Teodoro Obiang Nguema.

Guinea Ecuatorial
Pedro Efa (2/1/2021)
Durante más de cuarenta años, el dictador Teodoro Obiang Nguema Mbasogo se empeñó en crear un imperio de terror en Guinea Ecuatorial, un auténtico infierno.

Para implantar su régimen de extrema crueldad, sometió al pueblo a la extrema miseria de difícil salida, eliminó todos los valores, ilusiones y esperanzas de ver el pleno desarrollo y el progreso integral de Guinea Ecuatorial.

Una vez que consiguió imponer su criterio criminal al pueblo, se dispuso con su familia y amiguetes a robar el dinero y los recursos naturales de guinea ecuatorial prácticamente a placer y sin oposición alguna. Con ello, entre él, su familia y sus amigos se han convertido en los más ricos y más criminales de Guinea Ecuatorial.

Pero después de mucho tiempo robando y matando a placer, ese grupito de criminales se encuentran con muchos problemas. Primero, el pueblo de Guinea Ecuatorial intimidado, empobrecido y coaccionado, se despierta, comienza a hablar, y lo primero que le ha dicho  al dictador y a los suyos es que “hasta aquí hemos llegado”.

El segundo problema que tienen es el rigor del tiempo, en otras palabras, el irremediable avance de la edad del dictador.

Si cuando aún era joven, llegó a la presidencia de Guinea Ecuatorial (mediante un cruento golpe de Estado) y ha demostrado una incapacidad total para gobernar un pequeño país con pocos habitantes, de ahí la imposición de una dictadura criminal, ahora con más de ochenta años en sus espaldas, lo de gobernar ya le es simplemente imposible.

El tercer problema es la falta de un heredero capacitado y aceptado por la familia y los amiguetes nacionales e internacionales,  que quieren proteger todo lo robado hasta ahora, y seguir robando impunemente.

Después de idas y venidas del infierno, y tras comprobar la incapacidad manifiesta y palmaria de su aparente sucesor, sus familiares y amiguetes no le dejan ni vivir ni morir. Le necesitan.

Todo parece  indicar que ese grupo de familiares y amiguetes le han dicho al dictador que de morirse nada, que le necesitan, que tiene que volver a presidir la dictadura para protegerles. Por eso le vemos nuevamente, y tambaleando, al frente de una dictadura en caída libre.

Y como asesino nato que es, sigue teniendo a Guinea Ecuatorial como rehén para defender a los suyos.

Y lo que son las cosas, en su historial como militar, no consta que haya hecho muchas guardias. Pero ahora los suyos le obligan a estar de guardia las 24 horas, y  sin derecho a morirse.

Y así empieza el año 2021. Veremos como acaba.