin Acritud…
Pilar Iznart Salto (24/6/2023)
Los muebles que nos faltaban hasta que viniera la mudanza, los compramos en IKEA (en inglés se pronuncia AIKÍA), montados por una servidora, que tenía que bajar a la piscina a purificar con el cloro las ampollas y llagas de las manos.
En Nueva York hay 3 IKEAS, exactamente iguales que en España, misma distribución de pasillos, el mismo menú en el comedor y hasta los mismos precios, estaba como en casa; cuando me entre la morriña, me daré una vuelta por IKEA y pensaré que he vuelto.
Vivir en las alturas
Vivíamos en un piso 26, de 40. Estas son las vistas que tenía desde el apartamento, por un lado a la playa y a Long Island.
Y por otro, veía en el horizonte el perfil de los rascacielos de Manhattan, con la I-95 delante, que es la autopista interestatal que atraviesa Estados Unidos por la costa este, desde el extremo norte en Maine, hasta el sur en Florida.
Ver las cosas desde arriba tiene su cara y su cruz. Se disfrutaba de la puesta de sol, las nubes parecían más cerca y las tormentas se veían en perspectiva. Pero cuando subes en el ascensor tan rápido, los jugos gástricos levitan, tienes la sensación de estar en una noria, se te desequilibran los fluidos y en ocasiones ves doble temporalmente.
Una cosa buena, es que en el transcurso de bajada de uno de los 6 ascensores, con sus múltiples paradas, te daba tiempo a abrocharte el abrigo, pintarte los labios, ponerte los pendientes y los guantes, acomodarte la bufanda y el bolso y atender alguna llamada de móvil.
N. de la R:
La primera de estas crónicas la publicamos en enero de este año, su autora nos muestra en esta ocasión la compra de muebles en IKEA y el lugar donde vivieron, apuntando las ´diferencias´ que existen entre la ciudad de Nueva York y Madrid. Con unas breves pinceladas, Pilar nos sitúa ante esas pequeñas, o no tan pequeñas, dificultades parta buscar casa, comprar muebles, adaptarse a las costumbres del país, etc.
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