Corte Penal InternacionalPalestina
espacioseuropeos (3/4/2015)
A pesar de las presiones de todo tipo que Israel y Estados Unidos han ejercido, Palestina es oficialmente miembro Observador, no de pleno derecho, de la Corte Penal Internacional. A pesar de todo, significa un éxito para el pueblo palestino.

Desde el pasado 1 de abril, Palestina forma parte de la CPI, posición que le va a ayudar enormemente para que se investigue el genocidio de su pueblo, las constantes agresiones de Israel, el asunto de los asentamientos y otros tipos de violaciones cometidas por el Ejército judío.

Estados Unidos considera que la presencia de la Autoridad Palestina en el CPI es un obstáculo para lograr un acuerdo de paz en la zona. Opinión manifiestamente falsa, ya que hasta ahora Israel, con la ayuda de EEUU no ha hecho más que ocupar ilegalmente territorios palestinos a base de “asentar” a colonos, la mayoría de ellos llegados del Este de Europa e Iberoamérica.

La Autoridad Palestina se integró a la CPI este año después que EEUU e Israel tuvieran éxito en su presión contra una medida del Consejo de Seguridad de la ONU por la que se ponía término a la ocupación israelí y a la creación de un Estado Palestino en el año 2017.

Saeb Erekat, diplomático palestino y representante en la CPI ya ha iniciado gestiones para que se inicie una investigación preliminar sobre posibles crímenes de guerra cometidos por Israel en los Territorios Ocupados: “La Corte ya ha iniciado un estudio preliminar y esperamos que os que intentan presionar a Palestina para que no se presente ante la Corte, sepan que somos las víctimas; deberían dirigirse en cambio a los criminales y pedirles que dejen de cometer crímenes. Las actividades vinculadas a los asentamientos, dictámenes, demolición de viviendas, la continuación de la ocupación, son todos crímenes de guerra e Israel debe rendir cuentas”.

Israel ha estado reteniendo cientos de millones de dólares que iban con destino a Palestina, procedentes de la recaudación de impuestos palestinos, destinados a  pagar salarios  y  prestación de servicios públicos.  No obstante, el gobierno de

Benjamín Netanyahu se vio obligado a liberar esos fondos, tratando de suavizar las tensiones con Estados Unidos y, de paso, evitar el colapso económico de la Autoridad Palestina.

Sin duda, empieza una nueva etapa en el conflicto Israel-Palestina, en la que el pueblo palestino comienza a despertar más simpatías de las que hasta ahora cosechaba. Las palabras de Khaled Meshaal, líder de Hamas, han venido a aclarar un poco más la posición de este grupo. En una entrevista para la BBC, Meshaal dijo que a Netanyahu le “gusta derramar sangre e instó a la comunidad internacional a terminar con lo que denominó el extremismo israelí». Asimismo, rechazó las acusaciones del gobierno israelí acerca de que no existen diferencias entre Hamas y grupos radicales como el autodenominado Estado Islámico o Al Qaeda. Para el dirigente de Hamas los asesinaros de la yijad islámica son contrarios a las enseñanzas del Corán.