Sin Acritud….
Cordura
(7/3/2012)liza-behrendt
«No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, más bien denunciadlas»
(Pablo de Tarso, Efesios 5: 11).
Los grandes medios no destacarán que anteayer, Liza Behrendt, una joven judía estadounidense de 22 años, irrumpió de manera totalmente pacífica en la sesión de apertura de la asamblea del AIPAC, poderoso grupo de presión sionista. Portaba una pancarta que rezaba: «Los asentamientos violan los valores judíos». Además de defender los derechos palestinos, su intención era denunciar la marginación que sufren por parte del citado grupo los judíos pacifistas de Estados Unidos. Y, como fondo, oponerse a las ansias guerreras del sionismo contra el pueblo iraní (ver también).

Liza es miembro de Jewish Voice for Peace (Voz Judía por la Paz), cuyas ejemplares acciones ya hemos reflejado en este blog al menos una vez. Su acción se encuadraba en la campaña Occupy AIPAC.

En el vídeo aquí enlazado puede verse el gesto valiente de Liza y su voluntad, reiterada a gritos una y otra vez, de no dejarse silenciar.

El  AIPAC
Es conocida la influencia del llamado «lobby judío» en Estados Unidos. Nombre incorrecto, a propósito, pues más bien debería decirse «lobby pro ‘israelí'»; o aún mejor, «lobby sionista». Hablamos, en cualquier caso, de un poderoso entramado de organizaciones que defienden, no siempre limpiamente, los intereses del sionismo internacional. En particular, de su gran referente: el estado de «Israel».

En el seno de ese entramado, con la función de asegurar el férreo apoyo del régimen estadounidense a dicho estado, destaca el AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), autodefinido como «el lobby pro Israel en Estados Unidos». Congregando en su seno, según afirma su sitio en Internet, a «judíos y no judíos, religiosos y seculares, afroamericanos y latinos». Todos ellos, unidos por su defensa del enclave sionista. Al que, por cierto, la misma web llama «estado judío».

Recuerda el nada subversivo diario El Mundo que el AIPAC es «el segundo grupo de presión más importante de EEUU, tras la AARP, es decir, la Asociación Nacional de Jubilados. La diferencia es que la AARP tiene 40 millones de miembros, y en EEUU cada día se retiran 10.000 personas, mientras que AIPAC representa a los intereses de un estado extranjero. AIPAC, además, destaca por defender las posiciones más ‘duras’ del estado de Israel.» La organización declara tener cien mil miembros.

Ocurre que estos días el AIPAC celebra su asamblea anual y, como de costumbre, ante ella comparecen prominentes mandatarios de los regímenes estadounidense e «israelí». Esta vez lo han hecho, por parte del segundo, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el Nobel de la Paz, presidente banderaShimon Peres; y por parte del primero merece especial reseña la presencia de los presidentes del Senado, Mitch McConnell, y de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; la del ministro de Defensa, Leon Panetta; y, por supuesto, la del también Nobel de la Paz, presidente Barack Obama.

Irán en el punto de mira
Basta mirar ahora mismo la portada de la web del AIPAC para comprobar qué es lo que preocupa a esta gente en la última jornada de su asamblea anual: «Irán», «Irán», «Irán», «Irán», «Irán»… Según los medios, en su encuentro con Obama, Netanyahu le dijo impúdicamente que «Israel aún no ha decidido si atacar Irán». El otro le aseguró que, en cualquier caso, «EEUU siempre guardará las espaldas de Israel». Algo que suena claramente a: «Si decides atacar, nosotros lo apoyaremos.» Militarmente, por supuesto.

Todo ello, a pesar de que hasta las 16 agencias de inteligencia estadounidenses coinciden, una vez más -la anterior ocasión notoria fue en 2007-, en que no existen evidencias de que Irán esté fabricando armas nucleares. Dato no desdeñable, habida cuenta de que el supuesto programa nuclear bélico de Irán viene siendo la excusa empleada desde hace años para acosarlo y legitimar la agresión contra él. Ese mismo desmentido, sorprendentemente, también se les «escapó» a los ministros de Defensa estadounidense, Panetta, e «israelí», Ehud Barak.

Pero nada de eso parece mitigar la obsesión por bombardear Irán. De hecho, suena cada vez más la hipótesis de un ataque «israelí» en los momentos decisivos -otoño de este año- previos a las presidenciales estadounidenses. Es tal el grado de ultrasionismo de esa sociedad, y sobre todo de sus políticos -la honrosísima excepción es el antibelicista Ron Paul-, que seguramente Obama se vería obligado a «guardar las espaldas» de sus socios «israelíes».

¿Por qué esa obsesión? ¿Realmente puede temer «Israel» por su seguridad a manos de Irán? Sus gobernantes saben que este país no posee armas nucleares y que no hay señales de que aspire a poseerlas. Tampoco ignoran que el régimen islámico persa nunca ha atacado a otro país. Y que sería suicida por su parte, aun teniendo esas armas, usarlas contra «Israel», potencia nuclear respaldada a su vez por la superpotencia imperial.

Las razones sionistas de fondo para atacar a Irán son mucho más oscuras. Tienen que ver con la cuestión palestina y con los planes del gobierno hebreo y otros sectores a ese respecto -incluyendo a buena parte de los «evangélicos» estadounidenses-. Y seguramente son las mismas que las que movieron mapa-iran-israel-irakal imperialsionismo a liquidar al régimen de Sadam en Irak (es significativo que en el mapa que aparece ahora mismo en la portada de la web del AIPAC no se considere ya a ese país como una amenaza -ver signos de admiración-, a pesar de estar gobernado por musulmanes chiítas; en prevención de que lo quiten, reproducimos el mapa a la derecha de estas líneas), así como a la Libia de Gadafi, y las que le mueven a hacer lo mismo con la Siria de Asad.

Todos ellos, regímenes nítidamente pro palestinos. Explicar esto, y sus entresijos, requeriría otro artículo, esperamos que próximo, pero parece evidente que por ahí andan las razones del extremado violentismo de los sionazis.

La cual no impide que la web del AIPAC declare que el grupo se viene dedicando a «promover la paz entre Israel y sus vecinos».

Empañando la fiesta del AIPAC…
Con tan siniestro marco de fondo, resulta aún más admirable la intervención de Liza, quien logró empañar en cierta medida la fiesta belicista del peligroso AIPAC (en el vídeo puede apreciarse cómo una sionista intenta evitar que los amigos de la joven graben su acción. «¡Ignoradla!», les dice).

Denunciaba así las obras tenebrosas de quienes se empeñan en dirigir a su antojo los destinos del mundo. En contra, como les dijo Liza, de los genuinos valores judíos.

N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Cordura.