Joaquín de Bélgica.

España
Espacios Europeos (1/6/2020)
El príncipe Joaquín de Bélgica, sobrino del rey Felipe de los belgas, que dio positivo por Covid-19, se saltó la cuarentena y podría haber contagiado a una treintena de amigos y amigas.

La fiesta privada a la que asistió Joaquín, nada más llegar de Bélgica, concentró a una treintena de amigos personales de él y de su novia, la española Victoria Ortiz. La conducta irresponsable de este príncipe, miembro de la familia real belga, puede tener serias consecuencias para los asistentes a la fiesta, ya que podrían estar contagiados muchos de los asistentes.

El príncipe Joaquín es además, archiduque de Austria-Este y décimo en la línea sucesoria del trono belga, pero ejerce como analista financiero, reside desde hace varios años en Córdoba donde también vive su novia.

El lunes día 25 de mayo, llegó a España procedente de Bélgica. Nada más llegar a Madrid se desplazó hasta Córdoba en el AVE, para asistir a una fiesta que le daban un grupo de amigos. Pero no cumplió la cuarentena a la que están obligados todos los que llegan a España, de acuerdo con la norma gubernativa en activo.

Pero el príncipe belga se sintió mal, y tras la revisión médico, se detectó que se había contagiado por coronavirus. Las autoridades sanitarias de Andalucía han realizado el correspondiente “rastreo” de las personas que asistieron a la fiesta privada, procediendo a realizar los correspondientes análisis sanitaros y decretando su cuarentena.

A pesar de su habitual discreción, el príncipe Joaquín está recibiendo severas críticas de los medios de comunicación belgas por su irresponsable conducta al no guardar la debida cuarentena nada más pisar suelo español.

La cuarentena  Obligatoria para las personas que llegan a España
A partir del 15 de mayo las personas procedentes del extranjero deben guardar cuarentena los 14 días siguientes a su llegada, debiendo permanecer en su domicilio o alojamiento, y sólo podrán desplazarse para: adquirir alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad o acudir a centros sanitarios, según la orden gubernamental.

Como se aprecia por el contenido de la ley, la cuarentena es un tanto “liberal”, ya que no existe un control efectivo. Y así nos pasa. Un ejemplo de eficiencia en la aplicación de esta medida nos lo ofrece China, donde los viajeros que llegan al país son “llevados” por las autoridades chinas a una dependencia hotelera y periódicamente se les realizan detallado y profundos análisis clínicos hasta que determinan que no están infectados. Si lo están, son llevados a un centro hospitalario donde son atendidos debidamente hasta su curación. ¡Queda claro!


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