Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se dunden en un abrazo.

España
Rafa Díaz (15/11/2019)
Son 6.752.804 las razones por las que Pedro Sánchez puede hacer lo que pretende hacer. Y cada razón es un responsable real de lo que va a pasar, que aunque querría equivocarme, creo que va a ser malo.  Malísimo.

Y digo pretendo porque la única seguridad con él es que nada es seguro. Donde hoy dice blanco, mañana es negro. Y ¡ay! de quien le contradiga. Se ha cagado. Ya saldrá Carmen Calvo diciendo que eso es que los jueves es lo que toca, pero los martes al contrario, y Ávalos diciendo que lo importante de verdad era que la suma de votos fuera divisible entre dos sin decimales.

Las sonrisas de oreja a oreja del abrazo de los dos impresentables eran claras. Ni programa, ni responsabilidad, ni concienzuda pelea, ni pollas en vinagre. Hay que mandar, aunque no se sepa qué. Pero MANDAR.

«Cari, que sí, que hemos firmado» Los dos pusieron el mismo whatsapp a sus contrarias. Al lorito con las consortes. Protagonizarán guiones del Berlanga más desvariado.

A la política hay que llegar con vocación de Servicio. No de SERVIRSE y es lo que han hecho. Sin pudor. Sin palabra mantenida con un mínimo de honor. Sin un atisbo de que la coherencia tenga el más mínimo hueco. Sin sentido de Estado. Solo de servirse.

Una vez más, el Falcon y el Señorito Marqués de Galapagar han demostrado lo que son. Trileros.

Y por último es mentira que el enemigo de mi enemigo sea mi amigo. Ni son amigos ni lo serán. La faca preparada detrás de la espalda. Qué pena de PSOE (mejor dicho, de sus votantes) y de UP, que de 5 millones de votos que tenía, está en tres. Sí, tristemente nos representan. Son fiel reflejo de lo que es España a día de hoy.