cpt2Guinea Ecuatorial
espacioseuropeos.com (6/9/2008)
La empresa  CPT (Compañía de Productos Tropicales S.A.), sociedad constituida en la República de Guinea Ecuatorial por socios y capital españoles, que tuvo su sede social en Bata, se dirigió al Presidente del Gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, el 21 de abril de 2004, exponiendo el atropello del que fueron objeto en ese país en el año 1999.  Desde entonces, han pasado 4 años y 5 meses, pero hasta ahora no han recibido ni tan siquiera el protocolario «acuse de recibo» de La Moncloa.

Al Presidente Zapatero le expusieron en esa carta -acompañada de un amplio dossier-,  que «por procedimientos atípicos, no contemplados en ninguna legis­la­ción, y sin que hubiera justificación legal para ello, a la compañía CPT le fueron «robados» equipos y material diverso  (tres camiones, marca Mercedes, un tractor, generadores, taller mecáni­co, etc.)».

«Este expolió se llevó a cabo empleando los meca­nismos de Poder de los gobernantes y de la Adminis­tración del Estado de Guinea Ecuato­rial», se mencionaba en la carta dirigida al Presidente del Gobierno de España.

Los directivos de la Compañía de Productos Tropicales S.A. (CPT), padecieron continuos acosos por parte de las Fuerzas de Seguridad de Obiang Nguema e, incluso, detenciones, con toda la parafernalia militar y policial habitual en Guinea Ecuatorial. Las reclamaciones ante Presidencia, Gobernador, Juzgado, etc., no tuvieron ningún resultado. «En Guinea Ecuatorial nos ocurrió como con Zapatero -nos comenta un directivo de CPT- nadie nos contestó».

En la mencionada carta, la empresa CPT manifestaba que en España habían sido objeto de «inactividad y desidia Administrativa», demostrada por el Gobierno de España y por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

«En ningún momento se nos ha podido demostrar que haya habido ni una sola comunicación con el Gobierno de Guinea Ecuatorial tendente a averiguar lo sucedido y, en consecuencia, a reclamar un resarcimiento económico y moral», nos confirma el mismo directivo de la empresa. «Hemos padecido un abandono vergonzoso –continúa- pero no vamos a cejar en nuestra reclamación, por los medios que sea. Tan culpable es la Dictadura de Guinea Ecuatorial como España. Si nuestro Gobierno no ampara a los profesionales españoles ni a las inversiones que se hacen, ¿entonces para qué queremos embajadas?».