Luis Bárcenas y Mariano Rajoy frente a frente.

España
Alejandra Durrell (13/3/2017)
Nuestro país anda más que revuelto, y un ejemplo de ello es la “cuestión catalana” –la cuadratura del círculo, decía Ortega y Gasset-, la corrupción sistémica y en muchos casos impune y, ahora, la posible creación de una comisión que investigue la corrupción del PP –este partido ha pedido que se extienda al resto de formaciones políticas-, por no mencionar la “intromisión” de los partidos políticos en los asuntos relacionados con la Judicatura. 

A lo anterior se une, un Congreso de los Diputados, que ya no es bipartidista, y por si fuera poco, un PSOE en declive con la única esperanza –para los socialistas- de que Pedro Sánchez se haga con las riendas del maltrecho legado, al que sin duda alguna él también ha contribuido. El anuncio de Susana Díaz de que se postula para dirigir las siglas socialistas va a contribuir aún más al desprestigio del PSOE. ¿Susana en Madrid?

A pesar de que los juicios sobre corrupción se le amontonan, Rajoy parece no inmutarse, y procura que todos miran a la extinta CiU, a su “tres por ciento” y a las condenas de dos años de inhabilitación a Artur Mas para ejercer cargos públicos. Pero la amenaza de Albert Rivera –no le quedaba otra posibilidad- de romper, de verdad, el pacto en la comunidad murciana, le puede amargar el mes. Y es que lo de mantener en el cargo de presidente de Murcia a Pedro Antonio Sánchez no tiene más explicación, aparte de cerrazón,  que ese personaje debe saber casi todo acerca de la financiación del Partido Popular murciano, o vayan ustedes a saber hasta dónde se extiende el asunto.

A Mariano Rajoy le preocupa, más que el caso Cataluña –que le puede venir más que bien para mostrar su españolismo-, el que Pedro Sánchez ganará la secretaria general del PSOE y en consecuencia pactar con Podemos. Y le preocupa, sobre todo, que el ´caso Bárcenas´ siga inflándose –sobre todo después de las declaraciones del extesorero del PP, Rosendo Naseiro-, y que le afectase de lleno, especialmente por los supuestos sobresueldos cobrados.

Las cloacas trabajan sin descanso. Atentos a los acontecimientos, puede pasar cualquier cosa.