Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska con el rey Mohamed VI en noviembre de 2017. (Foto archivo)

Sáhara Occidental
Enrique Gómez
(28/2/2020)
Que los políticos cuando llegan al gobierno se olvidan de lo que dijeron en campaña, es obvio.

Que los políticos de todos los partidos hacen lo contrario en el gobierno que cuando estaban en la oposición, también es claro.

Que con tal de justificar el mantenerse en el Gobierno aunque forme parte de una coalición, tragan con ruedas de molino y “donde dije digo, digo Diego”, también lo hemos vivido recientemente en el primer gobierno de coalición español.

Y sin embargo, en materia saharaui se nos debería abrir un camino a la esperanza.

Hay un gobierno de coalición donde el partido principal el PSOE, con líderes destacadamente pro-marroquíes (González, Zapatero, Borrell, etc.) en su “propuesta abierta de programa común progresista” en su punto número 347 PROPUESTA ABIERTA-PARA UN PROGRAMA COMN PROGRESISTA  proponía: apoyar “los procesos negociadores, tanto en Naciones Unidas como en otros ámbitos, sobre el Sáhara Occidental, basados en el absoluto respeto a las obligaciones del derecho internacional y apoyaremos que la MINURSO amplíe su mandato a la vigilancia de derechos humanos.

Por otro lado, en el gobierno de coalición está otro partido, PODEMOS, cuya apuesta por el Sáhara y los derechos del pueblo saharaui sin duda son más contundentes y próximos a la legalidad internacional que los del PSOE. Así, en su programa electoral  dice en el punto 118 para el Sáhara Occidental: “Para ello, apoyaremos con acciones concretas el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, mediante la implementación de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre recursos naturales, las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para una solución justa y pacífica mediante referéndum y los procesos de negociación en marcha. Estableceremos relaciones diplomáticas de alto nivel con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y promoveremos la ampliación del mandato de la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) para que adquiera competencias en la protección y promoción de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población saharaui. Aumentaremos las partidas de ayuda humanitaria para los campamentos saharauis; de este modo, el Sáhara Occidental volverá a ser una zona prioritaria para la cooperación española. Apoyaremos programas de formación y movilidad de la población saharaui y cumpliremos lo ya aprobado por el Parlamento: el acceso a la nacionalidad española de las personas saharauis residentes en nuestro país, con los mismos derechos que otros países con los que mantenemos relaciones históricas

El programa de este partido que forma parte de la coalición junto al PSOE y que concurrió a las elecciones de 2019 con la fórmula de Unidas Podemos, es ambicioso.

No hace mucho me decía el presidente de la CEAS-Sahara, y creo que no le faltaba razón, que no esperemos que PODEMOS por ejemplo, dejara de apoyar unos presupuestos porque el Gobierno no fuera muy ambicioso en materia del Sáhara.

¡Es la realpolitik, amigos!, pensé yo.

Lo que sí es claro es que si cogemos lo que ambos partidos tienen en común, no les costaría mucho, en principio, ponerse a trabajar desde ya y sin excusas en lo que les une.

Proponer y exigir por ejemplo mantener relaciones diplomáticas con la RASD en esta etapa de nuevo gobierno, sin embargo se me antoja como mínimo ilusorio y con pocas posibilidades de salir adelante.

Habrá quien piense que soy poco ambicioso y lo que creo que soy es realista. ¡Qué más quisiera yo que mi país reconociera a la RASD!

Sin embargo, como decía, si nos centramos en lo que une a PSOE y a PODEMOS en materia del Sáhara Occidental, nos permitirá exigir y medir el grado de compromiso de ambos partidos con sus promesas electorales.

Lo que parece ser que les une, por lo menos en el papel, es que ambos están de acuerdo en que la MINURSO monitoree los derechos humanos en el Sáhara Occidental.

¿Por qué no empezamos por aquí en esta legislatura que acaba de comenzar? ¿Por qué no hacemos acción de lobby con ambos partidos y sus grupos parlamentarios? ¿Por qué no conseguimos siquiera alguna declaración política en ese sentido?

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se funden en un abrazo.

Los amigos del pueblo saharaui sin duda les ayudaríamos y ya va siendo hora de que la sociedad civil, en materia del Sáhara, apoye al gobierno porque éste haga bien las cosas.

Sin duda los objetivos también en política, deben ser medibles, cumplibles y logrables y necesitamos tenerlos claros para luego pasada la legislatura poder medir y comprobar si este gobierno lo ha hecho bien, regular o tan mal como los anteriores.

Por lo tanto, lanzo ya una propuesta de acción concreta, ambiciosa y realizable. Trabajar junto al gobierno para que lidere en los foros internacionales que la  MINURSO monitoree los derechos humanos en el Sáhara Occidental.

Los últimos acontecimientos de nuestra ministra de Asuntos Exteriores tras la llamada a la atención de su homólogo marroquí y la respuesta del secretario General de Podemos no llaman al optimismo, pero debemos intentarlo.

Cuando lo consigamos, a por otro punto, pero concretemos acciones y vayamos de una en una.

¿Nos apoyará el gobierno? Intentémoslo.

N. de la R:
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