España
A. D. (13/7/2018)
No hay mejor carrera que la de político  o sindicalista profesional. Eso sí, hay que cumplir unos requisitos mínimos y “colocarse” en una empresa (sindicato o partido) cuyo principal objetivo sea, bajo engaños y mentiras, vender un producto ilusionante. Los que son capaces de participar en ese proyecto, tienen su futuro asegurado. Tan asegurado que hagan lo que hagan –si siguen siendo elegidos por la entidad en la que trabajan- tienen asegurada la impunidad, algo muy importante a tener en cuenta.

Buen sueldo, dietas, jubilación pública y privada, prebendas de todo tipo y color, son algunos de los beneficios que otorga tal dedicación. Pero no se alarmen ustedes, que no generalizo. Hay excepciones, pero créanme, no muchas.

España es un país que ofrece variados puestos de trabajo de este género. Lo peor, para los que opten a ellos, es que ahora hay mucha competencia. Y no se fíen de las promesas que les hagan los que han alcanzo las nuevas ofertas de trabajo. No tardando mucho se darán cuenta de que esa especie es muy similar, aunque el traje y el anagrama que portan sean aparentemente diferentes.

Con las nuevas informaciones que nos llegan sobre el rey emérito, Juan Carlos I, referidas a corrupciones y más corrupciones, se me despertó el interés por conocer algo más de todo esto. Y mira por donde, me encontré con una joya referida a los sindicatos. La publicó La Otra Utrera. Pues ahí va:

“La  polémica vuelve a estar servida con los sindicatos de por medio, en esta Andalucía, donde los EREs fraudulentos y las pillerías económicas que de ellas tenían los sindicatos vuelven a la memoria, como en gratas mariscadas y sindicalistas encarcelados. Esto ocurrió en la elección de la Secretaria General para Andalucía de CCOO, Nuria López.

Los medios masivos se hacen eco de un cierre final de una de las jornadas (según informan las fuentes sindicales de 12 horas), en las que el sr. Humberto Muñoz, presidente de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios del sindicato en Andalucía y del congreso, alegando que en un obsequio que se había entregado iba un vale para copas gratis la noche del viernes y el sábado.

El vídeo, así como la noticia, que ya es viral, tiene una respuesta por parte del propio local de copas en el que se ofrecía la “susodicha barra libre”.

El pasado hace estar atento al presente, el presente intenta emular al pasado glorioso, aquel en el que empresarios y sindicatos iban de la mano. Cuando hablamos de sindicatos hablamos de su cúspide, de aquellos que desde arriba mandan a los de abajo, a los que representan en cada empresa, como toda sociedad, abierta o secreta, creando unas reglas, unos límites, unas barreras infranqueables y de paso un desconocimiento de que se vive en la parte superior de las mismas.

El ejemplo abierto e indiscreto de arriba cala en las bases, que de paso pueden verlo hasta lógico. Entre verdades, mentiras o medias verdades y mentiras, algo es claro, para que todos “mantengan la imagen” hay que desmentir o ¿no?