El JuevesEspaña
Alejandra Durrell (22/12/2013)
Todo apunta a que la Casa Real vive otro de sus peores sueños. Y menos mal que tienen sus necesidades bien cubiertas, que si no…Al debate sobre la imputación o no de la Infanta Cristina por las causas que la justicia tiene abiertas contra ella y su marido, Iñaki Urdangarin, se suma el posible divorcio de los Príncipes de Asturias que, de momento, el Rey Juan Carlos ha conseguido parar.

La sucesión al trono es otro de los asuntos que hierve la cazuela de la Zarzuela, aunque se va a congelar, pues el Rey, a medida que avanza en su movilidad, aleja el traspaso de la corona a su hijo Felipe.

Las esporádicas salidas de Letizia Ortiz Rocasolano sin el Príncipe ni acompañada por miembros de la Casa Real han pasado, de momento, a la historia. Lo que parece que permanece es su posición respecto a que sus dos hijas no reciban educación católica.

Lejos queda, por tanto, la abdicación del Rey Juan Carlos y, por razones obvias, las cacerías de paquidermos han entrado en el proceso de consolación de enseñar a amiguetes los trofeos cinegéticos que se amontonan en el pabellón construido para ello en la Zarzuela.

Hay que recordar –varios medios de comunicación lo han sacado a la luz- que el pabellón de caza se construyó en 2007, en plena crisis económica, cuando el paro hacia estragos entre españoles e inmigrantes. Más de dos millones de euros nos costó a los españoles ese pabellón. La noticia se conocí a través de Antonio Montero, que desveló ese secreto en el ´Programa de Ana Rosa´.

Pero la construcción de ese pabellón ha costado mucho más, si tenemos en cuenta que allí hay elefantes, jirafas, colmillos, etc., que en su día tuvieron que ser transportados desde el lugar donde fueron matados.

Hace meses, la revista satírica ´El Jueves´, lanzó otro número dedicado a la monarquía, en este aso lo tituló: «El Rey retoma sus actividades». La potada lo dice todo, no hacen falta comentarios.

El semanario nos recordó el “accidente” en Botsuana, a presencia de Corinna Zu Sayn-Wittgenstein (que no es princesa), el fortuito disparo que el nieto mayor del rey recibió en el pie derecho con la escopeta que le dejó su padre, los lios financieros de su yerno Urdangarin que afectan a su hija la Infanta Cristina, la opacidad de la Hacienda Pública española que no desvela sus datos fiscales, y un largo etcétera.

Y ahora a esperar un discurso navideño cargado de “buenismos”, de animarnos a todos a luchar contra los males que el destino nos ha deparado, y a invitarnos a caminar con la cabeza agachada por la senda de la sumisión.

 


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