Internacional
Ana Camacho (11/10/2012)

El representante francés ante la ONU, Gérard Araud, interviene ante la prensa tras la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Malí, el pasado día 4. UN Photo/J Carrier
El representante francés ante la ONU, Gérard Araud, interviene ante la prensa tras la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Malí, el pasado día 4. UN Photo/J Carrier

Francia, como era de esperar, volvió a la carga con su plan de intervención en Malí y, esta vez, parece que ha logrado un importante avance al lograr el apoyo de Estados Unidos que, hasta ahora, se había mostrado reticente a una acción armada para acabar con la secesión tuareg del norte de Malí. La diplomacia francesa sigue, sin embargo, enfrentándose a un duro escollo, el de la oposición a sus planes de Argelia y Mauritania que han contestado a este giro americano, reafirmando su coincidente rechazo a la intervención internacional en sus fronteras.

Esta nueva ofensiva francesa se desencadenó el pasado día 2, cuando el representante francés ante la ONU, Gérard Araud, anunció en Nueva York que estaba elaborando un proyecto de resolución en la ONU a favor de su plan de intervención en Malí. Hubo una reunión a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad de la ONU el día 4, tras la cual se filtró que en el departamento de Estado en Washington han decidido dar un giro y contentar a los franceses dando luz verde a su proyecto.

Oficialmente, sin embargo, los portavoces de Hillary Clinton siguen sin pronunciarse con claridad sobre la cuestión. No van más allá de confirmar que mantienen «consultas muy intensas» sobre esta cuestión con el Gobierno de Malí, los colegas franceses y los países que integran la Cedeao (Ecowas en inglés) la organización a la que París ha recurrido para orquestar una intervención que cumpla con el requisito de no ser nominalmente francesa y colonialista.

De hecho, un ejemplo de ello, ha sido la visita que el secretario de Estado Adjunto para Asuntos Europeos y Euroasiáticos del Departamento de Estado de EE UU, Philip H. Gordon, realizó el pasado fin de semana a París para hablar con el Gobierno de Hollande principalmente de la situación en Malí y, algo menos, de Afganistán donde los americanos quieren que Francia mantenga su presencia militar. Allí  Gordon aseguró al diario Le Monde: «apoyamos a Francia y si decide que es necesario intervenir militarmente, puede contar con el apoyo de Estados Unidos».

Pese a esta declaración, en Washington han seguido eludiendo en días posteriores contestar a la pregunta clave (¿apoyan o no una intervención militar promovida por Francia?). El martes, un portavoz del departamento de Estado se limitó a decir al respecto, que lo que en Washington van a apoyar es una solución de la Ecowas «bien desarrollada» , «bien pensada» y que los franceses están trabajando con esta organización para que el posible plan cumpla con estas condiciones.

ana-camachoEsta indefinición no ha gustado en Argel que sigue oponiendo un férreo rechazo a la intervención militar en el país vecino.  Su respuesta al giro norteamericano ha sido la de volver a reafirmar que lo que necesita Malí son soluciones políticas, a través del diálogo, y no militares. El Gobierno mauritano también ha confirmado seguir en esta misma línea en una entente con Argel que el Gobierno de Hollande, hasta ahora, no consigue romper. El rechazo de Argelia y Mauritania incomoda a la Ecowas que quiere contar con estos dos países que no forman parte de la organización pero cuya colaboración es esencial para el éxito de una operación militar.

N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Ana Camacho, periodista, activista intelectual y física, de los derechos humanos, además de secretaria de la asociación APPA (Asociación para el Progreso de los Pueblos de África), que también e puede leer en su página de Internet En arenas movedizas.


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