Teodoro Obiang Nguema.

Guinea Ecuatorial
Abaha (22/10/2020)
Habíamos quedado en adentrarnos en la carta que Severo Moto ha depositado en el Confidencial de Guinea Ecuatorial, dirigida a la militancia del Partido del Progreso, pero dadas las circunstancias hemos pensado que es mejor no hacerlo. Ellos, el PP, tienen su medio de comunicación y se expresan a diario, incluso Moto.

Hace pocos días, Armengol Engonga ha editado un video en el que se presenta como flamante presidente del Partido del Progreso y da cuenta de su proyecto de celebrar un congreso en Bata. Pero, sin profundizar demasiado, hemos detectado en ese video que Armengol no se encuentra cómoda explicando lo sucedido, nos referimos a la “dimisión de Severo Moro”.

No es jactancia, pero estamos seguros de que el caso ´dimisión de Severo Moto´ va a dar mucho que hablar. Moto es de los que mueren con las botas puestas, y esa dimisión de ahora nos parece un tanto full. El tiempo lo dirá.

Así que asunto zanjado por nuestra parte, excepto si, en relación con esa dimisión,  se produjeran noticias importantes que afectaran a otros grupos políticos o a la población guineana.

Con esto de la pandemia no estaba claro si habría concentración, con motivo del 12 de octubre, ante la Embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid. Si que hubo mucho movimiento en las redes sociales con motivo de esa fecha, la Fiesta de la Independencia de Guinea Ecuatorial.

Unos días antes hubo un comunicado de prensa del Partido del Progreso en el que se decía que ellos no iban a asistir,  “ni aconsejan asistir, a la manifestación del día 12 en Madrid”.

El confinamiento fue la escusa –acertada o no- para no acudir a esa llamada, que no se sabe quién o quiénes la hicieron. El caso es que si hubo concentración, aunque escasa. Pero, una vez más brilló por su ausencia una estrategia de comunicación. Que sepamos no se hizo un comunicado conjunto, pero al menos CORED emitió un manifiesto y una nota de prensa, que no nos llegaron, pero que pedimos al secretario general de esa formación política, que atendió nuestra petición. El manifiesto va dirigido a las “fuerzas vivas de la Nación en el exilio” con motivo de la Independencia de Guinea.

El tono del manifiesto de CORED tiene una peculiaridad, que desconocemos si va a ser positiva para ese grupo u el pueblo guineoecuatoriano, y es que reclaman “cambios institucionales en Guinea Ecuatorial, siempre y cuando que sirvan para defender los derechos individuales: la vida, la libertad, la prosperidad y la igualdad de trato ante la ley; un gobierno limitado y con igualdad de oportunidades; es decir, siempre que el marco institucional instaure la separación de poderes, la independencia judicial, las elecciones transparentes, la soberanía del pueblo, el principio de consentimiento y la libertad de expresión”.

Sin duda, hay un cambio en el tono. No sabemos si se debe a una nueva táctica o estrategia de CORED, pero si constatamos que hay nuevos elementos en su discurso. Nos extraña que ese texto se haya armado en base a “cambios” que podrían llevarse a cabo por no se sabe quién, si por la dictadura o por otro régimen surgido de las urnas, por la presión popular o por medios menos democráticos.

Difícil compaginar ese cambio, aparentemente idílico, surgido no se sabe cómo, a la vez que se reconoce que la “actual situación  infernal del país; en donde, predomina las intimidaciones, las matanzas, la corrupción, los secuestros, encarcelamientos extrajudiciales, las desapariciones, la brutal represión de las fuerzas  y cuerpos de seguridad, la falta de asistencia sanitaria y los medicamentos, la carencia de una mínima estabilidad en el sector educativo, etc.”.

El manifiesto de CORED recurre –es un tópico en la oposición guineana- a instituciones  internacionales, como la UE, UA  y países –en primer lugar se dirige a España- a fin de que “intervengan”, aunque sea “por razones humanitarias” para salvar “de la tiranía y de la dictadura; porque, es imposible que llegue una solución democrática, si las elecciones son fraudulentas y también, porque es altamente imposible la sublevación en el interior del ejercito guineoecuatoriano; dado que, en su mayoría, los mandos militares son familiares y otros están siendo comprados por el dinero del petróleo y gas, al igual que muchos opositores”.

Es duro decirlo, pero España ha demostrado con creces que apoya, de una forma u otra, a la dictadura de Teodoro Obiang Nguema. No es necesario pormenorizar sobre ello, es un hecho irrefutable y, lamentablemente, vergonzoso, pero es una constatación.

Respecto a la posición del Ejército guineano, tenemos que decir que todas las dictaduras han creado sus ejércitos a su antojo e imagen; integrado por mandos relacionados familiar y económicamente con el poder. Pero no hay que olvidar que en la mayoría de los casos de intentonas o cambios radicales en regímenes dictatoriales, han sido miembros de las Fuerzas Armadas –generalmente oficiales jóvenes- los actores que han hecho posible esos cambios, algunos para mejor y otros para peor. Y en muchos casos las intentonas han sido abortadas por países y organizaciones internacionales que prefieren seguir con los dictadores.

CORED lanza un grito desesperado y en este caso muy claro, dirigido al “mundo entero para que, esta lacra y este asesino y criminal que se llama Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y su régimen, se han quitado de inmediato en la jefatura del estado de nuestra nación”.

Con modestia nos atrevemos a sugerir a la oposición guineana que no gaste munición en pedir a otros lo que ellos mismos deberían hacer. Ningún país ni institución internacional va a atender sus peticiones o súplicas, si la oposición no muestra antes su capacidad de organización y liderazgo. Y una pequeña reflexión a esta pregunta, ¿quiénes han creado la Unión Europea o al Unión Africana? ¿Entonces…?

Obiang condecora a su amigo Moratinos

Esos países solo intervendrán si ven peligrar su influencia y extracción de  recursos en Guinea Ecuatorial o, si otras potencias se asientan con armas y bagajes en el país, entonces es posible que actúen. Entre tanto, a esperar.

Y no hay que olvidar que siempre que los opositores acuden a París o Washington solicitando ayuda, obtienen la misma respuesta: “Mientras España no de un paso, nosotros tenemos las manos atadas”. Respuesta, para nosotros, poco creíble, pues por desgracia España ha cedido su soberanía a Estados Unidos, las multinacionales y Bruselas. A lo que hay que sumar los negocios que a través de políticos españoles (Moratinos, Laborda, Martín Villa, Bono, Zapatero y Arístegui) han conseguido empresas españolas y otras. Todo ello constituye un muro casi imposible de sortear, al menos de momento.

La capacidad de negociar o de presionar a Teodoro Obiang Nguema por parte de España es mínima. Un ejemplo lo tenemos en que ni siquiera el Congreso de los Diputados y el Senado han tenido la delicadeza de contestar con el “recibido” a las denuncias que el MLGEIIIR ha hecho con motivo del secuestro de cuatro de sus dirigentes.