Gabriel Mbaga Obiang Lima y su padre, Teodoro Obiang Nguema

Guinea Ecuatorial
Abaha (22/9/2021)
Las “cosas” que acontecen en Guinea Ecuatorial se asemejan a la corriente del río Guadiana (España), que transcurre muchos kilómetros subterráneo y de repente emerge. Sobre esas aguas ya sentenció don Miguel de Unamuno: “se oculta a las veces bajo el suelo de la historia, pero sigue cursando”. Pues así acontece en la excolonia española, hoy República de Guinea Ecuatorial. En ese país, con apariencia de estabilidad, resulta que fuerzas de distinto pelaje, nacionales y externas, se mueven, se agitan, en la lucha de intereses  por los recursos del país y, en consecuencia, por la sucesión de Teodoro Obiang Nguema. Unas veces, esa liza se hace visible y otras no. En adelante, trataremos de hacer visible lo que no se ve.

Como ya comentamos en alguna ocasión, en esa fratricida lucha –a veces soterrada- se muestran como titulares Teodoro Nguema Obiang y Gabriel Mbaga Obiang Lima (los dos hijos del dictador Obiang Nguema, aunque de distinta madre); el primero de ellos cuenta, lógicamente, con el apoyo de su poderosa madre, la llamada primera dama, Constancia Mangue Nsue de Obiang. No obstante, en esa selección sucesoria no hay unanimidad, más bien al contrario, hay enormes desavenencias, especialmente entre los allegados al dictador y el entorno de la primera dama.

Por supuesto que Gabriel Mbaga Obiang Lima cuenta también con el apoyo incondicional de su madre, Celestina Lima, originaria de Sao Tomé, y segunda esposa del dictador.

La decisión de Obiang Nguema de designar a su hijo Teodorín como su sucesor fue, indudablemente, precipitada, pues el designado no ha mostrado las más mínimas cualidades de estadista, razón por la que el padre se ha visto obligado –muy a su pesar- a tomar las riendas del poder.

En ciernes, en lontananza, aparece la convocatoria de elecciones presidenciales y a la Cámara de Representantes del Pueblo. La perspectiva de cambio es incierta y Obiang y su PDGE se dedican a visitar distrito a distrito con el objetivo de tener la “maquinaria” política preparada y engrasada.

La oposición guineana no ha sido capaz, por unas u otras razones, de crear un frente común, ni de presentar un mínimo programa unitario. Y cuando lo ha hecho -la POC años atrás-, fuerzas externas se han encargado de acabar con esa ilusión.

En la actualidad, las distintas opciones políticas se debaten en la búsqueda de apoyos internacionales e, incluso, dentro del país. No son pocos los que miran de reojo a ver qué hace el poderoso ministro de Hidrocarburos y Petróleo, Gabriel Mbaga Obiang Lima, que lo sabe y se deja querer. A él le interesa mantener esa tensión sobre el “que está haciendo” que, asimismo, preocupa a su hermano Teodorín.

Que nadie piense que Lima está quieto, ni mucho menos. Su hermano Nguema Obiang le  culpa de los precios de los combustibles y de la carencia de éstos, además de otros bulos, pero él no responde. Es como el río Guadiana. Con seguridad nos va a dar muchas sorpresas.

Los hay que tratan de seguir los pasos de Juan Carlos Ondo Angue, exmagistrado del Tribunal Constitucional y expresidente de la Corte Suprema de Justicia de Guinea Ecuatorial, e hijo de la exembajadora de Guinea Ecuatorial en España, Purificación Angue Ondo. Trasiego que hace Ondo Angue en solitario y sin dar cuenta a sus compañeros. Yo me lo guiso y yo me lo como.

La opción política que parecía estar en auge es el MLGEIIIR (Movimiento para la Liberación de Guinea Ecuatorial III República), pero todo apunta a que se ha desvanecido de forma inexplicable. Quizás, una de las razones es que un sector de la militancia se vuelca, con más o menos éxito, en la liberación de los cuatro secuestrados en Sudán del Sur el 15 de noviembre de 2019 por orden del dictador guineano.

¿Cuáles son las causas de ese posible “desvanecimiento”? Creemos que son varias, no obstante, consideramos que ahora no es el momento de hacer un análisis pormenorizado sobre ello ni mencionar a las personas que han provocado esa situación, tiempo habrá para ello.

La fractura del Partido del Progreso  –eso al menos es la sensación que provoca- es evidente, a pesar de los esfuerzos que se hace desde uno y otro lado por aparentar que solo hay un PP. Lamentable, como también hemos comentado en más de una ocasión.

La presión persiste
Francia está sumamente interesada en que Guinea Ecuatorial entre de hoz y coz en su órbita  francófona, y busca con cierta ansiedad un líder y unas siglas –aunque esto último le importa menos-, pero la operación no termina de cuajar, salvo imprevistos. El Elíseo está sumamente interesado en ello, sobre todo después del encontronazo que ha tenido con el proyecto de fabricación de submarinos para la Marina australiana. Su enfrentamiento con Estados Unidos, Reino Unido y Australia no es solo aparente. Macron es mucho Macron.

Todos, Obiang, familia  y su cohorte, oposición auténtica, oposición ficticia, arribistas y cantamañanas, buscan posicionarse y en esa espera no se atreven a opinar o seguir manteniendo su discurso habitual. Ahora son otros tiempos.

El régimen guineano aprovecha el desconcierto existente para sacar partido de todo. Y así, la primera dama “negocia con Madrid para evitar la extradición de su hermano Cándido Nsue Okomo”, según informa el digital  África Inteligente.

La misma fuente comenta que “Constancia Mangue Nsue Obiang ha instado al canciller de Guinea Ecuatorial a tomar medidas para evitar la extradición de Cándido Nsue Okomo, exjefe de GEPetrol y principal imputado en España en el llamado asunto Villarejo”.

No parece que le preocupe mucho al hermano de la primera dama su situación judicial. El  mismo medio informa que Cándido Nsue Okomo pasa el “tiempo entre Malabo y estancias de relax en el exterior, sobre todo en Cabo Verde”.

Es también África Internacional quien afirma que Nsue Okomohabía transferido varios millones de euros al policía (Villarejo) para que descubriera pruebas de la adquisición de bienes inmuebles en España por parte del ministro de Petróleo, Gabriel Obiang Mbaga Lima. El objetivo era demostrar el enriquecimiento indebido con fondos del Estado para apartarlo de la carrera para suceder al patriarca y presidente Teodoro Obiang Nguema. El objetivo de la maniobra era despejar el camino al vicepresidente Teodorín Obiang Nguema, el mayor y el hijo predilecto de Constancia Mangue Nsue Obiang”.

Sin embargo, la posición del ministro Esono Angue sigue siendo muy frágil, habida cuenta de las pocas bazas que tiene en la manga. Podría proponer que Cándido declare sus bienes en España antes de devolverlos al Estado a cambio de una amnistía. Hasta ahora, el hermano de la primera dama no ha querido arrojar luz sobre el alcance de sus propiedades. La confianza entre España y Guinea Ecuatorial ya ha salido muy escaldada después de que Madrid aceptara levantar la petición de extradición realizada en diciembre de 2020 al gobierno emiratí a través de Interpol (…) A cambio de este gesto de buena voluntad, Cándido Nsue Okomo había aceptado comparecer voluntariamente ante un juez español el 9 de marzo de 2021 –algo inexplicable para nosotros-. Sin embargo, finalmente no salió de Dubai para comparecer ante el juez, por temor a ser detenido a su llegada al aeropuerto”, afirma en otro párrafo el medio aludido.

Un asunto chungo en el que parece que muchos poderosos, de España y Guinea Ecuatorial, tienen las manos metidas.

Cándido Nsue Okomo alias Tahata

No hay duda que la imagen del gobierno guineano, vamos de Obiang Nguema, y del sucesor propuesto (Teodorín), no son lo más aceptables en las instituciones internacionales. Prueba de ello es que la ayuda de emergencia que el Fondo Monetario Internacional (FMI) concedió a Guinea Ecuatorial, por valor de 67,3 millones de dólares, se ha depositado en el Banco Central de los Estados Africanos (BCEA) para “evitar la corrupción”, dato que ha facilitado la Agencia Lusa de Noticias.

Ese fondo va destinado –según el FMI- a  paliar las “consecuencias de las tres explosiones de marzo en Bata y al impacto de la pandemia de covid-19”.

A nosotros nos da la impresión de que el FMI no se ha debido molestar mucho en analizar las “cuentas” de la Hacienda Pública de Guinea Ecuatorial, pues ¿cómo es posible que el tercer productor de petróleo de África, y el PIB más alto, con una población de algo más de un millón de personas, no tenga la capacidad de atender las calamidades provocadas por las explosiones del 7-M en el Cuartel de Nkoantoma y la tragedia de la pandemia causada por la COVID-19? ¿Dónde están los cuantiosos ingresos generados por la explotación de los hidrocarburos y el gas?

Nos parece un insulto a la inteligencia que el FMI no actúe en consecuencia con los datos que obran en su poder.