Mi Columna
francisco-hernando-el-poceroEugenio Pordomingo (11/6/2009)
A pesar del dinero que amasado con el llamado «boom» de la construcción, y de las poderosas amistades de «mucho pelo» que tiene, el constructor  Francisco Hernando, «El Pocero», se ha visto obligado a abandonar su macroproyecto urbanístico en la localidad toledana de Seseña.

Hernando se ha visto obligado a retirarse, sin terminar, ese macroproyecto urbanístico de construir 13.500 viviendas en la urbanización «El Quiñón de Seseña», enToledo (España). A través de una carta dirigida a los medios de comunicacin -escrita con toda seguridad por su Dicom (Director de Comunicaciones), Alfredo UrdaciFrancisco Hernando explica que se ha sentido víctima dteodoro-obiang-nguema1e una campaña política contra él,  que comenzó cuando IU (grupo que gobierna en el Ayuntamiento de Seseña) le denunció ante la Fiscalía Anticorrupción por la tramitación y aprobación del plan urbanístico de «El Quiñón de Seseña», cuando gobernaba el PSOE. Por entonces, el Presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha era José Bono, actual Presidente del Congreso de los Diputados.

En la carta dirigida a los medios de comunicación, el constructor alude a su gestión creando puestos de trabajo e industrias en esa zona, pero ahora -indica- se ha visto obligado a abandonar su «macroproyecto» después de cinco años de trabajo. En consecuencia, regala al Ayuntamiento la urbanización. Es un decir…

En la carta, «El Pocero» acusa al alcalde, Manuel Fuentes (IU), de haberle puesto todo tipo de  «trabas» para impedirle llevar a cabo su proyecto. «Cansado» y «agotado», afirma que continuará con su labor de constructor fuera de España. ¿En Guinea Ecuatorial?

El macroproyecto de Francisco Hernando se ha quedado en la construcción de unas 5.600 casas, más o menos, una tercera parte del proyecto inicial. Eso sí, con ausencia de infraestructuras…

Por su parte, el alcalde de la localidad de Seseña, Manuel Fuentes, denuncia que «algunos emisarios» del constructor Francisco Hernando «le indujeron a cometer un delito de prevaricación, al plantearle la concesión de licencias de primera ocupación en la macrourbanización de la localidad toledana sin los informes preceptivos y vinculantes necesarios tanto técnicos como jurídicos», según recoge la agencia de noticias Europa Press.

Que lejos quedan aquellos tiempos en que Francisco Hernando, «El Pocero», campaba a sus anchas por el Ayuntamiento de Seseña y la Junta de Castilla La Mancha; que lejos quedan aquellos tiempos en que el ministro Eduardo Zaplana (PP) le concedió la medalla al Mérito en Trabajo en 2004, tres días después de las elecciones generales  del 14-M, en «atención a los méritos  y circunstancias que concurren…».

Un artículo publicado en un digital del Levante español, firmado por J. A. Blay, cuneta que la concesión de tan alta distinción no siguió los cauces  administrativos, pues no fue solicitada por ningún colectivo relacionado con el mundo laboral: «Se trata de un trámite que está rodeado de irregularidades, igual que la trayectoria que ha tenido la actividad inmobiliaria de este empresario». La gestación de la concesión de la medalla fue, afirma el autor de ese artículo, mucho «más prosaico«, y surgió del entorno familiar.

La gestión del galardón fue así, según Blay: «En una carta fechada el 18 de noviembre de 2002, Carlos García Cano, jefe del gabinete técnico del subsecretario del ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Marino Díaz Guerra, solicita al ministro Zaplana la concesión del citado galardón «en su categoría de oro». Se da la circunstancia de que una hija de Carlos García Cano está casada con uno de los dos hijos varones de Francisco Hernando, «Paco el Pocero», y es responsable de una de las divisiones inmobiliarias del grupo empresarial, conformado por su propietario en base a una estructura familiar».

No vamos a entrar de momento en la trayectoria empresarial de «El Pocero», plagada de conflictos y de «especulaciones», aunque supo acercarse al mundo de la política, o éste se arrimo a él en busca de su «personalidad».

Afirma Blay que el polémico constructor ha sido en los últimos tiempos «el centro de numerosas especulaciones por sus relaciones con políticos de todo signo. Diversas informaciones aparecidas en medios digitales distintos le atribuyen una estrecha relación de amistad con José Bono y el propio Eduardo Zaplana. Incluso con intereses económicos. Ambos lo han negado».

Quizás, son esas relaciones con políticos las que le han llevado a intentar instalarse en Guinea Ecuatorial…