Epístola en la que se narra de la canongía del marido de Yoli y queja al director

Sin Acritud…
Alejandra Durrell (14/6/2023)
Pues sí, Eugenio, me he quejado,  ¿cómo no me voy a quejar? Te dije hace poco que me tienes esto hecho un campo de nabos. Presentas a tus nuevos colaboradores y te olvidas de mí. Por cierto, podías buscar unos articulistas más guapos, que a mí, mi amiga la Sandri, esa que es tan puta, me da mucha envidia. El día que tengas escribanos más resultones, igual hasta enseño la cara a ver si me dan una alegría. Pero qué tres: uno con las gafas fuera de su sitio, otro retratado con negros, que parece santa Teresa de Calcula, y otro con boina y cara de irte a pegar. ¡Qué tres vacunas contra la lujuria!

Pero es que eres tremendo, Pordo, que yo sé que escribo poco pero aquí nunca dejo de leer las cosas que publicáis aquí: que si Guinea Ecuatorial, que si el Sáhara, que si este politicucho anda haciendo negocios turbios con aquel otro…

Pero hombre, compararme con Garganta Profunda ya me parece un exceso. En primer lugar, William Mark Felt, con aquella ronquera suya tan célebre, debía de ser fumador de Ducados y las señoritas de bien, incluso las que andamos con el elástico del slip algo suelto, somos más de rubio, tipo More y así.

En segundo lugar, recordemos que el tipo aquel del Washington Post le puso lo de la garganta a su confidente por lo famosa que era en la época la peli aquella tan cochina y tan cutre en la que una ciudadana presentaba una curiosa disfunción anatómica y hacía las cosas como las hacía en lugar de hacerlas como todo el mundo. Tú me entiendes, ¿verdad?

Y no me malinterpretes, que yo no tengo nada en contra de hacer aquello que hacían en Garganta Profunda pero me toca mucho la chirla que la actriz, Linda Boreman, más conocida como Linda Lovelace, luego se hiciera feminista del PSOE, o como se llamen las femilocas en EEUU, y defendiera prohibir la pornografía. Ah, no, no, yo no soy de esas. Además, mira cómo te lo digo, las feministas estas como las del PSOE o la tal Linda que defienden las mismas cosas que el cardenal Primado de Toledo, por poner un ejemplo, me caen fatal.

Pero te quería yo contar otra cosa. Mira, es que estoy harta de leer chorradas a cuenta de la chica de moda. Sí, ya sabes quién te digo, esta gallega que enseña tanto los dientes para sonreír cuando no le gusta una pregunta y se niega a responderla.

El caso es que, Tana, otra amiga, de esas con las que quedo los jueves para jugar al bridge y ponernos como las Grecas, frecuenta una pelu que está por Ascao. Mira que le tenemos dicho a Tana las colegas que si no se podía buscar estilista en un barrio más glamuroso pero… Entre nosotros, yo creo que tiene un amante en el vecindario.

El caso es que la Yeni, la que le hace a Tana las mechas californianas y yo creo que hasta la ingle brasileña, le había echado el ojo a uno del barrio. “Menudo hombretón”, decía. La Yeni, por lo visto, podía haber sido compañera de correrías de Mark Felt.

Siempre ojo avizor, hizo por enterarse de dónde vive el galán, si está disponible… No sé, estas cosas, ¿no? ¡Y se lo ha encontrado en una foto en el periódico! Está la pobre que no sabe cómo tomárselo. Nos cuenta Tana que la Yeni es muy suya, no desiste y ayer, que era el día, hasta se fue a San Antonio de la Florida a echar unos alfileres a ver si el hombretón la mira.

Como Tana es una loca y algo se le ha pegado de la Sandri, miró el periódico que le decía la Yeni a ver si el hombretón lo había visto en la sección de Sucesos, no sé, detenido o algo, que le había dado morbo el tema de la delincuencia y… ¡pero no!

¡Qué es el marido de la Yoli!

Sí, hombre, de Yolanda Díaz, esta gallega que enseña tanto los dientes para sonreír cuando no le gusta una pregunta y se niega a responderla.

Tana flipó, claro y se hizo la cotilla en el bar que tiene enfrente de la pelu. Pues resulta que el tipo se llama José Andrés Meizoso, es el marido de la candidata, padre de su hija, es delineante y ¡trabaja en Podemos! Pero vamos a ver, ¿cómo que trabaja en Podemos? Pero, ¿estos no estaban peleados?

Pues es que resulta que cuando tu vecino, el de Galapagar, pidió a la Yoli que se viniera a ser, primero ministra de Trabajo y luego vicepresidenta, esta le dijo: “Pabliño, que yo voy donde me digas, pero tengo en Galiza a Carmeliña, que aún es muy rapaza, y a Andresiño, que lo tengo en el paro obrero pero no sabes qué tortillas de patata me hace”. Y por lo visto, tu vecino, que le hizo varios hijos a la Irene esta que ahora la Yoli no la puede ni ver, le dijo a la Yoli: “no te preocupes, que hablo yo con administración y te lo enchufamos en el partido”. ¡Y hasta hoy!

Y me dice Tana, Eugenio, que si con la que está cayendo y la que ha liado a Podemos la ministra, le tienen en nómina al delineante tortillero y “el susodicho, que es un hombretón, tiene el cuajo de ir ahí a trabajar todos los días, que seguro que le ponen a la costilla a caer de un burro, no estará la cosa tan clara como para que yo se le pueda arrancar un revolcón, ¿no?”.

No sé si Tana o la Yeni o ambas se llevarán al tálamo o no a Andrés Meizoso pero de esto de la política cada vez entiendo menos.

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Alejandra Durrell, José Andrés Meizoso, Podemos, PSOE, Yolanda Díaz