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Sáhara Occidental
Javier Perote (10/1/2014)
Ante la elaboración de listas en UPyD para las próximas elecciones europeas, y teniendo en cuenta que el señor Sosa Wagner posiblemente sea de nuevo candidato al Parlamento Europeo, he pensado que sería oportuno recordar cuál ha sido el extraño proceder de este señor en relación al acuerdo de pesca recientemente firmado entre la Unión Europea y Marruecos.

Al entrar en la página de Internet de UPyD, en el apartado ´Parlamento Europeo´, se puede ver un escrito en que se analiza el nuevo acuerdo y el voto de Sosa Wagner. El escrito se refiere a los cambios y mejoras introducidos en el texto del anterior tratado que no se renovó por oposición del Parlamento.

Tres fueron los aspectos motivo del rechazo:
1º. bajo rendimiento económico;
2º. daño medioambiental y aguas sobreexplotadas;
3º. incumplimiento de la legalidad internacional respecto al Sáhara Occidental.

El autor del escrito, que se mantiene bastante objetivo, no emite juicio alguno al hacer el análisis de las variantes introducidas respecto de los dos primeros apartados, pero en el tercero llega a la conclusión de que no aporta ninguna mejora en relación al Sáhara Occidental; cosa que es cierta. Quizás su afán de objetividad le ha impedido percibir cierto aire triunfalista con que el escrito original anuncia la vuelta al caladero marroquí de 126 barcos y 1.500 tripulantes, como queriendo mostrar lo beneficioso del Acuerdo.

Lo especificado en el párrafo referido a la sobreexplotación y las medidas propuestas para su control, incluido el “comité científico”, ad hoc, no se lo cree ni la señora Fraga que ha sido quién se lo ha inventado.

El nuevo acuerdo no excluye explícitamente las aguas del Sáhara Occidental, por lo que con la experiencia que se tiene de otros acuerdos se puede dar por cierto que los barcos pescarán en las aguas saharianas. Además, las declaraciones al respecto del ministro marroquí, Ajanuch, firmante del acuerdo, no dejan lugar a dudas: se trata, ha dicho, “de un acuerdo aplicable a toda la costa marroquí, desde Tánger hasta Lagüera»; es decir: el señor Ajanuch da por hecho que la costa desde Tánger hasta La Güera es Marroquí y que los mil kilómetros de costa sahariana quedan incluidos en el acuerdo de pesca.

Estas declaraciones del ministro marroquí son muy graves y oficialmente no las ha desmentido nadie de la UE, por lo que no se entiende bien que en estas condiciones el Parlamento Europeo haya firmado dicho acuerdo. No se entiende bien, digo, a no ser que el Parlamento Europeo acepte que la costa entre Tanger y La Güera es marroquí.

Ante unas declaraciones tan contundentes no se puede dar la callada por respuesta ni desvalorizar su gravedad, que es mucha, con la disculpa de que son declaraciones hechas para consumo interno de Marruecos.

En el penúltimo párrafo del escrito que nos ocupa, el autor parece querer disculpar la actitud de UPyD; así dice: “la adhesión de UPyD en el Parlamento Europeo a la causa saharaui es inequívoca y está fuera de toda duda”. En cuanto al señor Sosa Wagner parce querer echarle un cable y para ello nos recuerda una serie de hechos en los cuales ha utilizado su escaño a favor del pueblo saharaui. Entre otros, que en su momento promovió la candidatura de Aminetu al premio Sajarov… Pero hasta ahora nadie había dudado de que las cosas fueran así, por eso estas aclaraciones suenan a excutatio non petita.

La explicación que dio el señor Sosa al emitir el voto en el PE fue la siguiente: “Valoro los esfuerzos realizados por la Comisión Europea para mejorar el acuerdo. Apoyo la reducción del coste financiero de conformidad con los criterios de la PPC, la posible mejora de la rentabilidad para la flota española y las medidas para adecuar las capacidades de pesca a los excedentes, garantizando la gestión sostenible. Me abstengo por que la cuestión del Sáhara Occidental sigue sin resolverse: el acuerdo no excluye explícitamente sus aguas territoriales ni garantiza el respeto de los intereses legítimos del pueblo saharaui. Carece asimismo de un mecanismo de verificación del respeto de los derechos humanos por parte del reino de Marruecos, asunto grave si se tienen en cuenta las coacciones ejercidas sobre sectores de la población como trabajadores, periodistas y otros profesionales”.

Estas palabras más parecen una disculpa por no votar afirmativamente que una explicación de voto, pero que por otro lado no ha contentado a nadie. Si el señor Sosa no encontró razones para votar afirmativamente debió votar en contra que para eso si que había motivos suficientes, que él mismo los menciona. Pero por alguna razón que hasta ahora se nos oculta no lo hizo; posiblemente el miedo del Gobierno a molestar a Marruecos transmitido en este caso a través de ocultos mecanismos que se han infiltrado en UPyD. O más probablemente y más peligroso, por plegarse a los intereses y directrices de otros poderes que desde el principio del conflicto saharaui están imponiendo su política reduciendo al Gobierno español a un pobre e indigno papel secundario.

Javier Perote
Javier Perote

Alguien me ha comentado, tratando de disculparle, que el señor Sosa al emitir su voto pensaba en los intereses de España: siempre los intereses, nunca los derechos. Pero es que, además, en este caso quienes así piensan están totalmente equivocados. Viene bien recordar aquella frase de que un político piensa en las próximas elecciones, y un estadista piensa en la próxima generación.Los intereses de algunas multinacionales y de algunos empresarios y comerciantes (no los de España) puede que en este momento estén en Marruecos. Pero para los intereses de España y de todos los españoles es mucho más importante un futuro (no lejano) Sahara independiente amigo de España y de los españoles. Pero eso hay que trabajárselo ahora, sino ocurrirá como siempre: que llegaremos tarde y que esos poderes ocultos nos ganen por la mano.

N. de la R.
El autor es coronel del Ejército español.