Estados Unidos/Europa
espacioseuropeos.com (17/2/2013)

Obama, Barroso y Herman Van Rompuy
Obama, Barroso y Herman Van Rompuy


Un  acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos se cierne sobre los ciudadanos europeos. Medios estadounidenses comentan que una unión comercial entre la UE y EE. UU.,  “reforzaría la relación económica más grande del mundo y contribuiría a la elaboración de normas mundiales de comercio2, como afirma la página de Internet del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Así se desprende del primer discurso sobre el Estado de la Unión del presidente Barack Obama en el que propuso una Alianza Transatlántica de Comercio e Inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea que “reforzaría la que hoy es la mayor relación económica del mundo”.

El pasado 12 de febrero, Obama dijo en ese discurso que “Iniciaremos conversaciones sobre una Alianza Transatlántica de Comercio e Inversión con la Unión Europea, porque el comercio justo y libre a través del Atlántico sustenta millones de puestos de trabajo estadounidenses bien remunerados”. El argumento de siempre, el convencional:  mediante ese acuerdo se creará empleo, habrá un crecimiento económico mayor y la competitividad internacional se verá favorecida.

En perfecta sintonía, un día después, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo en Bruselas que las conversaciones entre EE. UU., y la UE para crear esa alianza económica de libre comercio se iniciarían a finales del próximo mes de  junio.

En la actualidad el comercio entre Europa y Estado Unidos representa la mitad de la producción económica mundial, equivalente a un tercio del comercio mundial.

A la chita callando, las instituciones europeas y la Administración Obama han venido manteniendo reuniones de trabajo para fomentar e impulsar la liberalización del comercio y  la inversión.

El despegue de China y otras potencias asiáticas emergentes está detrás del interés estadounidense por lograr ese acuerdo comercial lo antes posible. Se dice que ese acuerdo podría tener  un impacto en el comercio mundial al crear “reglas y principios sobre asuntos como las medidas disciplinarias de mercado para las empresas del Estado, la lucha contra las barreras comerciales discriminatorias y la promoción de la competitividad mundial de las pequeñas y medianas empresas”.

Las dudas que albergamos sobre los beneficios que ese acuerdo pueda traer para Europa, y en concreto para España, son más que dudosas. Las producciones estadounidenses, más numerosas y por tanto más baratas, inundarán la UE, mientras que nuestros agricultores verán reducir sus ventas en el interior y en el mercado estadounidense. Por otro lado, la legislación es muy lasa en Estados Unidos, mientras que en Europa es más rígida y vela por los consumidores, lo que provocará un hundimiento de los mercados europeos.


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