Votaron por “la continuidad” y ahí la tienen; en la hacienda de la saga Obiang, nada cambia ni siquiera el tiempo
Guinea Ecuatorial
José Eugenio Nsue (7/1/2023)
Es una costumbre muy generalizada y muy extendida en todos los países recibir el nuevo año con propósitos, deseos e ilusiones renovados; algunos como en España se recibe con 12 campanadas y 12 uvas; en los Estados Unidos dándose besos (creen que así todo el año será romántico y alegre); en Japón con toques de campana que se conoce como “Joya no kano”, se tocan en los monasterios budistas; con ellas se pretende acabar con los pecados que pueblan la mente como la ira, la envidia y el deseo; en Dinamarca por ejemplo rompen platos en las puertas de los seres queridos tras la cena de fin de año y quedan encantados con la acción, puesto que representa cariño y buenos presagios para el siguiente año; en China se pinta de Rojo la puerta principal y simboliza la felicidad y la buena fortuna, y en las calles se celebra con desfiles de dragones y fuegos artificiales, que alejan los malos espíritus; en Italia comen muchas lentejas (tortas, pasteles o un buen plato de lentejas), simbolizan la riqueza y la prosperidad, también es costumbre en Brasil entre otras; en Colombia se llenan los bolsillos de lentejas porque también simbolizan dinero y riqueza; en Londres hay que llegar el primero a la cena que se conoce como “First Footing”; todos llegan bien puntuales y el primer invitado será el que traiga la buena suerte del año nuevo y buen aderezo, postre o vino…