España
espacioseuropeos (17/7/2014)
La mayoría de los medios de comunicación se hacen eco hoy de unas declaraciones del alcalde de Vitoria, Javier Maroto, que de nuevo ha sido crítico con los colectivos de inmigrantes marroquíes y argelinos: “Algunas nacionalidades en nuestra ciudad viven principalmente de las ayudas sociales y no tienen ningún interés en trabajar o integrarse”, ha dicho el dirigente popular.
Maroto considera “escandaloso” el caso de estos colectivos magrebíes que están instalados en el País Vasco en número de unos 6.000, que representa el 2,47% de la población de la capital alavesa.
No es la primera vez que este alcalde ha acusado a estos colectivos de acogerse a los subsidios sociales y no buscar trabajo. En una ocasión, hace dos años, mostró su crítica cuando se conoció el caso de una mujer musulmana que se zambulló en una piscina municipal vestida: “Lo digo lo que se dice y se piensa en la calle; hay que ser claro y no políticamente correcto”, afirmó entonces en la Cadena Ser.
Referente a las ayudas sociales, el alcalde vitoriano afirma, que “Personas que han nacido, han trabajado y que ahora se ven en una situación difícil. Eso no tienen nada que ver con otros que vienen porque les han dicho que se puede vivir aquí con las ayudas sociales”.
El ayuntamiento ha tomado algunas medidas para tratar de controlar esa supuesta actitud de esos colectivos, y así ha cambiado el sistema de ayudas sociales. Antes las ayudas alimentarias o para la compra de productos higiénicos se hacia a través de cheques, pero ahora esas mismas cantidades se ingresan en una tarjeta municipal con la que los perceptores de esas subvenciones puedan comprar en supermercados u otros centros.
Ante las críticas de colectivos musulmanes y de SOS Racismo, el alcalde se defiende diciendo que de esta forma se controlará que el dinero que antes recibían esos colectivos llegue a su país de origen y después vayan a los bancos de alimentos a pedir productos, lo que considera “una tomadura de pelo”.
En su defensa citó el caso de Redouan Bensbih (‘el de Tánger’), un yihadista que, de acuerdo con la información que facilitó el día 6 de este mes diario ‘El Corroe’, murió en Siria en marzo de este año, pero estaba cobrando el subsidio de Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que otorga el gobierno vasco. La misma fuente añade que ese subsidio llegaba a su cuenta bancaria incluso después de muerto.
Las declaraciones del alcalde de Vitoria y las acusaciones de SOS Racismo han provocado, como es habitual en este tipo de polémicas, divisiones de opiniones. Nosotros consideramos que una buena dosis de transparencia por parte del gobierno central evitaría estos enfrentamientos. Por ejemplo, ¿es tan difícil que se hagan públicos los datos a los que alude el alcalde Javier Maroto? ¿cuántos marroquíes y argelinos perciben ese tipo de subvenciones? ¿qué número de ayudas sociales son percibidas por personas que no residen en España?
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