Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII)
Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII)

España
espacioseuropeos (20/11/2016)
El Consejo de Ministros celebrado el pasado día 18 de noviembre, aprobó remitir a las Cortes Generales los Estatutos del Banco Asiático para Inversión en Infraestructuras, y su ratificación, a la vez que se pedía su tramitación por el procedimiento de urgencia.

El Banco Asiático para la Inversión en Infraestructuras –afirma en su referencia el Consejo de Ministros- “pretende ayudar a cubrir las importantes necesidades de financiación de infraestructuras de los países asiáticos haciendo hincapié en las interconexiones, al considerar que los recursos disponibles en otros organismos son insuficientes”.

El 29 de junio de 2015, España firmó los Estatutos de este Banco, pasando así a ser uno de los veinte países potencialmente fundadores, aunque no regionales. A ese número de socios hay que añadir los 37 países potencialmente fundadores regionales, como son Oceanía y Asia, incluyendo a Rusia.

Después de la ratificación de los Estatutos, España pasará a “ser un país fundador del Banco y se situaría en una buena posición para participar en sus órganos de gobierno e influir en sus decisiones desde su origen”, afirma la referencia de la Presidencia del Gobierno de España.

Si se quiere que España sea miembro fundador de ese banco, antes del 31 de diciembre de este año hay que ratificar sus estatutos.

España ha mostrado desde los primeros pasos de ese banco, un interés que responde a la necesidad de que nuestro país esté representado en las instituciones financieras multilaterales de relevancia.

El interés del gobierno español es que las numerosas empresas constructoras españolas que concursan en licitaciones de infraestructuras en la región asiática son muy competitivas y valoradas, y pueden estar interesadas por la actividad de este banco.

De acuerdo con la misma fuente, España suscribirá 1.761,5 millones de dólares, desembolsando el 20% en un periodo de cuatro años, lo que totaliza 352,3 millones de dólares.

En julio de 2014, comentamos que China había puesto en marcha un ambicioso proyecto para competir con el Banco Mundial (BM) y el Banco Asiático de Desarrollo (BASD), pues según Pekín esas dos entidades están al servicio de Estados Unidos o “muy influidas” por sus aliados.