magen de la Agencia Europea de Defensa. . Foto Parlamento Europeo.

Europa
Espacios Europeos (10/5/2021)
La Unión Europea (UE) no cuenta con un auténtico gobierno, pero sí con unos “altos funcionarios” que deciden lo que hay que hacer en cada momento. Las órdenes llegan a los países desde “Bruselas”. Y los medios de comunicación se hacen eco de sus directrices aludiendo siempre a Bruselas. Hacen y deshacen a su antojo, pero no sabemos de dónde parten las órdenes. Por ejemplo, se firmó un macro acuerdo –con un adelanto multimillonario- con la multinacional Astrazeneca para la compra de vacunas contra la COVID. La empresa no cumplió y, tras las presiones de científicos, gobiernos nacionales y, sobre todo, algunos medios de comunicación, el poder de Bruselas se vio obligado a presentar el contrato. Los medios  dijeron ¡Bruselas hace público el contrato con Astrazeneca!. Pero en ese contrato hay más tachaduras que texto que se pueda leer. Se desconoce el dinero oagado, así como las cláusulas  que obligan a las partes, etc. ¿Transparencia? Ninguna.

Ahora, la UE apuesta por un Ejército propio. A nosotros nos gustaría que no hubiera ejércitos, pero ciertamente las circunstancias obligan. Es mejor uno propio que no uno extranjero afincado en territorio europeo.

A pesar de que la Defensa sigue siendo una prerrogativa de las naciones que integran la UE, existen “operaciones” en las que participan tropas europeas –sobre todo francesas- en cooperación, dedicadas –se dice- a la paz, contrlar los flujos migratorios  y al terrorismo.

Desde el año 2016, ha habido un progreso significativo en el área de seguridad y defensa de la UE, “con varias iniciativas concretas a escala comunitaria para impulsar la cooperación y reforzar la capacidad de Europa para defenderse”, como recoge la página de internet del Parlamento Europeo.

AstraZeneca

Esa misma página dice que “los europeos esperan que se les garantice la paz y la seguridad”, pero seguro que también desean –aunque no lo recoja el PE- que quieren trabajo, salarios dignos y que las desigualdades se reduzcan.

Esa misma página afirma que “tres cuartas partes (75%) están a favor de una política común de defensa y seguridad de la UE, según la encuesta Eurobarómetro especial sobre seguridad y defensa de 2017, y una mayoría (55%) estuvo a favor de la creación de un ejército de la UE. Más recientemente, el 68% de los europeos dijo que les gustaría que la UE hiciera más en defensa (encuesta del Eurobarómetro de marzo de 2018)”.

El apoyo más fuerte para una mayor participación de la UE en seguridad y defensa se registró en Chipre (92%), Rumanía (80%) y España (78%), afirma la misma fuente.

Hay como un empeño en divulgar que los europeos se sienten preocupados por su seguridad y la paz, y es cierto, pero no lo es menos que están, estamos, más preocupados, por la corrupción política que nos asola, la pérdida de libertades y democracia, el aumento del paro, pero de eso se habla menos.

Los líderes de la UE saben –aporta la misma fuente- “que ningún Estado miembro puede abordar las amenazas de seguridad actuales de forma aislada. El presidente francés, Emmanuel Macron, apoyó en 2017 la idea de un proyecto militar europeo conjunto. La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció, por su parte, que “deberíamos trabajar en la visión de algún día establecer un ejército europeo adecuado», en su discurso ante el Parlamento Europeo en noviembre de 2018. Avanzar hacia una unión de seguridad y defensa es una de las prioridades de la Comisión liderada por Ursula von der Leyen”.

A pesar de que el artículo 42, apartado 2, del Tratado de Lisboa prevé una política común de defensa de la UE, ese mismo tratado establece “la prioridad de la política de defensa nacional, incluida la pertenencia a la OTAN o la neutralidad (esta segunda en la línea de Irlanda, Chipre, Malta, Austria, Finlandia y Suecia)”, que por desgracia no sigue España. ¿Menciona algo el Tratado de Lisboa acerca del conflicto sobre Gibraltar o Ceuta y Melilla? NO. Tanto la OTAN como el Tratado de Lisboa mantendrán una posición, supuestamente, neutral, aunque los indicios nos muestran un panorama proclive al Reino Unido y Marruecos, por cierto ahora aliados en lo económico y militar. La cooperación estructurada permanente (PESCO) “se puso en marcha en diciembre de 2017 y, a partir de junio de 2019, participan 25 Estados miembros de la UE. Actualmente opera sobre la base de 47 proyectos colaborativos con compromisos vinculantes que incluyen un Comando Médico Europeo, un Sistema de Vigilancia Marítima, asistencia mutua para los equipos de seguridad cibernética y de respuesta rápida, y una escuela conjunta de inteligencia de la UE”.

Fuerzas Armadas de la UE

En junio de 2017 se puso en marcha el Fondo Europeo de Defensa (FED) -fue la primera vez que el presupuesto de la UE se utilizó para cofinanciar la cooperación en defensa-, y el Parlamento Europeo acordó el 29 de abril de 2021 “financiar el fondo con 7.900 millones de euros provenientes del  presupuesto a largo plazo (2021-2027). El fondo del FED complementará las inversiones nacionales y proporcionará incentivos tanto prácticos como financieros para la investigación en colaboración, el desarrollo conjunto y la adquisición de equipos y tecnología de defensa”, según la página de internet del PE.

En consecuencia, Bruselas propone “Gastar más, gastar mejor, gastar juntos”. Y nos aporta el siguiente dato: “Las últimas estimaciones de la OTAN muestran que solo cinco países (Grecia, Estonia, Rumanía, Polonia y Letonia) gastan más del 2% del PIB en defensa. Según las cifras de la Alianza Atlántica, España, con un 0,92% del PIB, es el socio que menos gastó en defensa en 2019 tras Luxemburgo (0,55%). Otros países destinaron en 2019 más que España a defensa, pero tampoco llegaron al 2% como Francia (1,84%), Alemania (1,36%) e Italia (1,22%)”.

A pesar de estas cifras, la Unión Europea –de forma colectiva- es el segundo país del mundo que más gasta en defensa tras Estados Unidos. No obstante, las previsiones apuntan a que China ocupará en 2025 el puesto de la UE en lo que se refiere en gasto de defensa.