espacioseuropeos.com (12/9/2008)
El Presidente Evo Morales declaró al Embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, «persona non grata», tras la acusación de instigar las violentas protestas que, contra su Gobierno, se han producido en varias regiones del país, especialmente las  controladas por la oposición.

Según medios oficiales bolivianos, el presidente Morales encomendó a su Canciller, David Choquehuanca, que pidiese formalmente al diplomático estadounidense que retorne a Estados Unidos lo más «urgentemente» posible.

La respuesta de Estados Unidos fue inmediata, ya que el Secretario de Estado adjunto para Latinoamérica consideró «lamentable» la expulsión del embajador. Los dirigentes de Poder Democrático y Social (Podemos), coalición conservadora, han acusado al gobierno de Bolivia de decidir la expulsión del embajador estadounidense con la finalidad de «distraer la atención» de los problemas que asolan al país.

Estados Unidos decidió el mismo jueves expulsar a Gustavo Guzmán, Embajador de Bolivia en Washington,

Por su parte, Hugo Chávez, no ha dudado en respaldar los argumentos de Morales para expulsar al embajador de EE. UU. Para Chavez,  el «imperio agresor y genocida» arreció su conspiración contra Bolivia con «el mismo molde» que usó contra su Gobierno en 2002, cuando fue derrocado durante dos días. El mandatario venezolano siempre ha acusado a España de haber apoyado ese intento golpista, en concreto a José María Aznar.

Los actos violentos han ido en aumento, causando hasta ahora cuatro muertos y una veintena de heridos de diversa consideración. Ante esta situación, el mandatario boliviano advirtió el jueves que «la paciencia tiene un límite», al referirse a la violencia desencadenada en el país, presuntamente, a cargo de grupos opositores a su gobierno.

«Vamos a tener paciencia, prudencia, como siempre tratar de evitar la confrontación, vamos a aguantar, pero la paciencia tiene un límite, de verdad», sentenció Morales en el transcurso de un acto público en La Paz. Morales incidió en que «es obligación del Gobierno defender la democracia y la unidad del país».

Una vez más, Evo Morales acusó a los prefectos y líderes opositores de las cinco regiones de la «media luna» de impulsar un «golpe de Estado cívico-prefectural» desde sus respectivos departamentos. Estas declaraciones las hizo el presidente boliviano ayer jueves, en una de las jornadas más violentas que han tenido lugar en Bolivia.

Entre los años 1994 y 1996, el embajador Philip Goldberg, desempeñó labores como responsable del Departamento de Estado para Bosnia durante la guerra separatista de los Balcanes, y más tarde -entre 2004 y 2006- fue jefe de misión en Pristina, Kosovo, y «allí consolidó la separación o independencia de esa región dejando miles de muertos», informó el presidente boliviano.