primer-ministro-de-japonespacioseuropeos.com (27/1/2010)
El Gobierno de España -más bien Zapatero– que ofreció a Sarkozy lo «que sea» a cambio de una sillita en el G-20, se muestra de nuevo genuflexo y complaciente ante las peticiones de Obama de enviar más tropas a Afganistán, donde ni pinchamos ni cortamos, sólo exponemos y gastamos.

Varios han países, sobre todo debido a la presión de sus ciudadanos, comienzan a plegar velas en el asunto afgano. Ahora ha sido Japón, que últimamente no parece compartir la idea de Estados Unidos de instalar otra base en su territorio. La semana pasada, Japón anunció su  apoyo logístico a la misión en Afganistán, que ellos han calificado como «misión antiterrorista».

Durante ocho años, la marina japonesa ha estado suministrando  combustible y agua a la misión en Afganistán. La decisión de ahora, comunicada por  el ministro de Defensa, Toshimi Kitazawa, ha sido el resultado de la promesa  electoral realizada hace cuatro meses por Yukio Hatoyama, jefe de gobierno japonés, de poner fin a la operación logística de apoyo a Estados Unidos.

Los dos buques de guerra japoneses que formaban parte de ese operativo han comenzado el retorno a su base en Japón. Sin embargo, Hatoyama manifestó que su país contribuirá a reconstruir Afganistán.